viernes, julio 26, 2024

El enfoque de políticas públicas como instrumento que debe orientar la actuación del gobierno

Por Gregorio Montero

El momento de abordar el importante, a la vez complejo, tema de las políticas públicas, el primer gran esfuerzo debe centrarse en diferenciar la política (polity) de las políticas (policy) pues se trata de dos dimensiones conceptuales distintas, independientemente de que se tratan de manera complementaria. La ciencia política o politología estudia fenómenos sociales, económicos, jurídicos y de otros tipos, vinculados con los sistemas políticos, las formas de organización y distribución del poder, el ejercicio del poder, las relaciones de poder que se escenifican en el Estado y en la sociedad, el comportamiento de los actores políticos, particularmente del liderazgo, entre otros; también, tiene como áreas de estudio la opinión pública, la propaganda política, las relaciones internacionales y los conflictos bélicos. 

En cambio, las políticas públicas, asumidas también como categoría científica, se centran en el análisis de las acciones principales del Estado en el ejercicio del poder, estudia el funcionamiento de las instituciones públicas y sus relaciones con la ciudadanía; la ciencia de las políticas, como también se le denomina, es una de las ramas de la ciencia política que se enfoca en los grandes proyectos que el Estado diseña y pone en ejecución, principalmente, a través del gobierno y la Administración Pública, con el objetivo de resolver problemas sociales, satisfacer las necesidades de las personas y sentar las bases para el desarrollo humano integral. En tal sentido, las políticas públicas deben estar inspiradas en las cláusulas, pilares y valores del Estado moderno y en los derechos humanos y fundamentales, asumiendo la igualdad y la inclusión como cuestiones centrales de su contenido.

En cuanto al tratamiento científico que hoy se le reconoce al tema, son los estudios del estadounidense Harold Lassuel, aparecidos a partir del año 1950, los que colocan en perspectiva esta importante disciplina, abordada desde el seno de la politología. Desde los primeros estudios, hasta hoy, las políticas públicas han evolucionado en la medida en que la sociedad, el Estado y la Administración Pública han experimentado cambios importantes en su organización y funcionamiento, como consecuencia de la mutación que han experimentado las cláusulas que los sustentan y la configuración de nuevas generaciones de derechos fundamentales. Esto ha amplificado el ámbito de prestación de los servicios públicos y obliga al Estado y sus instituciones a elevar su capacidad de respuesta y de negociación, frente a una ciudadanía cada vez más demandante y consciente de sus derechos y prerrogativas. 

En América Latina, a pesar de importantes escollos que se han presentado, el campo de las políticas públicas empezó a ser abordado científicamente a finales del siglo XX, en la medida en que fueron puestos en marcha programas de estudios de postgrado y de grado, que hacen énfasis en el análisis y gestión de políticas públicas, también aparecieron asociaciones científicas vinculadas a la temática, revistas científicas de publicación periódica, organismos que  organizan congresos internacionales de forma regular, en los que el abordaje desde la perspectiva científica, académica y de gestión de las políticas públicas ocupa de forma especial la atención de los organizadores, como el del Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo (CLAD) y el del Grupo Iberoamericano de Gestión y Análisis de Políticas Públicas (GIGAP).

De todas formas, el estudio de las políticas públicas, en cualquier lugar y época, procura hacer los aportes necesarios para que los gobernantes tomen decisiones acertadas en la búsqueda de soluciones a los problemas públicos comunes, facilitándoles discernir sobre cuáles son las acciones de gobierno más importantes y prioritarias para invertir los recursos económicos del pueblo, siempre escasos; en el mismo orden, trata de disponer herramientas que permitan discutir, diseñar, aprobar, ejecutar, dar seguimiento y mejorar las políticas públicas que se hayan asumido, bajo un enfoque de continuidad del Estado. El estudio de las políticas públicas permite, además, identificar los puntos de encuentro entre ellas y la gestión pública, en tanto esta ofrece el andamiaje jurídico e institucional, y los medios técnicos y tecnológicos para ponerlas en marcha y controlar su ejecución.

Las políticas públicas hoy día deben responder a una realidad muy concreta, que deviene de un replanteamiento de las relaciones de la Administración Pública y la ciudadanía, en la que el criterio del vasallaje no tiene cabida; se trata de una relación fundada en derechos y en la dignidad de las personas; el enfoque ciudadano céntrico de la acción gubernamental obliga a la acentuación del espíritu vicarial de las instituciones estatales, las que representan el interés general y los valores y anhelos legítimos de la sociedad. Las políticas públicas se deben sustentar en las características de la Administración Pública del siglo XXI, por lo que tienen que potenciar la cercanía con la gente, la igualdad, la inclusión, la transparencia, la calidad y la calidez en la prestación de los servicios públicos, la buena administración, el gobierno abierto y el desarrollo sostenible.

Para que las políticas públicas ocurran es necesario que en su abordaje sean aplicados métodos científicos y técnicos que garanticen que las decisiones y ejecuciones del gobierno ataquen las verdaderas causas de los males y problemas sociales, y que sus resultados impacten en el desarrollo nacional; de ahí que resulta necesario delimitar respecto  de lo que el gobierno quiere hacer, lo que debe hacer y lo que realmente hace; también, se debe propiciar el involucramiento de todos los niveles de gobierno y actores sociales; de la misma manera, es preciso entender que las políticas públicas son de carácter general  y que se proponen alcanzar fines de interés social a corto, mediano y largo plazo.  

Para asegurar el éxito de las políticas públicas, la doctrina reconoce un ciclo virtuoso sobre la base del cual deben ser configuradas, y que comporta las fases de diseño, en la que se identifica el problema que debe ser intervenido, y sus componentes, formulación, en la que se plantean las distintas opciones de estrategias para el abordaje del problema, destacando los pro y los contra, aprobación, en la que se determina y se decide la opción más adecuada para encarar la solución del problema identificado, destacando objetivos, metas, líneas de acción, indicadores, mecanismos de evaluación, etc., y la ejecución, que es donde se ponen en práctica las acciones concretas de la política pública, haciendo uso de herramientas de gestión, talento humano, recursos económicos, herramientas tecnológicas. Es importante tener en cuenta que la participación de la ciudadanía debe manifestarse, de forma transversal, en cada una de las etapas del ciclo de las políticas públicas.   

Las políticas públicas son, en esencia, el faro que debe guiar la actuación de todo gobierno; en el caso dominicano, hace falta asumir esta categoría científica desde un esfuerzo conjunto del gobierno, la academia y la sociedad; a ello nos convocan y nos conminan la Constitución de la República y la Estrategia Nacional de Desarrollo. 

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