Cuando analizamos los números proporcionados por la Junta Central Electoral (JCE), sin interés sectorial, y escuchamos a los representantes del sector oficial y a algunos ‘’analistas políticos independientes”, vemos que hay un interés marcado y seguido como ruta de conveniencia por todos ellos, lo que indica con esas expresiones ‘’coincidentes’’ son en realidad una ruta preestablecida.
Veamos algunos elementos. Nunca había visto que la abstención se midiera por sector. Es decir, en las municipales votaron tantos y la abstención fue de tanto, pero en las que se elegían a los directores, la votación fue de tanto y por ende la abstención fue de xz, pero en realidad eso nunca fue ni es así.
Las votaciones fueron simplemente municipales, fueron unas, no dos, ¿de dónde y por qué esa fórmula? A ellos les llevaría a posesionar (intención) algo diferente, porque esa fórmula permite hacer ver que no fue general la abstención.
Pero es que siempre ha sido así. No sigamos intentando dibujar con creyones negros sobre un papel negro. No se verá nada, simplemente la abstención en las votaciones del 18 de febrero del 2024 fue de un 57% y punto.
¿Por qué? Ciertos sectores coinciden en querer hacer ver lo contrario, creo que, en el caso de la JCE, porque no quiere admitir su fracaso en el área de la convocatoria a los dominicanos a votar. Su desempeño en el área de la organización y montaje fue extraordinario, fue excelente, pero en el área de la convocatoria fue un desastre. Pero a veces se falla, no son infalibles, cuando lo que deberían hacer es admitirlo, enmendar y seguir adelante.
El otro sector, el oficialismo, creo que se debe a que no pudieron alcanzar el 50% de los votos. En las municipales se gana con mayoría de votos, en la presidenciales se gana con el 50% más uno, y a pesar de su triunfo arrollador, no llegaron a los números que querían.
Ganaron la mayoría pero dentro de la minoría y eso no se quería, y con razón, porque el panorama que se presenta ahora es que según las cifras aceptadas por todas las partes, en especial, por el sector oficial, dicen que la oposición en conjunto es “dueña’’ del 77% de los votos, ¿por qué? porque el sector oficial solo alcanzó un 22.9% del voto universal, y un 49% de los votos emitidos.
Esto define con precisión que estamos en el momento en que por culpa de la abstención lo de febrero no define a mayo. Por el contrario, lo enreda más, porque, ¿por quién o quiénes votará ese 77%?
Más aclaro, debemos preguntarnos de qué manera se dividirá el 77% que no votó el 18 de febrero, ese voto que he llamado el voto del silencio.
Tapar el sol con un dedo es un autoengaño, no sirve de nada, el sol seguirá iluminando y los demás lo verán iluminar, de modo que es un servicio inútil a su propia causa de quienes tratan de hacer eso.
Confieso que mi más grande preocupación no fue la abstención, a donde se han ido todos los ‘’análisis’’ que en definitiva son más líneas comunicacionales que otra cosa.
A mí me parece que más grave que la abstención, los desafueros en comportamientos de los partidos y lo permisible por parte de la JCE. Me refiero a la falta de control en las mismas puertas de los recintos de votación y de eso hablaré en la tercera y última parte de esta serie de artículos, incluyendo mis sugerencias de solución a esta situación dada…