Por Nelson Marte
Cuando en 1996 Leonel Fernández llegó a la Presidencia de la República se pensó que si no todo, con El Nuevo Camino que inauguró iniciaría un gobierno que empezaría a materializar aunque fuera una parte de los sueños, las luchas y los sacrificios en favor del desarrollo integral del país que albergamos varias generaciones de dominicanos.
Mas pese a permanecer de manera casi consecutiva por dos décadas en el poder, y de que las fuerzas productivas los proveyeron de un sólido crecimiento económico entre un 5.5 y un 6.5 del PIB, permitiéndoles disponer de los más altos presupuestos de todos los gobiernos anteriores, los gobiernos de PLD no le resolvieron al país -ni siquiera empezaron a resolver- uno solo de los problemas estructurales.
No resolvieron las fallas sistémicas de educación ni de salud pública, de seguridad social, de provisión de agua potable, seguridad ciudadana, de una administración gubernamental eficiente y pulcra, dejaron un desorden del tránsito, sistema eléctrico disfuncional, descontrol medio ambiental.
No dejaron institucionalizado un sistema democrático, un fuerte flujo de inspiración social modélica, basada en valores de cooperación, tolerancia, armonía y convivencia cívica entre los ciudadanos…todo lo contrario, dejaron al país sumido en el caos, el desorden, la inversión de valores y una sensación de sálvese quien pueda.
El inteligente comunicador Domingo Páez, que fue astilla de ese palo cuando era morado, llama la atención sobre la orientación del discurso que entona el expresidente en los escenarios de campaña electoral ilegal en que se está desenvolviendo.
En un video que vi en Youtube el domingo, Páez analiza punto por punto por qué Leonel no habla de corrupción, educación. desempleo, salud, seguridad social, agua, vivienda, electricidad, seguridad ciudadana, justicia, etc.
Y que ese silencio es para no aludir a lo que fueron los grandes fracasos de sus gobiernos, por aquello de que el eterno candidato sabe muy bien que no se puede mencionar soga en casa del ahorcado.
Que sólo habla, dice Páez, de las subidas de precios que trajeron el Covid-19 y la guerra de Rusia en Ucrania a nuestro país, como los llevaron a todo el mundo, y que aquí tuvieron un comportamiento moderado gracias a los sacrificios fiscales que dispuso y dispone aún el presidente Luis Abinader, para atenuar la inflación que viene de fuera, y a las medidas precautorias adoptadas por las autoridades monetarias, en armonía con el gobierno central.
