A menos de un mes para presentar la pieza, crece el interés en saber si será una propuesta del modelo tradicional o tendrá “ayuda impositiva’’
Por Héctor Linares
El plazo para la formulación del proyecto de Presupuesto General del Estado 2025 (PGE 2025) llega a su fin, arrastrando a su paso expectativas de si para el próximo esquema fiscal la propuesta del Gobierno será vinculada o independiente de una eventual reforma fiscal.
De las 22 fechas que registran pasos en la agenda de formulación y diseño del presupuesto público, 16 ya han concluido y el plazo para la presentación al Congreso Nacional ya es menor a un mes.
Entre entendidos hay muchas preguntas en torno a la presentación de lo que los economistas y expertos en la materia definen como el principal instrumento de desarrollo del país.
Los temas que más inquietan a los economistas especializados en finanzas públicas y a los empresarios en general están encabezados por el aspecto del financiamiento del gasto y el tamaño de este.
Más llama la atención el hecho de que el próximo Presupuesto deberá ser presentado en el marco de una recién aprobada ley de responsabilidad fiscal, que entre otros aspectos establece los porcentajes que puede aumentar el gasto público, que es en la práctica el Presupuesto del Estado, pues su magnitud es lo que primero estima el Gobierno para luego establecer cómo financiarlo. En las últimas dos décadas el endeudamiento ha sido la fórmula escogida por los gobiernos de financiar los proyectos de presupuestos, presentados con déficit original.
También “el tiempo del Presupuesto del 2025” llega cuando en el escenario hay expectativas de si será ahora o el próximo año 2025 cuando el Gobierno presentará lo que parece inminente, una reforma fiscal o tributaria.
Si el diseño presupuestal del 2025 contempla aumentar ingresos en base a nuevas o aumentadas figuras impositivas, el tiempo para presentar esas novedades tributarias se agota, como se ha ido agotando el calendario de formulación, que la semana pasada agotó una fecha técnica importante, la de la tercera actualización del marco macroeconómico, a cargo del ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo. Ese mandato debe hacerlo ese ministerio al 30 de agosto.
Para el me de septiembre en curso hay dos fechas importantes: del 1 al 21, el ministerio de Economía deberá hacer la validación de obras y programas provenientes de la participación de la sociedad civil con los anteproyectos institucionales, y el día 22 el ministerio de Hacienda y su dirección General de Presupuesto (Digepres) deben presentar al Consejo de Ministros el anteproyecto de Presupuesto General del Estado.
El anteproyecto debe indicar el monto, que se espera que al menos incorpore un crecimiento vegetativo con relación al actual, que es de más de un billón 400 mil millones de pesos. Se entiende como crecimiento vegetativo el que asume crecimiento corriente de la economía, que es crecimiento real más la inflación del periodo.
Conteo regresivo
Las fechas del calendario de formulación del presupuesto inician el 15 de marzo, con la publicación del calendario a cargo de la Digepres y el 31 de ese mes corresponde al ministerio de Economía presentar la primera versión del marco macroeconómico. Y del 15 de marzo al 31 de mayo el propio MEPyD debe hacer la validación y priorización de demandas de la sociedad civil para el Presupuesto General del Estado. También el 31 de marzo correspondía a la Digepres abrir el proceso de revisión de la estructura programática institucional.
Al ministerio de Hacienda le correspondió el 28 de abril presentar el estudio “marco fiscal” a mediano plazo.
La segunda versión del marco macroeconómico debió ser presentada por el MEPyD el 15 de junio y el 22 de ese mes la Digepres tenía en agenda el cierre de recepción de solicitudes de revisión de la estructura programática. El 30 de junio al ministerio de Hacienda le correspondía presentar la política presupuestaria anual y plurianual.
Y el 9 de julio le correspondía al Consejo de Ministros aprobar la política presupuestaria.
A la Digepres le correspondía el 14 de julio elaborar y emitir los lineamientos para la formulación del PGE 2025 con topes institucionales preliminares de gastos anual y plurianual. Ese mismo día el ministerio de Hacienda y la Digepres debían presentar un informe de los avances de las proyecciones macroeconómicas.
Para el 17 de julio estaba prevista la presentación, por parte de la Digepres, de los anteproyectos institucionales anuales y plurianuales físico-financiero, y esa misma dependencia, para el 31 de ese mes pasado remitir los lineamientos y techos presupuestarios de los gobiernos locales.
La rutina presupuestaria debía seguir el 30 de agosto con la tercera presentación del marco macroeconómico por parte del MEPyD y del 1 al 21 de septiembre es el periodo protocolar de presentación a la sociedad civil de los proyectos institucionales; para el 21 o 22 del mes en curso Hacienda y la Digepres deben presentar el anteproyecto de POGE 2025. Esas mismas dos entidades deberán a más tardar el 1 de otubre presentar el proyecto de Presupuesto al Congreso Nacional.
El 31 de diciembre es la fecha límite para el Congreso Nacional aprobar y promulgar el PGE del nuevo año.
Expectativas
Mientras transcurría el calendario de fechas relativas a la parte protocolar del primer presupuesto del segundo periodo del presidente Luis Abinader, los oídos y ojos de los agentes económicos han estado buscando indicios de por dónde vendrá la iniciativa, si será un presupuesto del modelo tradicional de los últimos años o tendrá algún aderezo o suplemento impositivo.
Para algunas entidades como el CREES, esa falta de información genera incertidumbre entre los agentes económicos.
