POR SANTO SALVADOR CUEVAS
La agenda del Departamento de Estado de Estados Unidos y la llamada comunidad internacional para República Dominicana y Haití, además de muy pretenciosa por los elementos culturales, las raíces históricas y la idiosincrasia de los dos pueblos, resulta inviable.
Ni los haitianos andan detrás de fusión alguna, y los dominicanos menos, pues ambos conglomerados humanos viven orgullosos de su Patria y de sus banderas.
De manera tal que es desde fuera que se pretende imponer una agenda que en nada beneficia ni a los haitianos ni a los dominicanos.
Al contrario, de lo que se trata es de imponer la fusión insular para facilitar la política de saqueo, pillaje y colonialismo que han impuesto durante más de 500 años Francia, España, Estados Unidos de América y Canadá.
Sobre la mesa imperial hay colocadas varias opciones, de las cuales la más acariciada es la fusión de ambos países.
Más aún, la fusión no es la única opción, pues también se bate el "Plan Kosovo", consistente en incentivar, primero la inmigración masiva desde Haití hacia Santo Domingo, tal se hizo en la frontera entre Albania y Serbia, que durante años lo de un país inmigraban y se estacionaron en el territorio del otro país, hasta que en el tiempo los inmigrantes de Albania residentes en la frontera Serbia se declararon como Estado Independiente, siendo reconocidos como gobierno legítimo por los Estados Unidos y sus satélites en el mundo; de igual manera la experiencia para proclamar el Estado de Kosovo implicó poner a matarse en conflictos violentos a los habitantes de ambos países.
Esa vía no es la más acariciada en la agenda del Departamento de Estado, pero entra en las prioridades y opciones a tomar en cuenta.
Esto último implica un conflicto inducido que ha de llevar a un baño de sangre planificado y motivado para justificar la invasión de marines y así despojar a República Dominicana de parte importante de nuestro territorio.
Esto ha de darse en un contexto en que desde años los haitianos entienden que de Azua hasta Jimaní, Pedernales y Elías Piña les pertenece.
Es decir, en la frontera Dominico-Haitiana se avanza hacia un conflicto inducido y de grandes dimensiones.
Ante esta realidad, la nación dominicana debe organizarse, tomar conciencia del peligro que nos acecha y prepararnos como pueblo para la resistencia, no contra los haitianos, sino contra los ideólogos de la agenda fusionista que intenta imponer el Departamento de Estado de los Estados Unidos de América, Francia y Canadá.
Se impone la unidad de todo el pueblo.
