viernes, abril 19, 2024

Auditoría social a la oposición

Por Nelson Marte

“Le guste o no le guste, la política va a determinar el rumbo de la sociedad. Hay que cuidar a los partidos políticos y hay que cuidar a la política”. Pepe Mujica

Los principales partidos de oposición dan demostraciones palpables del ejercicio de una política reñida con el interés general, divorcio al que puede atribuirse que los partidos registren bajísimos niveles de confianza ciudadana, conforme estudios sobre preferencias y gustos del criollo.

Como advierte Mujica, figura paradigmática de lo que debe ser un presidente como servidor de su sociedad, los partidos son los entes fundamentales del éxito o del fracaso de los pueblos.

Vemos cómo el PLD y la Fuerza del Pueblo (FP) están asumiendo posiciones de boicot a iniciativas esenciales para recuperar el empleo y crear capital social, indispensables para recuperar al país de los devastadores efectos padecidos en estos dos años y medio de coronavirus y guerra en Ucrania.

Las autoridades, el sector empresarial y el pueblo en general han hecho extraordinarios aportes y sacrificios frente a los efectos recesivos e inflacionarios de los dos factores antes señalados.

Pero son muy profundos los rezagos acumulados, debido a los desatinos e incapacidades que en las últimas décadas impidieron dotar a República Dominicana de una arquitectura fiscal equilibrada que permitiera levantar obras de infraestructura y desarrollo social sin que representen obligados niveles de endeudamiento.

En esas décadas perdidas se produjeron también altísimos niveles de dispendio y corrupción que, junto a un esquema tributario regresivo, han incrementado brutalmente la desigualdad y las arritmias que nos exponen a asomos de inestabilidad, y limitan los saltos cuantitativos y cualitativos que debemos dar hacia el desarrollo integral.

Y es en esta fundamental coyuntura que el PLD y la FP erigen barreras para impedir al país accionar -y no a reaccionar- frente a los retos y desafíos que nos lleven a avanzar, como propone el ímpetu constructivo e incansable del presidente Abinader.

Por eso la oposición PLD-FP a la aprobación de la Ley de Presupuesto y Gastos Públicos para el nuevo año, y al Proyecto de Reformas a la Ley de Fideicomisos.

Una reforma que sólo viene a aumentar los rigores normativos de fideicomisos como los que ya en sus gobiernos les fueron aprobados, y un nuevo presupuesto con similares características que las aprobadas a sus administraciones por la oposición que hoy es gobierno.

La proyección de una intención de voto que apunta a una continuidad de las políticas de buena gobernanza del presidente Abinader, provoca desesperación ‘opositora’, lo cual se entiende. Pero es necesaria una apretada auditoría social a su conducta y acciones, que son financiadas con dinero que aportamos todos los contribuyentes.

A propósito del retardatario talante ‘opositor’, no puedo resistir la tentación de repetirle las palabras del intelectual Gedeón Santos, teórico del ascenso del PLD al poder, quien en su artículo “La derrota de los pesimistas dominicanos” les recrimina “usar los diferentes medios para sembrar confusión, retorcer verdades, imponer su visión apocalíptica e intentar destruir a todo aquel que ose decir que avanzamos o que vamos por buen camino; eso a pesar de las abrumadoras evidencias de que no sólo avanzamos, sino que somos los que más rápido lo hacemos en toda América Latina”.

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