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jueves, diciembre 26, 2024

Suplir al Sur Lejano con energía fotovoltaica de El Salado de Neyba

Por Emiliano Reyes Espejo
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Ya el Sur Lejano necesita y requiere la realización de grandes iniciativas que aseguren la creación de un estado feliz para sus habitantes, no nimios proyectos que no impactan y solo arañan la pobreza ancestral que ha abatido por siempre a esta zona del suroeste del país. Ha llegado el momento en que líderes locales, municipales y las autoridades nacionales se convenzan de que esta región clama por la puesta en marcha de proyectos de “gran calado” que contribuyan a revertir el hambre y el anatema de la eterna deuda social que persiste en la zona.
Hace dos años se produjo el relanzamiento del proyecto de El Salado de Neyba, provincia Bahoruco. Y hace cinco meses el Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario (FEDA) entregó 30 millones de pesos para realizar un proyecto ovino-caprino, en esta misma zona.
Todo eso está bien y lo valoramos. Pero con eso solo se lleva un hálito de esperanza, se clavan sueños en los corazones de los habitantes de la región y pueden, incluso, ser iniciativas consideradas laudables a la luz de las necesidades regionales. No dejan de ser, sin embargo, pequeños paliativos, diminutos mordiscos que ayudan a aligerar un poco la carga y feroz embestida de la pobreza que por años ha azotado a quienes osan vivir en este rincón fronterizo.
El proyecto diversificado lanzado hace un par de años en el distrito municipal de El Salado abarca una granja acuícola, diferentes formas de producciones agrícolas y prácticas eficientes de cultivos. Incentivará la producción de variedades de ovejas, producción de abono orgánico y hortalizas cultivadas de manera vertical (sin contacto con la tierra).
También, se habló del fomento del cultivo de variedades de peces, cría de gallinas ponedoras que serán cruzadas con gallinas criollas con miras a reproducirlas para que produzcan mayor cantidad de huevos (más de un huevo en menos de 28 horas) además de un establo, según las informaciones que emanan de la zona.
Cabe destacar que la Universidad Católica Tecnológica de Barahona (UCATEBA) y el Centro de Apoyo Cideal de la Cooperación Española, organismo de la embajada de España en el país, diseñaron 17 planes municipales de desarrollo para su aplicación en igual número de municipios y otras comunidades de la zona. Por ejemplo, el “Plan Municipal de Desarrollo de Tamayo (2020-2024)” constituye “la instrumentación oficial de planificación del desarrollo en el municipio que articula de manera lógica y organizada las aspiraciones de los distintos sectores activos que participan en la dinámica política, económica y social en el territorio, con base en lo estipulado en la Ley número 1-12 de la Estrategia Nacional de Desarrollo 2010-2030 (END 2030)”.
Los demás planes utilizan términos similares, es decir, evocan la necesidad de implementar iniciativas para el logro de un desarrollo organizado y lógico en esa zona del país.
Creo que no es suficiente. Hay que ir más lejos. Hay que profundizar en soluciones socioeconómicas sostenibles a largo plazo. Las referidas formulaciones del Centro de Apoyo Cideal-UCATEBA requieren ser aterrizadas con proyectos concretos y de mayor envergadura, de manera que contribuyan no solo a paliar las actuales necesidades, sino a eliminarlas por siempre y a proyectar por fin un estado de bienestar social y de creación de empleos entre los habitantes de estas comunidades.
Oficina de proyectos
En esa tónica, urge que el Estado dominicano, a la vez que fomenta iniciativas como las del FEDA en Bahoruco, destine esfuerzos para crear en la zona (en Neyba o en Barahona) una oficina de expertos que se dediquen a estudiar realidades y a formular proyectos de desarrollo empresarial, industrial y de servicios que puedan ser implementados en la región.
Los expertos que laboren en esa oficina, por ejemplo, se dedicarán a preparar proyectos para el aprovechamiento integral de la caña de azúcar o del cultivo de plátano, si fuesen los casos.
Según un viejo “Manual de proyectos de desarrollo económico” preparado por el ingeniero Julio Melnick, quien trabajó como asesor del Programa de Asistencia Técnica de las Naciones Unidas (ONU) y a quien esta entidad rindió un homenaje póstumo en su memoria, los proyectos tienen que contemplar los problemas y conceptos generales, las técnicas de programación del desarrollo económico, selección de los proyectos por estudiar, proyectos que derivan de estudios de mercados, proyectos para aprovechar recursos naturales, proyectos de origen político y estratégico, naturaleza del estudio de los proyectos y las distintas etapas del mismo.
Este manual ha servido como fuente de conocimientos para el estudio preparado por el Programa CEPAL/AAT de capacitación en materia de desarrollo económico, y contempla, además, enseñanzas sobre tamaño y localización, estudio del mercado e ingeniería del proyecto. Trata igualmente acerca de las inversiones, proyección de demandas de bienes y servicios, el empresario, proyección de tráfico y fletes, política económica del Estado y evaluación final de proyectos, entre otras variables a considerar según se aprecia en el texto de la ONU.
A partir de estos y otros conceptos similares es que consideramos que el gobierno central debe instalar y operar una Oficina que se dedique a crear grandes proyectos de desarrollo en el Sur Lejano, los cuales, ya terminados y con sus respectivos estudios de factibilidad, se ofrecen a potenciales inversionistas privados nacionales y extranjeros a través de las embajadas y consulados dominicanos en diferentes partes del mundo.
La dinámica de esta oficina funcionaría de la siguiente manera:
1) La Oficina investiga y desarrolla el proyecto con productos y materia prima de la zona (minero, agrícola, industrial, turístico, de servicios, empresarial, transporte, etc.)
2) Entregará sus resultados al gobierno central, y
3) El gobierno ofertará a través de la Cancillería, las embajadas y los consulados los proyectos a inversionistas extranjeros -con sus respectivos estudios de factibilidad- que se interesen en implementarlos (en el caso de las provincias Bahoruco e Independencia, en la región del Valle Enriquillo, los mismos estarán exentos de impuestos y otros beneficios que ofrece la Ley de incentivos para el desarrollo fronterizo).
La referida oficina se auxiliará en el plano local de estudios que ya han hecho universidades de la región (la prevista instalación de la extensión de la UASD en Neyba, por ejemplo) y de investigaciones que realicen o hayan realizado instituciones de cooperación de otros países como España.
Aprovechar la energía del sol
La propuesta con la que creo que se debe comenzar, según su propia naturaleza, es con un estudio sobre el aprovechamiento de la caída de energía solar en el distrito municipal de El Salado de la provincia Bahoruco, donde existe una amplia extensión de terrenos que se prestan para el desarrollo de un proyecto fotovoltaico de gran envergadura.
Una planta solar en dicho lugar tendría, a mi juicio, el éxito asegurado, ya que la energía que se produzca será aprovechada por las comunidades de la región, las cuales podrán tener un suministro estable de electricidad que garantice su eficacia en el desarrollo empresarial y como servicio a la población. En esa zona cae una enorme cantidad de energía del sol que no está siendo aprovechada. Mediciones realizadas por expertos del departamento de energía del desaparecido Instituto Dominicano de Tecnología Industrial (INDOTEC -hoy IIBI- estableció que esta zona específica de Bahoruco está entre las regiones donde cae mayor cantidad de energía solar que no es aprovechada.
Miremos hacia China
Para el desarrollo de este proyecto en específico, en El Salado de Neyba el actual gobierno del presidente Luis Abinader debe buscar el concurso y la asesoría de la República Popular China. ¿Por qué China? Esta nación asiática, con un gobierno de corte socialista, desarrolla en la actualidad una serie de impresionantes iniciativas de aprovechamiento de terrenos áridos para instalar en esos lugares grandes plantas fotovoltaicas o solares que contribuyen a suplir las enormes demandas de energía eléctrica que tiene esta emergente potencia económica mundial. Los españoles también desarrollan con éxito este tipo de proyectos que ayudan, no hay dudas, al desarrollo de sus comunidades.
¿Por qué no realizar proyectos similares en El Salado de Neyba? Allí están dadas las condiciones para ello, y como no se trata de un proyecto que pueda afectar la “seguridad nacional” de ningún país, creo factible acudir a los amigos chinos para ver si pueden ayudarnos en ese aspecto.
En El Salado de Neyba se han realizado proyectos para ganar allí terrenos en tierras salinas para impulsar cultivos, pero no han sido exitosos, hasta donde he sabido.
Esta vez, el joven director del FEDA, Hecmilio Galván, debería visitar al nuevo embajador de China en el país, Chen Luning, para conversar con él y sugerirle esta propuesta que permita sacar provecho de estos terrenos. Nadie sabe si los inversionistas chinos o el propio gobierno de la potencia asiática se interesan por este proyecto que sería de especial importancia para los pueblos del Sur Lejano.
No es que trato de ser optimista, pero de hecho ya en mi imaginario puede observarse a El Salado de Neyba con un proyecto sembrado de punta a punta de una enorme planta de producción de energía fotovoltaica para beneficio de los habitantes del lugar y de la zona.
Sería justo comenzar a ver al Sur Lejano como una región de grandes proyectos de desarrollo, tan enorme como el actual de la presa de Monte Grande.
*El autor es periodista

Emiliano Reyes
Emiliano Reyes
Periodista y Gestor de relaciones públicas

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