Lito Santana
Con frecuencia sucede que la población, y con ella sus organizaciones que la representan, se esfuerzan en dar a conocer sus dificultades enfocadas en que sus reclamos lleguen hasta el oído del presidente de la República.
Así, las organizaciones populares y comunitarias cuando diseñan un plan de lucha lo que procuran es que sus necesidades sean extendidas hasta el Palacio Nacional.
Ese abanico reivindicativo puede ir desde una pequeña comunidad que carece de un sistema de agua potable, hasta el tormento de grandes ciudades que sus pobladores no pueden llegar a tiempo a sus citas por los taponamientos que generan avenidas en mal estado u obras en construcción, como el paso de desnivel en Pinturas, en Santo Domingo Oeste.
Ni hablar ante la “crujía” que, de un mes para acá, está viviendo la población dominicana con la distribución de los apagones que hacen las EDES que manejan el sistema eléctrico nacional.
Precisamente con este tema de las interrupciones del servicio, el presidente de la República Luis Abinader, acaba de aceptar que está bien informado de las quejas.
“Las EDES (empresas distribuidoras de electricidad) tradicionalmente han sido un dolor de cabeza para todos los dominicanos y hay un tema en términos del cobro, que tiene que mejorarse en muchos sectores; ahora, los apagones molestan, son insostenibles también; pensamos que eso debe de irse disminuyendo”, ha dicho el presidente de la República en su acostumbrado encuentro con la prensa, mejor conocido como “la Semanal”.
La sinceridad con la que se expresó el primer mandatario es el mejor testimonio de que hasta su despacho ha llegado el clamor popular para que se detenga esta política errática de “hacer más eficiente el servicio energético, aumentando la cantidad de apagones”.
Naturalmente, ya el pueblo sabe que Luis Abinader está consciente de su situación, por lo tanto, espera con más fe una solución urgente al problema de los apagones, cuyo suich, definitivamente, está en el Palacio Nacional.
¡No más palabras magistrado!