Rafael Céspedes Morillo
Siempre habrá cosas que mejorar, incluso en aquellas que consideramos buenas. Por ejemplo, nuestro sistema electoral, en todas sus áreas, creo que puede considerarse bueno, pero tiene margen para mejorar y convertirse en un sistema de referencia para otros países.
¿Qué aspectos debemos observar para reconocer que siempre es posible mejorar y que existen formas de hacerlo? Todo esto mientras seguimos apoyando la democracia, la transparencia, la honestidad y la justicia.
Voy a referirme a cinco áreas que considero deben ser mejoradas, reformadas y/o creadas:
- El sistema, las normas y las formas para reconocer un partido político.
- Los criterios sobre cómo un partido pierde o mantiene su legalidad.
- Las normas y procedimientos para ejercer el voto.
- Los aportes económicos a los partidos políticos.
- La participación legal de candidatos independientes.
- Reconocimiento de partidos políticos
Existen evidencias claras de que los procesos de reconocimiento de partidos no siempre dependen exclusivamente del cumplimiento de los requisitos establecidos. Muchas veces, estas decisiones parecen estar influenciadas por factores políticos, las relaciones de los fundadores o incluso razones caprichosas e injustas. El reconocimiento de un partido o movimiento debe ser transparente y respetar la ley de forma rigurosa, de modo que nadie piense, crea o diga que solo se aprueban los partidos que "ellos" quieren, y no necesariamente los que cumplen con los requisitos.
Un ejemplo para reflexionar: conozco el caso de dos partidos que solicitaron reconocimiento el mismo día. Uno presentó como local una oficina en la marquesina de una casa; el otro, un salón de casi 300 metros cuadrados. El primero fue aprobado de inmediato, mientras que al segundo se le rechazó, argumentando que el local presentado decía que era de 30 metros y no 300, como en realidad era. ¿Cuál de los dos casos es justo y cuál es injusto? ¿Tiene la JCE la razón o la fuerza legal para decidir de esa manera? Juzgue usted. En el reconocimiento de un partido, la ley debería ser la única mediadora, no la ubicación ni otras variables arbitrarias.
- Pérdida de legalidad de un partido político
Este tema resulta aún más increíble para mí: hay partidos con más de 30 años de existencia que jamás han alcanzado el 2% de los votos, pero siguen siendo reconocidos y legalmente aptos para participar en elecciones. Mientras tanto, otros pierden su reconocimiento y deben iniciar el proceso desde cero. Propongo que, para mantener su legalidad, un partido político deba obtener al menos el 3% de los votos emitidos. Además, si un partido pierde su reconocimiento en dos ocasiones, debe quedar excluido de manera permanente y no ser considerado nuevamente para aprobación. Esto también debería aplicar a sus cinco dirigentes más altos, para evitar que simplemente cambien de nombre y vuelvan a intentarlo.
- Normas para ejercer el voto
Este punto es especialmente sensible y puede ser mejorado con las siguientes medidas:
- Prohibir la propaganda política a menos de 100 metros del lugar de votación.
- Establecer que los carnés de identificación de los delegados sean emitidos por la JCE, sin logos ni colores partidistas, pero identificando claramente el partido.
- Limitar a cuatro las entradas de colaboradores a las mesas de votación, salvo casos de emergencia.
- Iniciar la filmación del proceso de conteo de votos tan pronto como se cierren las mesas.
- Digitalizar el acta final, tal como fue firmada por delegados y testigos, y enviarla a todos los firmantes como copia de seguridad, para garantizar que se ha enviado firmada sin cambios.
- Aportes económicos a los partidos políticos
El sistema actual de asignaciones económicas es injusto y va en contra de los derechos del pueblo. En un país donde a veces los hospitales carecen de medicamentos, no es posible justificar que se destine tanto dinero a los partidos políticos, cuyos dirigentes viven muy bien con esos recursos.
Propongo eliminar completamente las asignaciones económicas a los partidos y sustituirlas por aportes destinados a áreas como capacitación, entrenamientos y otros programas que fomenten la democracia.
- El candidato independiente
En lugar de un candidato independiente, considero que se deberían flexibilizar las condiciones para que una persona sin afiliación partidista pueda postularse, pero siempre bajo la sombrilla de un partido o movimiento. Además, incluiría en las boletas la opción de un candidato llamado "NINGUNO". Este debería estar respaldado por una ley que estipule que, si "NINGUNO" obtiene más el 50% o más de los votos en una posición electiva, las elecciones serán declaradas nulas y deben repetirse, ya que el pueblo estaría expresando su rechazo hacia todas las demás opciones.