Esta semana el país es sorprendido con la noticia que anuncia el cese del latido de un gran corazón. Ha fallecido doña Ana Josefina Padilla viuda Sánchez. Toda una vida digna y ejemplar, que con su práctica trazó el camino del amor por la patria, de la resistencia nacional y la defensa de los derechos humanos.
El coraje de esa mujer se expresó en su juventud integrando, durante el apogeo del régimen de Trujillo, el movimiento clandestino Juventud Democrática, lo que generó la represión y el acoso de la implacable dictadura de Trujillo.
El compromiso militante de su matrimonio llevó a la prisión a su esposo, don Rafael Augusto Sánchez, quien fue asesinado en la cárcel al momento de desplomarse la dictadura en 1961, quedando Ana Josefina viuda y con 8 hijos a quienes mantener, criar y educar.
Toda una vida dedicada a la causa justa
En América Latina, bajo control de sistemas absolutistas marcados por el machismo y la cultura patriarcal, Josefina Padilla vino a ser la primera mujer escogida como candidata vicepresidencial en una boleta electoral en todo el Continente.
Fue mujer de temple, vicerrectora de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), catedrática de postgrado de Salud Pública, Salud Ocupacional, y la Residencia Médica.
Cuando el país fue ocupado por tropas extranjeras, allí dijo presente Josefina Padilla, asistiendo como médico a los combatientes del pueblo heridos.
Josefina en Tamayo
La recuerdo sentada en una mecedora en la galería del Centro de Investigación y Apoyo Cultural (CIAC), que tenía sus oficinas en la calle Pedro Mesa, una institución de la que era su directora ejecutiva y que llevó hasta Tamayo, provincia Bahoruco, en el Sur del país, bajo la conducción de los amigos Carlos Terrero y Papi Cuevas. Más de 30 jóvenes laboraban a tiempo completo para el CIAC, y más de una veintena de mujeres se graduaron de enfermería en dicho centro cultural.
Una gran profesional, mujer militante de las causas nobles.
Que descanse en paz, y que la juventud dominicana se nutra de esa fuente imperecedera.
Hasta la victoria siempre, Josefina Padilla.
