sábado, abril 20, 2024

Abinader aprende de Sandy Reyes a ensillar su caballo

Por Alfonso Tejeda

A finales del 1975, el entonces desafiante Wilfrido Vargas y sus Beduinos seguían impregnando al merengue tradicional con nueva rítmica, coros inusitados y cantantes con brillos y tonalidades que impactaban a una audiencia que disfrutaba a Sandy Reyes "pintando” con su voz a un nuevo "Pájaro Chowi", darle a "Solina, Solina" otros quiebros, y con "Ensillando mi caballo" una cobija al rocío mañanero.

De esas interpretaciones, recordé la última al conocer la decisión del Presidente Luis Abinader de retirar del Senado de la República el proyecto de ley complementaria sobre La Trata de Personas, Explotación y Tráfico Ilícito de Migrantes, sometido en diciembre pasado, pero que estalló recién a partir de la publicación tergiversada de su contenido.

Aquel postulado de la ciencia de la Comunicación de "que el medio es el mensaje" es insuficiente para explicar la reacción adversa al proyecto comentado, y es rebosante el conocimiento del periódico de la vocinglería que se desata, cuando de Haití y los haitianos se trata, por los prejuicios que inundan ese tema.

Y esos prejuicios marcaron la postura "mayoritaria", que sin saber qué trata el retirado proyecto, también desconocen que tiene en la legislación dominicana antecedentes tan lejanos como la Convención sobre el Tratado de los Refugiados, de 1951, una resolución del Congreso Nacional del 1977, y un compromiso del país suscrito en 2006, cuando era presidente Leonel Fernández.

Otro matutino, en su afán de edificar con pertinencia y claridad, desplegó en una página los principales aspectos del proyecto en los que explicó, sin rebuscamientos, que de esa ley tomarán ventajas las "personas que han sido sometidas a captación y retención mediante el uso de la violencia, por un individuo o grupo delictivo con fines de explotación y esclavitud".

Esa información de siete párrafos -que detallan quienes serán los responsables de la ejecución de la ley, cuáles acciones contempla y a quiénes impacta- la pudieron conocer en poco más de un minuto consumiendo un café, opinadores y comunicadores que se manifestaron, lastimosamente, con la soberbia del ignorante.

La decisión presidencial del retiro del proyecto tiene de bueno que da un plazo de 45 días para discutirla, tiempo que debe ser suficiente para que todos los que han opinado sobre el tema puedan leer el texto, y de malo, que Abinader desconoce el escenario legal, legítimo, para discutir un proyecto de ley, que es el Congreso Nacional, donde ya el presidente del Senado había anunciado vistas públicas para conocerlo.

Sería "una Pedrocarada" insinuar siquiera que con esa decisión Abinader quiso recordar al siempre afable periodista José Labourt con su libro "Y seguiré a caballo", o que recordó aquella expresión campesina de que "no se cambia de caballo cuando se está vadeando el río", pero a mí se me antoja recordar a Sandy Reyes cuando canta a ritmo de pambiche: "el río retornó al mar y se oyó al gallo cantar, y yo yendo a mi caballo lo voy a desensillar".

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