Por Evelyn Irizarri Santos
NUEVA YORK, Estados Unidos. – El enfrentamiento entre Estados Unidos y Venezuela, pensado más allá de una guerra verbal, cargada de declaraciones fuertes e irracionales de parte y parte, es lo más parecido a uno de los relatos bíblicos más famosos que recuerda la humanidad.
El que protagonizaron el joven David y el gigante Golliat.
Si ocurre un ataque directo contra Venezuela, algo que no se descarta, al margen de los resultados, la vida en esa región ya no será la misma, y el impacto en la sociedad norteamericana igual puede ser impredecible.
Sea porque Venezuela no está tan sola y a la hora de una confrontación, sus amigos, socios y aliados acudan en su apoyo para dar la batalla, o simplemente, porque no resulta fácil enfrentar con éxito la fuerza militar de Estados Unidos, lo que al mismo tiempo generará repercusiones en los sectores sociales y políticos de ese país.
Objetivo de USA
Pocas horas habían transcurrido desde el ascenso al poder de Donald Trump, cuando este dedicó unas palabras al pueblo de Venezuela y a su presidente Nicolás Maduro.
Tras afirmar que el régimen tenía los días contados, reiteraba que los venezolanos serían libres.
El siguiente paso fue fijar una recompensa de 50 millones de dólares por la captura del presidente venezolano.
El intercambio de palabras poco agradables entre ambos mandatarios no ha parado, pero por un tiempo relativamente corto, las aguas parecían en calma. Hasta que surgió el argumento de la lucha contra el narcotráfico en el Caribe. "Estados Unidos ha lanzado una ofensiva nunca vista en pos de impedir que los narcotraficantes continúen introduciendo drogas a suelo norteamericano".
Más o menos con estas palabras la administración Trump inició una guerra contra los cárteles de la droga.
Bombardeo de embarcaciones
Muchos acogieron con esperanza y optimismo la decisión del presidente Donald Trump de luchar contra los carteles de la droga y su decisión de acabar con el poder y la violencia de estos grupos.
Lo que nadie vio venir fue que Estados Unidos iniciara una serie de bombardeos a embarcaciones, que, según el secretario de Guerra, Pete Hegseth, estaban cargadas de droga.
Los ataques a estos pequeños barcos les han costado la vida a decenas de personas que según sus familiares y el propio gobierno de Nicolás Maduro, se trataba de embarcaciones dedicadas a la pesca.
En uno de esos ataques, quedaron sobrevivientes, y según las autoridades venezolanas, el secretario Pete Hegseth habría ordenado eliminar a quienes habían logrado salir con vida, algo que el funcionario ha negado.
Cuestionado sobre el incidente, Trump aseguró que si Hegseth negó haber dado esa orden él le creía al 100 por ciento.
Homicidio
Luego de guardar silencio, el gobierno de Venezuela reconoció que ciudadanos venezolanos y de otros países del Caribe habían sido asesinados por los ataques de Estados Unidos y acusó al gobierno de Donald Trump de homicidio.
La acusación es del presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Jorge Rodríguez, en una conferencia de prensa, donde dijo que si no hay una guerra declarada entre ambos países, esos ataques, no tienen otro calificativo que homicidios.
Otra acusación
Solo horas después de que el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela acusara a Estados Unidos de homicida, la vicepresidenta Delcy Rodríguez, al agotar un turno en la Segunda Conferencia Ministerial de este año, de la alianza OPEP+, que lideran Arabia Saudita y Rusia, acusó Norteamérica de intentar apoderarse de sus reservas de petróleo, bajo el argumento de combatir el narcotráfico con el despliegue militar del Caribe.
La denuncia de la segunda mandataria estaba contenida en una carta escrita por el presidente Nicolás Maduro.
El espacio aéreo
La semana pasada fue una jornada intensa y la tensión entre ambos países se desbordó, cuando el presidente Trump advirtió que luego de iniciar las acciones por mar, no descartaba iniciar las acciones dentro del territorio venezolano. Para muchos, una advertencia de guerra.
Antes de finalizar la semana, a través de su red Truth Social, el presidente escribió un mensaje advirtiendo a los narcotraficantes y a todas las líneas aéreas que el espacio aéreo de la tierra de Bolívar estaba completamente cerrado. Horas después Nicolás Maduro respondió diciendo que el espacio aéreo estaba abierto y advirtió que su gobierno rechazaba órdenes ejecutivas mediante injerencias extranjeras.
Sin embargo, medios de comunicación reportaron una considerable disminución de la actividad aérea en los principales aeropuertos del país.
La semana que inició el lunes, encuentra a la población de Caracas sumida en la incertidumbre, con temor a un posible ataque externo contra su territorio.
A esto se suman las declaraciones de Maduro, quien dijo que Venezuela ha soportado 22 semanas de terrorismo psicológico desde que Estados Unidos inició los bombardeos en el Caribe. Advirtió que no podrán sacar a Venezuela del camino de la revolución.
Versiones sobre “la renuncia de Maduro”
Desde hace meses se rumora que la Casa Blanca espera la renuncia de Maduro. Es más, en varias ocasiones se ha hablado de una propuesta de Miraflores de una salida negociada.
Se ha dicho que la propuesta de Maduro es la de permanecer en el poder por dos años más, algo que ha sido rechazado por la administración Trump, que quiere una salida inmediata y de no ser así amenaza con usar la fuerza.
Solo es cuestión de esperar que la sensatez asome y que la madurez y los intereses colectivos, la paz y la seguridad de las personas se antepongan a los egos, la irracionalidad y ambición desmedida.





