viernes, julio 26, 2024

Abinader quiere impulsar la protección del porcicultor dominicano, pero después del “palo dao en diciembre, ni Dios lo quita”

Por Lito Santana

Para las celebraciones del 24 de diciembre, “Día de Nochebuena” y para el 31 de ese mes, “Víspera de Año Nuevo”, la gente no podía creer lo que veía. 

Todos observaban boquiabiertos, con semblante de satisfacción, aquellos precios que parecían de películas de ficción. 

La libra de carne de pierna de cerdos a 99 pesos en las góndolas de los supermercados. 

Pero no cualesquiera piernas. Eran piezas especiales, limpias, con muy pocas grasas y con colores impresionantes, parecían como de “los países”. 

Y exactamente eran de los países. 

Vinieron fresquecitas y ordenaditas, en enormes furgones para “disfrute” del pueblo dominicano a propósito de las Fiestas Navideñas. 

Naturalmente, esa acción de preocupación popular trajo consigo enormes dividendos para quienes hicieron ese negocio en el extranjero. 

Y como diría Antony Santos “más bueno que es así”. 

Mientras el productor local se “tira seis meses” entre el lodo y las materias fecales, para darle tamaño de mercado a un cerdo, un multimillonario con un clip en su computadora o en su teléfono y el apoyo del Gobierno, trae miles de toneladas de libras de carnes de otros países, que reciben mejor trato estatal para la producción subsidiadas en sus granjas. 

De modo que el tutumpote, ni siquiera ve pasar los furgones repletos de carnes por las aduanas o las carreteras de nuestro país, pero sí los millones de dólares o pesos, que caen como cascadas en sus cuentas bancarias.

En lo que “el hacha iba y venía”, nuestras autoridades bloquearon la comercialización interprovincial entre pequeños productores, para dejar la cancha abierta a sus socios y sus patanas, que hicieron su agosto, en el mes de diciembre.

Justo después que pasaron las fiestas y que la demanda de carne de cerdo tocó su pico, el presidente de la República se recuerda que el porcicultor dominicano existe y que debe ser asistido por el Gobierno.

Deja ver su interés con el decreto 663-23 de fecha 30 de diciembre del 2023, en el que “declara de alto interés nacional la regulación y bioseguridad de las granjas porcinas de la República Dominicana”.

La ordenanza del Gobierno “instruye al Ministerio de Agricultura a que, de conformidad con la Ley núm. 4030, del 13 de enero de 1955, elabore y emita el reglamento correspondiente para el cumplimiento del artículo 1 del presente decreto”.

Aunque las autoridades tienen que recurrir a una ley con más de 68 años de promulgada, a pesar de que estamos en tiempos de la Inteligencia Artificial y los beneficios de los avances tecnológicos, es de “mucho beneficio” para el productor, el decreto del presidente Abinader, para “impulsar la protección del porcicultor dominicano”, pero después del “palo dao en diciembre, ni Dios lo quita”

Lito Santana
Lito Santana
Nació en Tamayo. Locutor y periodista. Ha trabajado en distintos medios de comunicación. Aboga por la participación de todos los sectores en la solución de las dificultades por la que atrevieza el País.

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