jueves, abril 25, 2024

¿Cuál gobierno ha construido más, Hipólito, Leonel, Danilo o Abinader?

Por Haivanjoe Ng Cortiñas

   Uno de los problemas colaterales que trae la política monetaria y fiscal expansiva como la de 2020/2021 es la inflación que genera, que a su vez luego obliga a una postura monetaria tendente a retirar los estímulos monetarios, como el de emitir certificados, elevar la tasa de referencia del Banco Central que transmite posteriormente un incremento en las tasas de interés bancaria, dándole, por ejemplo, nuevos impulsos a la vocación rentista de los fondos de pensión y a la postura de muchos inversionistas personales e institucionales, atentando por esa vía contra las inversiones productivas con vocación real para el desempeño económico, la demanda agregada, la creación de empleo y aumento de la productividad. 

   Para citar solo una muestra, dentro de la cartera de inversión de los fondos de pensiones dominicanos mantienen un 76.0 % en los productos financieros del sector público (Hacienda y Banco Central), contraviniendo, además, al propio espíritu de la ley se seguridad social, que, en la parte de inversiones, indica que una vez garantizada la rentabilidad y mitigar la exposición al riesgo, señala que debe destinarse a las inversiones productivas.

   Por su lado, la postura fiscal con permanentes déficits fiscales promueve mayores niveles de endeudamiento público, que luego hace del servicio de la deuda pública una carga creciente, alimentando significativamente a la carga fija del presupuesto y por esa vía propicia una mayor rigidez presupuestaria, que impide luego mayores apropiaciones de recursos financieros a partidas destinadas a actividades estratégicas clave para el desarrollo nacional, como lo es la inversión pública y más ampliamente el gasto de capital, como parte de la clasificación económica del gasto público que incluye, también, al gasto corriente y a las aplicaciones financieras. 

   En general, el gasto de capital está alineado al crecimiento económico, que a su vez promueve externalidades positivas de la economía, genera empleos, ingresos tributarios a futuro que puede fortalecer la consolidación fiscal, por su carácter productivo autosostenible; de ahí la importancia de conocer la visión del presidente de la República, para entender quién y por qué encabeza el ordenamiento por posiciones, denominado el ranking de los presidentes que hemos tenido desde el 1996 al 2022 en materia del porcentaje erogado en gasto de capital y de inversión pública dentro del total del gasto público en forma anual. 

    Basado en la literatura de la contabilidad presupuestaria, los gastos de capital exponen los cambios en la estructura patrimonial del Estado y sin lugar a duda que son útiles para crear, ampliar o mejorar la capacidad productiva de los bienes y servicios públicos, e incluso, los del sector privado de manera colateral. Para un mejor entendimiento del ciudadano no relacionado con esta jerga, cuando alguien utiliza una carretera en dominicana, recibe energía de una planta generadora de electricidad, como la de Punta Catalina, o se traslada utilizando el metro de Santo Domingo, el túnel de la avenida 27 de febrero en la capital o la autovía del Este o un tractor del ministerio de Agricultura o un equipo pesado de Obras Públicas, son bienes que forman parte del patrimonio público y que se adquieren o construyen con el denominado gasto de capital.

   En el país en montos variados, distintos gobiernos han tenido gastos de capital y sin importar el monto en algo han aumentado el patrimonio público, pero naturalmente, si de identificar se trata de cuáles presidentes de la República han erogado más en gasto de capital y en inversiones públicas, entonces ahí se requiere examinar la ejecución presupuestaria de al menos los dos últimos años de cada gestión presidencial, como forma de estandarizar la comparación en términos anuales, habida cuenta que el actual mandatario solo tiene dos años y unos meses gobernando.  

   En el cuadro que aparece en esta opinión puede apreciarse el comportamiento del gasto de capital y de la inversión pública como porcentaje del gasto total de los gobiernos de Hipólito Mejía (2003-2004): Leonel Fernández (2011-2012)); Danilo Medina (2018-2019) y Luis Abinader (2021-2022). El cuadro no consideró el año 2020 por ser atípico en términos no solo de las finanzas públicas, sino, además, por la pandemia generada por la COVID-19. 

Concepto20032004201120122018201920212022
Gasto de capital, %29.515.120.029.815.313.812.511.9
Inversión Pública, %N/D6.011.520.05.45.63.14.8

   Evaluando el gasto de capital de la administración de Hipólito Mejía, puede observarse que en el año 2003 fue de 29.5 %, para luego caer en el 2004 a un 15.1 % del gasto público total, para un promedio anual equivalente a un 22.3 %. En la gestión de Leonel Fernández, el gasto de capital se comportó de un 20.0 % a un 29.8 %, para promediar un 24.9 % del gasto público total. En lo que respecta a Danilo Medina, para el 2018 fue de un 15.3 % y para el 2019 de un 13.8 %, para un promedio anual igual a un 14.5 %. En cuanto a Luis Abinader, el gasto de capital ha sido de un 12.5 % para el 2021 y de un 11.9 % para el 2022, similar a un 12.2 % promedio anual del gasto público total. 

   De la descripción referida en el párrafo anterior, puede colegirse que el gobierno que más ha erogado recursos públicos del presupuesto nacional como gasto de capital es el de Leonel Fernández, con un 24.9 % promedio anual y el que menos lo ha hecho es el de Luis Abinader con un 12.2 %, también, promedio anual. 

  Al examinar la partida de inversión pública, como componente del gasto de capital que se destina a la construcción de obras, puede apreciarse que el gobierno que menos ha invertido como porcentaje del gasto púbico total corresponde a Luis Abinader, que registra tan solo un promedio anual de 3.95 %, seguido de la administración de Danilo Medina con un 5.5 %, también promedio de dos años, en cambio, la gestión gubernamental de Leonel Fernández ocupa el primer lugar, de entre los presidentes de la República que más dinero ha destinado a la inversión publica, al devengar un gasto  promedio anual de un 15.75 %.  

   Resulta destacable que durante la administración de los primeros 8 años de la aplicación del 4.0 % a educación no superior, se construyeron más de 15,802 aulas y otras sobre los 5 mil estaban en proceso de construcción al finalizar la gestión de 2016 al 2020, lo que significa, que, a pesar del fuerte impulso dado a ese subsector de la construcción de obras, la inversión pública como porcentaje del gasto total al final del período 2016-2020 quedó por debajo de los años 2008-2012 

   Debe inferirse, como ciertamente corresponde, que el gasto de capital contribuye a aumentar el patrimonio del Estado. En esa línea, puede asegurarse, sin riesgo a la equivocación, que también el gobierno que más le ha aportado al patrimonio público dominicano y a las externalidades positivas es el de Leonel Fernández. 

Haivanjoe NG Cortiñas
Haivanjoe NG Cortiñas
Haivanjoe Ng Cortiñas, economista de la UASD y master en economía de la UNAH, autor de 5 libros sobre la economía dominicana, conferencista internacional y articulista.

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