Por Octavio Santos
Aunque los efectos de la crisis climática son cada vez más palpables en el Caribe y Centroamérica, el gasto público que los países de la región destinan a la protección del medio ambiente sigue siendo bajo. Sin embargo, dentro de esa realidad, la República Dominicana ha mostrado una trayectoria creciente, aunque aún insuficiente, en inversión ambiental entre 2020 y 2024.
De acuerdo con el Boletín de Estadísticas Ambientales número 10 de la Oficina Nacional de Estadística (ONE), el gasto del Gobierno Central dominicano en protección del medio ambiente aumentó de RD$2,278 millones en 2015 a RD$8,620 millones en 2024, lo que representa un crecimiento del 278 %. Aunque el incremento es notable, este gasto sigue representando solo entre 0.06 % y 0.13 % del Producto Interno Bruto (PIB), un porcentaje por debajo del mínimo recomendado por organismos internacionales.
“Hay una mejora visible, pero el nivel sigue siendo bajo frente a las necesidades ambientales del país y la región”, señala el boletín, que destaca que la mayor parte del presupuesto ambiental se concentra en la protección de la biodiversidad y la gestión de desechos.
Un aumento progresivo, pero limitado
Entre 2020 y 2024, la República Dominicana promedió un gasto anual de aproximadamente RD$7,027 millones en protección ambiental, lo que equivale a US$123 millones al tipo de cambio promedio de 2024 (RD$57 = US$1). En ese mismo período, la proporción del gasto respecto al PIB nacional se mantuvo por debajo del 0.13 %, lejos del 1 % del PIB que organizaciones como la CEPAL consideran un umbral mínimo para enfrentar adecuadamente los desafíos ambientales en la región.
En 2024, por ejemplo, el 80.78 % del gasto ambiental dominicano fue destinado a la conservación de la biodiversidad y a la ordenación de desechos. El resto se distribuyó entre la protección del aire, el agua y el suelo (9.44 %) y la lucha contra el cambio climático (9.78 %).
El contexto regional: datos escasos, prioridades difusas
Uno de los principales retos para comparar a la República Dominicana con sus vecinos es la escasez de datos públicos y confiables sobre gasto ambiental. A excepción de Costa Rica y, en menor medida, Panamá, la mayoría de los países de Centroamérica y el Caribe no publican cifras desagregadas sobre inversión en medio ambiente.
En el caso de Costa Rica, por ejemplo, las empresas privadas reportaron en 2019 un gasto ambiental equivalente al 0.11 % del PIB, una cifra que bajó un 32 % en 2020 debido a la pandemia. Aunque estos datos no reflejan el gasto público, sí ofrecen una referencia del esfuerzo nacional. El monto fue de aproximadamente US$68 millones en 2019 y alrededor de US$46 millones en 2020.
Mientras, Panamá había logrado una inversión ambiental del 0.82 % del PIB en 2017, lo que representaba unos US$504 millones, una cifra muy por encima del promedio regional, aunque no se han encontrado datos posteriores que confirmen la continuidad de ese esfuerzo.
En el resto de los países, como Honduras, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Haití, Cuba, Jamaica y Trinidad y Tobago, el gasto público en medio ambiente suele estar disperso en varias instituciones y carece de consolidación estadística. Los presupuestos generales apenas asignan recursos a los ministerios de medio ambiente y los programas específicos suelen depender de fondos internacionales.
En El Salvador, por ejemplo, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) recibe apenas entre US$10 y US$15 millones al año, lo que representa menos del 0.05 % del PIB. En Guatemala, la asignación para conservación de recursos naturales ha rondado los US$33 millones, equivalentes al 0.03 % del PIB. Haití, en medio de su crónica crisis política y social, no cuenta con datos recientes y confiables.
Pocas prioridades ambientales en la región
Si bien el gasto público no lo es todo, los presupuestos dicen mucho sobre las prioridades de los gobiernos. En este sentido, la República Dominicana está por encima de la mayoría de los países de la región en términos absolutos, pero su porcentaje del PIB sigue siendo modesto.
La comparación muestra que, aunque el gobierno dominicano ha incrementado su inversión ambiental de forma sostenida, esta no se ha traducido aún en un salto significativo respecto a las proporciones del PIB. Esto contrasta con Panamá, que en 2017 destinó casi un 1 % de su PIB a este rubro, o con Costa Rica, que ha sido reconocida por su modelo de desarrollo verde, aunque sin datos públicos recientes comparables.
La paradoja dominicana: más gasto, mismos riesgos
Pese al crecimiento del gasto, la República Dominicana sigue siendo extremadamente vulnerable al cambio climático. Como pequeño estado insular, el país está expuesto a huracanes, sequías, aumento del nivel del mar y degradación de ecosistemas costeros. Y aunque el boletín de la ONE reconoce que el gasto se ha orientado a la prevención de desastres y a la protección de la biodiversidad, el impacto real de esa inversión es difícil de medir.
La mayor parte del presupuesto ambiental dominicano se concentra en la planificación y supervisión, según el propio boletín. Las acciones directas en mitigación del cambio climático, en reducción de contaminantes o en infraestructuras resilientes siguen siendo limitadas. La brecha entre el gasto ejecutado y los resultados concretos es una preocupación recurrente en los informes técnicos del sector.
El espejo regional y el futuro
El panorama general indica que la República Dominicana está haciendo un esfuerzo relativo mayor que sus vecinos caribeños y centroamericanos. Pero la referencia no es un estándar alto. La mayor parte de los países de la región tienen presupuestos ambientales fragmentados, dependientes de la cooperación internacional y con poca coherencia institucional.
En ese contexto, el camino para el país no debe ser simplemente "seguir aumentando" el presupuesto ambiental, sino transformarlo en un instrumento eficaz. Esto implica mayor transparencia, mejor evaluación de impacto, y articulación con las políticas de desarrollo y planificación territorial.
Con una inversión sostenida, orientada a resultados y respaldada por una política fiscal coherente, la República Dominicana podría convertirse en un referente ambiental de la región. Pero por ahora, sigue en la zona intermedia: mejor que la mayoría, pero lejos de lo necesario.
Tabla comparativa (cifras aproximadas en dólares estadounidenses)
País | Gasto ambiental anual promedio | % PIB promedio (2020-24) |
República Dominicana | US$123 millones | ~0.10 % |
Costa Rica | US$46-68 millones | ~0.11 % |
Panamá | US$504 millones | ~0.95 % |
Guatemala | US$33 millones | ~0.03 % |
El Salvador | US$12 millones | ~0.04 % |
Haití, Cuba, Jamaica, etc. | ND | ND |
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