Por Feferico Pinales
Los presidentes de México, Venezuela Colombia y Burkina Faso, están unidos de brazos, para sacar a sus pueblos de los ancestrales atrasos, luchando con determinación y sin violencia para lograr su verdadera independencia, liberándose del yugo de las grandes potencias, que por siglos las han explotado sin clemencia.
Los presidentes Ebrahín Traoré , de Burkina Faso, en África; Claudia Sheinbaum, de México; Gustavo Petro, de Colombia y Nicolás Maduro, de Venezuela, tienen hirviendo la “cazuela”.
Con inteligencia y sin mucho apuro, de valentía y dignidad están construyendo un gran muro.
A los corruptos, traficantes y criminales los están descubriendo, procesando y poniendo en evidencia, con un mínimo de violencia, aprovechando la tecnología y la inteligencia. Esfuerzo que algunos no reconocen, ni siquiera por decencia, porque solo les interesa fastidiar la paciencia.
Estos cuatro países han hecho más en la lucha contra la corrupción, el tráfico ilegal y han procesado a más criminales que aquellas naciones “puritanas”, que resuenan las falsas campanas, en forma irónica, cínica y perversa, para justificar su sadismo patológico, expresado reiteradamente a través de las estrangulaciones económicas criminales, para impedirles a millones de seres humanos que tengan acceso a la alimentación, a la educación y a los servicios de salud. Bajo el pretexto de forzar los derrocamientos de gobiernos extranjeros, legalmente elegidos por sus conciudadanos.
Estos cuatro presidentes han demostrado a la gente, en forma docente y coherente, con pruebas fehacientes, que los supuestos filántropos, de África y América Latina, no eran más que unos simuladores invasores, promotores y apoyadores de sanguinarios dictadores, títeres de los peores intereses, enemigos de la mayor parte de la humanidad, de la cual, irónicamente, extraen sus groseras fortunas.
Contra ese estado de cosas es la lucha valiente y plausible del cuarteto Ebrahin Traoré, Claudia Shembaum, Gustavo Petro y Nicolás Maduro, entre otros.





