Por Evelyn Irizarri Santos
NUEVA YORK, Estados Unidos. – Era de esperarse, las advertencias estaban hechas desde los tiempos de campaña y fue uno de los motores que motivó a los electores que otorgaron una victoria indiscutible al candidato republicano.
La idea de un país solo para los norteamericanos, limpio y libre de inmigrantes, en especial aquellos sin estatus migratorio regular, movilizó a votantes de las zonas más apartadas y tiñó de rojo el mapa electoral estadounidense.
Por eso, desde que asumió el gobierno, los efectos de sus acciones comienzan a sentirse en todo el territorio nacional.
Varios temas
Aunque el migratorio es el más sensible, pues implica la expulsión del país de personas que llevan años trabajando y viviendo en los Estados Unidos, aborda el tema de la separación familiar y la repatriación de familias completas. Pero existen otras medidas que afectan a ciudadanos y residentes legales, como la que busca eliminar las posiciones de trabajo de inclusión y diversidad. La medida estatal de aceptar y reconocer solo dos sexos, hombre y mujer, entre otras decisiones gubernamentales.
En un solo día
En un hecho sin precedentes, los servicios de inmigración arrestaron a 965 personas en un solo día, lo que ha desatado el pánico entre la comunidad migrante, que comienza a mostrar signos de desesperación, al punto de que muchos comienzan a pensar en la auto deportación.
El foco de acción de las autoridades se centra en ciudades como Los Ángeles, La Florida, Chicago, Nueva Jersey y Nueva York.
Tiroteo en la frontera
Esta semana, un grupo de hombres armados abrió fuego desde la frontera sur, contra oficiales de la patrulla fronteriza. El gobierno de México ha prometido investigar las circunstancias en que ocurrieron los hechos y establecer los responsabilidades.
Aunque no se han identificado a los agresores, ha trascendido que se trataría de miembros de cárteles de la droga y traficantes de personas.
Cambio en los barrios
Las imágenes se repiten en los vecindarios latinos de Chicago, Nueva York y Nueva Jersey, para solo citar tres de los estados donde viven más afectados, las calles lucen vacías. La gente prefiere quedarse en su casa por temor a encontrarse con los agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE) y terminar a bordo de un vuelo de deportación.
El cambio se nota en las calles, donde desde el pasado día 20 de enero han desaparecido vendedores que llevaban años ofreciendo todo tipo de productos.
En Chicago, el temor es más evidente, pues desde antes de asumir el cargo, Donald Trump afirmó que este sería uno de los Estados en donde iniciarían los operativos del ICE.
Sin distinción
Aunque se ha dicho que las deportaciones se enfocarían, en primer lugar, en las personas con algún tipo de antecedentes penales, en la práctica, para ser deportado solo es necesario carecer de documentos, sin importar cuantos años tenga viviendo en el país
El caso de Colombia
El pasado fin de semana, el gobierno del presidente Gustavo Petro negó el aterrizaje de dos aviones militares estadounidenses, con más de 200 deportados.
La negativa Colombia a recibir al grupo de indocumentados, provocó la cólera de la Casa Blanca.
La reacción del presidente Trump no se hizo esperar. Impuso aranceles de un 25 por ciento a los productos colombianos que ingresan a los Estados Unidos.
Al parecer, Washington sintió que esta sanción, o represalia no fue suficiente. Fue entonces cuando el secretario de Estado Marco Rubio, amplió el castigo para asegurarse que sus efectos afectaran al mayor número de personas posibles.
En un comunicado enviado a los medios de comunicación, el Departamento de Estado informó que aplicarían restricciones a las visas de los funcionarios colombianos y a sus familiares, además de instruir a su embajada en Bogotá a suspender el otorgamiento de visa.
Lo pensó mejor
Luego del alboroto que provocó en Washington la negativa de Gustavo Petro de recibir a los repatriados y de las sanciones que sobrevinieron contra esa nación, el presidente colombiano cambió de manera drástica su postura y no pasó mucho tiempo para anunciar que recibiría sin restricción a los deportados.
Se espera que otros países pasen por situaciones similares en los próximos días.
Hasta en las escuelas
Una de las realidades que más tristeza está generando entre las personas es la decisión de permitir que personal de control migratorio puedan penetrar en las escuelas y en las iglesias para arrestar indocumentados, a pesar de una disposición que prohíbe el acceso a las escuelas de autoridades federales.
Sin embargo, de acuerdo a las nuevas autoridades, quienes se opongan a los operativos serán sancionados.
Estas amenazas han sembrado el terror, incluso entre los más jóvenes.
Tras la medida, las escuelas, a nivel intermedio y secundario, han registrado un número récord de ausencias desde el 20 de enero.
Los reportes de ausencias en las escuelas han motivado que los directores de distritos escolares envíen comunicados a las familias para tratar de llevar tranquilidad, y asegurarles que sus hijos no corren peligro por asistir a los centros de enseñanza.
Poca esperanza
Lo cierto es que la determinación de la administración Trump de poner fin al ingreso de personas indocumentadas y de expulsar a quienes ya están en suelo americano, sin importar el tiempo y la honestidad con la que han permanecido en el país, acaba con las esperanzas de quienes no tienen un estatus migratorio, no solo de jamás poder obtener una Green Card o tarjeta de residencia, sino de tener que regresar a su país de origen solo con lo que llevan puesto, dejando atrás años de trabajo y sacrificios.
