Todo cuanto apunte hacia la promoción de la lucha popular, al apoyo militante de esta y al combate a las clases dominantes en todos los escenarios, lo entiendo interesante.
El ambiente de izquierda está muy sectarizado en estos momentos y se hace necesario y urgente continuar levantando la bandera de la unidad, para contribuir a la creación y fortalecimiento de un caudaloso río político-social en el que cada grupo democrático, de izquierda o persona de avanzada, dejen de estar desgarrándose entre sí, o creyéndose ser ese gran río, y se asumen como afluentes necesarios para que ese río político-social acumule las suficientes aguas y pueda situarnos en condiciones reales de disputarle el poder, a la oligarquía criolla, a sus representaciones partidarias y de toda índole y al poder extranjero, a partir de su portentoso e incontenible empuje y fortaleza.
Solo una gran unidad de esa naturaleza y contundencia nos puede convertir en una opción de poder en medio de la presente coyuntura o más allá.
Soñar, siempre debemos anidar elevados sueños; eso es propio de todo revolucionario consecuente, pero solo son realizables aquellos sueños que los hacemos con los pies puestos firmemente sobre la tierra y entendiendo que los hechos más significativos de la historia en todos los tiempos han tenido que ser el fruto de la acción protagónica de las mayorías. Lo demás no pasa de ser cuentos infantiles, solo creíbles para ingenuos o por desconocedores de las leyes que rigen la lucha de clases.
