Por Federico Pinales
Los supra poderes que controlan y gobiernan al mundo son sádicos patológicos, inhumanos y crueles que disfrutan y se divierten con el sufrimiento físico y psicológico de los seres humanos.
Poner a sufrir a naciones enteras intencionalmente por placer es un acto de sadismo perverso.
Bombardear indiscriminadamente poblaciones enteras, bajo cualquier excusa, es un acto de sadismo criminal.
Explotar laboralmente bajo condiciones inhumanas y en situaciones de esclavos a seres humanos, para beneficiarse económicamente es otra variedad de sadismo.
Invertir cientos de miles de millones de dólares y euros en la producción de armas de destrucción masiva, para destruir naciones enteras y apoderarse de sus recursos naturales, en perjuicio de sus habitantes originales, es además de sadismo, crueldad criminal y robo descarado.
Todas las potencias que han gobernado el mundo, bajo dictaduras declaradas o disfrazadas de democracia, han sido y son sádicas.
Solamente sádicos y desquiciados mentales, carentes de sentimientos humanos, pueden pasarse la vida diseminando guerras por todo el globo terráqueo, invadiendo naciones pobres y ricas, llevándose de paso millones de vidas humanas, sin ningún remordimiento.
Las corporaciones internacionales que patrocinan, protegen y encubren esas barbaridades y se benefician de ellas son peores.
Los medios de comunicación y los periodistas que les sirven de instrumento, conscientes, haciéndose los ciegos, los sordos y los tontos o justificando esos interminables genocidios, bajo la descarada y cínica argumentación de que lo hacen para “salvar a la población” de supuestos regímenes dictatoriales, “promover las democracias” y “hacer respetar los derechos humanos”
Al término de cada conflicto promovido, creado, patrocinado y financiado por ellos, solo dejan como legado semilleros de cementerios, millones de inválidos, destrucción, saqueo y pobreza extrema; la cual usan luego como excusa para presentarse como generosos filántropos, “regalando” migajas de las mismas riquezas que les robaron a las naciones que ellos se gozaron destruyendo con armas de exterminio masivo …fabricadas y suplidas por quienes luego pretenden venderse como los santos paladines del humanismo mundial.
Lo triste y desgarrador de todo ese sadismo salvaje, indigno, repugnante y cruel, es que, por razones de ignorancia, unos, y por conveniencia otros, muchas de las víctimas colaterales de ese incontrolable genocidio mundial, defienden dicho comportamiento despreciable, cegados por la criminal campaña de manipulación mediática, pagada y dirigida por los medios de comunicación, propiedad de quienes se benefician política y económicamente de los genocidios sádicos, las destrucciones y los saqueos.
Lo irónico e incomprensible de todo esto es
que muchas de esas acciones se cometen en nombre de Dios, apoyadas por importantes líderes religiosos de diferentes corrientes.
¿Hasta cuándo, Dios mío, seguirás permitiendo que se siga cometiendo tantos crímenes en tu nombre, apoyados por los supuestos representantes tuyos en la tierra?
Nunca he dudado de tu poder y tu existencia, pero sí de quienes usan tu nombre para justificar sus diabluras.