Por Evelyn Irizarri
NUEVA YORK, Estados Unidos. – Al hablar de elecciones en los Estados Unidos, de inmediato se piensa en dos partidos políticos y, aunque muchos aspiran, al final, los ojos se centran en solo dos candidatos: un demócrata y un republicano.
Pero, aunque a veces pasan casi inadvertidos, en la carrera por la presidencia participan candidatos independientes. En este artículo citaremos algunos de los que aspiran desalojar a Biden de la Casa Blanca y cerrarle el paso a Donald Trump en su intento por regresar al poder.
Los independientes
En este reducido grupo de aspirantes se encuentra Robert Kennedy Jr, sobrino del presidente John F Kennedy. Es un activista antivacunas. Kennedy lanzó sus aspiraciones como precandidato demócrata, pero el pasado año, en el mes de octubre, anunció que se postulaba como candidato independiente.
Ha defendido teorías controversiales, como aquella de que las vacunas infantiles son las responsables del autismo.
Ha enfrentado de manera enérgica el mandato obligatorio de vacunación contra el Coronavirus.
Mientras estuvo en el Partido Demócrata, al principio del lanzamiento de su campaña, logró notoriedad y algunos pensaron que tenía posibilidades, de Biden no presentarse.
Cornel West
Este profesor que ha impartido docencia en Yale, Princeton y Harvard, es otro de los candidatos independientes que no temen desafiar el poder de los grandes partidos políticos.
West, en la actualidad es profesor Filosofía en el Unión Theological Seminary. Es un activista progresista. Saltó de un partido a otro antes de declararse independiente.
Al principio anunció que se postularía con el Partido del Pueblo, un movimiento dirigido por un exintegrante de la campaña del senador Bernie Sanders, pero después afirmó que buscaría la candidatura del Partido Verde, y luego, decidió presentarse como independiente.
Jill Stein
Completa este grupo, la doctora Jill Stein, quien aspira a la candidatura presidencial, por tercera vez. No siempre ha sido independiente, pues antes se postuló a las elecciones presidenciales por el Partido Verde en 2012 y 2016. Anunció su campaña en un video en el que pide una “carta de derechos económicos” que incluya el derecho garantizado al empleo, la atención sanitaria, la vivienda, la alimentación y la educación.
Jill Stein es una activista que apoyó a la lucha contra el cambio climático. Defensora de la protección del aborto y los derechos de las personas transexuales.
Hasta el día de hoy se le sigue culpando de haberle restado apoyo a Hillary Clinton, en 2016, en estados clave. Esto así porque en esos comicios su candidatura conquistó 1,4 millones de votos. Casi un récord para un candidato independiente.
Los más favorecidos
Como es lógico suponer, los candidatos de los dos grandes partidos, como siempre ha sucedido, serán los más favorecidos, no sólo por el electorado a la hora de votar. También que reciben la mayor cantidad de recursos por parte de los contribuyentes de las campañas.
Aunque las primarias acaban de arrancar en Iowa, y aun no hay nada definido, a pesar de que en el lado republicano no se vislumbra, al menos por ahora, una opción que pueda superar los más de 50 puntos porcentuales que le otorgan las encuestas a Trump, no se sabe si finalmente el expresidente logrará resolver todos sus problemas con la justicia.
Del mismo modo, no es un secreto que existen ciertas inquietudes dentro de las filas demócratas, que han apostado todo a su presidente, pero que cada vez se sienten más preocupados por algunos factores adversos que rodean al mandatario y que ponen en riesgo sus aspiraciones de continuar al frente del gobierno, como su edad y las amenazas a la salud.
El único
Los candidatos independientes no han faltado en ninguna de las elecciones estadounidenses, sin embargo, ninguno ha logrado más del 5 por ciento del universo de voto. Ninguno, con excepción de George Washington, quien se postuló y ganó la presidencia como independiente. Washington se oponía al sistema de partidos políticos.
Muy fuertes
Aun con todas las complicaciones de sus principales figuras, en los Estados Unidos, al menos por el momento, nadie es capaz de imaginar un presidente que no proceda de las filas demócratas o republicanas.
Todavía estas dos organizaciones dominan el escenario político del país. Por eso, algunos piensan que falta mucho tiempo para que un independiente o un partido minoritario derrote a las fuerzas tradicionales.