Lito Santana
Una nueva forma de intercambio positivo toma auge entre sectores populares y de clase media baja: las donaciones de ropa para bebés recién nacidos o de pocos meses.
En determinados sectores de nuestra sociedad se han formado pequeñas organizaciones que, aunque no alcanzan para definirse como fundaciones tradicionales, sí sustentan un servicio que beneficia ampliamente a futuras madres.
La mano amiga consiste en contactar a jóvenes embarazadas o recién paridas para entregarles las primeras ropitas de sus criaturas, sean hembras o varones.
Para ello, varias señoras se ponen en contacto con madres cuyos hijos ya crecieron y tienen el deseo de regalar la ropa que usaron sus bebés, para que otras madres puedan aprovecharla.
"Yo, por aquí por Invivienda, en Santo Domingo Este, investigo con mis vecinos y amigas qué madre ya no usa esas prendas, me las entregan y entonces averiguo quiénes las necesitan, sea para un recién nacido o para niñas o niños de varios meses, y se las llevo gratis, como una donación", cuenta Zoila Custodio, una doñita de casi 80 años que dio a luz a 11 criaturas.
Ella parece asimilar su experiencia de madre, que pudo transferir entre sus hijos las ropitas que, al crecer, iban dejando, pero que servían a los próximos hermanitos.
Como están las cosas de difíciles hoy día, esta acción viene a resolver una gran necesidad de futuras madres que viven momentos precarios y ven aproximarse la fecha de su parto.
Como Zoila, hay decenas de mujeres que se dedican a esta labor y, como "hormiguitas silenciosas", sin buscar ninguna recompensa económica, ayudan a personas necesitadas.
Son donaciones solidarias que realizan un excelente servicio. Mis felicitaciones.