El caso ha llamado la atención internacional, pero los indicios apuntan a un triste suceso
La desaparición de Konanki Sudiksha Chowdary, una joven de 20 años de origen indio y residente en Estados Unidos, ha desatado un operativo de búsqueda con la participación de la Policía Nacional, la Procuraduría General de la República (PGR), el Buró Federal de Investigaciones (FBI) y el Enlace Internacional de la embajada estadounidense en la República Dominicana. Aunque la investigación sigue abierta, los elementos recopilados hasta el momento sugieren que podría tratarse de un accidente.
La movilización de recursos humanos y tecnológicos para esclarecer el caso ha sido notable. Se han reentrevistado a testigos clave, incluyendo a los acompañantes de Chowdary y al personal del hotel donde se hospedaba. Además, las autoridades han ampliado el análisis forense de las cámaras de videovigilancia, que captaron a la joven y a su grupo de amigos en las inmediaciones de la playa en la madrugada del 6 de marzo.
El presidente Luis Abinader ha ordenado reforzar los esfuerzos de búsqueda, asignando personal adicional y tecnología especializada. En este sentido, el FBI y la Embajada de Estados Unidos han intensificado su cooperación con las autoridades locales.
Un caso seguido con lupa internacional
El caso de Chowdary ha cobrado notoriedad en medios internacionales, en parte por su origen y el interés de la diplomacia estadounidense en la investigación. Sin embargo, la atención mediática ha generado especulaciones que contrastan con la evidencia reunida hasta ahora. No hay indicios de violencia ni de un secuestro, y los testimonios de sus acompañantes coinciden en que la joven se dirigió hacia la playa en horas de la madrugada.
Las autoridades han insistido en que la prioridad es esclarecer los hechos y encontrar a Chowdary, pero también han pedido evitar conclusiones apresuradas. Aunque la búsqueda continúa, los datos recopilados hasta el momento sugieren un posible accidente en el mar, una posibilidad que ya ha ocurrido en casos previos en la zona.
A medida que avanza la investigación, la presión internacional sobre las autoridades dominicanas se mantiene alta. Mientras tanto, la familia de la joven sigue esperando respuestas sobre lo que realmente ocurrió aquella noche.