Por Evelyn Irizarri Santos
NUEVA YORK, Estados Unidos. – Contrario a lo dicho durante la campaña, de que no iniciaría guerras, si no que las terminaría, y a pesar de ser un ácido crítico de la tendencia estadounidense de intervenir en conflictos que no le reportaban ningún beneficio al país, el sábado 21, sucedió lo que no se veía venir, al menos por aquellos que creían en todo lo antes mencionado.
Aunque para muchos, era solo cuestión de tiempo, sobre todo, luego de que, a principios de semana, el presidente Donald Trump recomendara evacuar la capital iraní. Estados Unidos atacó tres instalaciones nucleares en Irán y se desató el infierno y cundió el pánico en las principales ciudades del país.
Acuerdo de paz
Aunque Trump había anunciado un cese al fuego, Israel e Irán volvieron a atacarse. Estos ataques, luego de que dijera que ya se había logrado un acuerdo de alto al fuego, molestó al presidente de los Estados Unidos, quien utilizó palabras fuertes para recriminarle a ambos países por haber violado el acuerdo a que habían llegado.
Luego de sus palabras, donde no escondió su frustración y enojo, Trump, mientras volaba a los Países Bajos, llamó al primer ministro israelí, en lo que la Casa Blanca calificó como una enérgica comunicación. Horas más tarde, Irán e Israel anunciaban un alto al fuego. De inmediato Trump se anotó la victoria de este cese al fuego y aunque para muchos este acuerdo es muy frágil, Trump asegura que ambas naciones ya están cansadas de este conflicto.
Previo a los ataques
El conflicto entre Irán e Israel llevaba ya ocho días, cuando, los Estados Unidos ejecutaron su ataque, sin hacer caso de las advertencias de que Irán tomaría represalias si el país entraba a la guerra de manera activa.
Pero, el mandatario no escuchó las advertencias y amenazas, sino que tampoco escuchó las voces dentro y fuera de su partido.
Para muchos, el ataque fue una sorpresa, ya que Trump había asegurado que estaba estudiando la posibilidad de intervenir en la guerra, pero que la respuesta definitiva la ofrecería en dos semanas. Pero no fue así. Al caer la tarde del sábado, a través de sus redes sociales, el presidente dio cuenta de lo que denominó un "espectacular ataque" a cargo de nuestras fuerzas armadas.
Ponderaba el presidente la precisión y certeza de los aviones estadounidenses que hicieron blanco en los objetivos señalados.
La respuesta
Donde sí parece haber caído por sorpresa la ofensiva militar, fue precisamente en Irán, pero esto no impidió una rápida reacción por parte de la Guardia Revolucionaria y las autoridades iraníes.
De inmediato aclararon que esa nación no dejaría sin respuesta ningún ataque a su integridad territorial, soberanía y seguridad nacional, "en ninguna circunstancia". Y así lo hizo.
A pesar de las presiones de Trump para que Irán iniciara las conversaciones para la paz, en respuesta, Irán atacó la base aérea estadounidense de Al Udeid, en Qatar.
La base fue atacada con misiles de corto y mediano alcance. De inmediato, el presidente Trump calificó este ataque como una respuesta débil.
Resaltó que, durante el mismo, ningún estadounidense resultó muerto o herido.
Trump incrementó las presiones para que Irán e Israel lleguen a un acuerdo de paz.
El fantasma
En su ataque, Estados Unidos, utilizó sus aviones invisibles o fantasmas. Se trata del B-2 Spirit. Una poderosa nave, conocida en el Pentágono como "el avión invisible", indetectable a cualquier radar del mundo, capaz de alcanzar una velocidad de casi mil kilómetros por hora, con una impresionante silueta triangular de color negro, con la peligrosa carga de 16 bombas nucleares, cada uno de las cuales tiene la capacidad de hacer desaparecer una ciudad completa.
Reacciones
Después de los ataques a Irán, la preocupación se apoderó de las personas en las principales ciudades del país. Temerosos, millones de estadounidenses buscaban información sobre las consecuencias que podrían traer a suelo norteamericano, a los ciudadanos y a lugares de interés estadounidense.
Nueva York en alerta
Durante el fin de semana, los neoyorquinos no podían esconder su temor y nerviosismo. A pocas horas de la incursión militar en Irán, la gobernadora Hochul dijo que Nueva York estaba alerta y que ella se mantenía en comunicación constante con las agencias de seguridad nacional para conocer de primera mano cualquier amenaza contra la seguridad de las personas en la Gran Manzana.
Lo mismo hizo la comisionada de la policía, quien anunció que la vigilancia policial sería redoblada.
Fue así como las calles, las estaciones del metro, los centros comerciales, las instalaciones que albergan a multitudes se vieron con una mayor vigilancia policial.
Inconstitucional
Aunque no se ha hecho mucho hincapié en el aspecto constitucional de ejecutar un ataque a una nación extranjera sin la autorización del Congreso, el asunto no ha pasado inadvertido. El representa demócrata Chuck Schummer, dijo que a él le llamaron por teléfono cuando ya los aviones iban de camino a la misión de bombardear Irán.
Una vez más, una decisión presidencial entra en conflicto con la constitución y pone sobre la mesa la interrogante de si el presidente se excede en sus atribuciones, ignorando otros poderes del Estado.
