Este es el año de Vladimir Guerrero Jr.
Resultados aparte, la temporada de 2025 está llena de preguntas dirigidas hacia su persona y nadie más las puede responder.
¿Será el pelotero con el bate gélido de las primeras semanas de 2024 o el que cerró esa misma contienda tan ardiente que había que agarrarlo con guantes?
El inicialista será agente libre al final de la venidera estación, salvo que Toronto lo convenza con una propuesta económica que le haga pensar lo contrario.
Hay un detalle a tomar en cuenta: el contrato récord de Juan Soto de 765 millones de dólares por 15 años con los Mets de Nueva York elevó el valor de los peloteros. Es normal, se cruza un umbral y los linderos cambian.
Si Vladimir Jr. pensaba que con registros estadísticos imponentes valía más de 400 millones de dólares, ahora tiene toda la razón en disparar su cotización.
Todo comienza con apostar a su talento, como han hecho muchos en la campaña antes de ir a la agencia libre, donde usted se presenta para el mejor postor. Los ejemplos sobran, Alex Rodríguez, Bryce Harper, Shohei Ohtani, el mismo Soto, en fin.
Guerrero Jr. da esas señales. Entrena fuera del país para mantenerse en excelente forma física; desde la contienda pasada se comunica distinto y usa más el inglés; luce más maduro y ese bate siempre ha estado ahí.
Ha sido intermitente, es real, pero ha salvado sus años con números buenos porque si algo hace, es castigar la pelota como pocos.
Su obra cumbre es la de 2021, cuando dio 48 para la calle, impulsó 111, anotó 123 y un promedio de .311, entre otros números impresionantes. Solo Ohtani, el llamado androide japonés, le quitaba el Jugador Más Valioso. En 2022, pegó 32 cuadrangulares y su promedio fue de .274 con 97 producidas. En 2023, bajó a .264, 26 batazos de vuelta completa y 94 compañeros llevados a las bases.
No son estaciones malas, pero para alguien de su nivel, con sus expectativas tras ser el mejor prospecto del juego, quedó por debajo.
Para la campaña pasada, con todo y el lento arranque, su promedio de bateo fue de .323 con 30 tetrabases y 103 empujadas. Nadie estuvo más ardiente que él en las Grandes Ligas desde mediados de mayo hasta que concluyó la serie regular. Lo que hizo en junio, julio y agosto fue sensacional. Conectó 22 de sus 30 aldabonazos en esos meses.
Por igual, su comportamiento fue distinto y demostró dotes de liderazgo en una escuadra de los Azulejos que necesita ese tipo de postura. Si comienza en 2025 como concluyó en 2024, Toronto sentirá la presión de pagarle mucho más que lo que ha ofrecido hasta la fecha. Que lo hagan es otra cosa, pero habrá señales de que el joven merece buena paga.
Si él ya dijo que no a una propuesta ligeramente inferior a los 400 millones de dólares, es porque piensa en más de 500 millones de dólares.
En marzo, cumplirá 26 años, una edad de lujo para aspirar a un pacto entre 12 y 15 años. Su manejo es otro y eso vende. Además, cuenta con una base de seguidores que puede crecer.
El hijo del inmortal Vladimir Guerrero solo debe enfocarse en darle para la pared y ser un primera base de nivel defensivo por encima del promedio. Ya ganó un Guante de Oro (2022) y si algo se sabe es que “palea”.
Si demuestra que un gran contrato no lo induciría al terreno de las locuras de algunos de sus colegas en años recientes, su botín está asegurado. Puede que sea en territorio canadiense, pero si de allí lo cambian, lo que no se puede descartar, alguien le pagará y entonces la agencia libre le sabrá a fiesta, con muchos billetes negro y verde para celebrar.