¿Enfrenta la República Dominicana un desafío sin precedentes tras la baja votación en las elecciones municipales? Más del 50% de la población con capacidad para votar optó por la abstención.
Sin dudas, que progrese esta apatía a votar puede sumir a la democracia dominicana en una profunda crisis de representatividad y participación ciudadana.
El sociólogo Wilson Castillo señaló que la democracia dominicana está “perdiendo calidad”. Esto, marcado por la falta de propuestas políticas sólidas y un proceso electoral cada vez más mercantilizado.
Según Castillo, los partidos políticos han perdido credibilidad y conexión con las necesidades ciudadanas, lo que conlleva a la baja participación.
Uno de los problemas señalados por Castillo es la ausencia de calidad en la oferta municipal. De acuerdo con Castillo, en general los candidatos no tenían capacidad para hacer propuestas municipales.
El otro inconveniente es cómo la clase política ha convertido el voto en una mercancía que llegado el momento de las elecciones se mueve alrededor de prebendas.
En el Gran Santo Domingo y Santiago, la abstención alcanzó cifras alarmantes, superando el 60%. Para Castillo, esto refleja la desafección política de la población, que ve a los políticos como individuos alejados de sus intereses y preocupaciones.
El sociólogo Juan Miguel Pérez coincide en que la falta de un discurso político convincente y una clase política desconectada de la población son causas fundamentales de la abstención masiva.
Pérez advierte que esta tendencia representaba un riesgo para la democracia, ya que las élites políticas se están distanciando cada vez más de la ciudadanía, dejando un vacío de representación y participación.
La clase política dominicana, en palabras de Pérez, se está convirtiendo en una élite desconectada de la realidad de la gente, lo que amenazaba con transformar la democracia en un sistema dominado por los intereses de privilegiados.
Indicó que la población está desanimada ante la oferta política y el accionar de la clase política en los últimos años. “Una población que no termina de ver de manera concreta en sus vidas una solución a sus problemas básicos, tanto personales como comunitarios, para poder levantar con dignidad sus existencias”, dijo.
Pérez insiste en que la estabilidad del sistema político dominicano no está aún en peligro inminente, pero sí en una situación precaria. Para Juan Miguel Pérez la democracia está “con respiración artificial”.
Las elecciones municipales del 2024 en la República Dominicana pueden marcar un punto de inflexión en la relación entre la ciudadanía y la política.
La alta abstención refleja una profunda desconfianza hacia las instituciones políticas y un llamado de atención sobre la necesidad de reconstruir la democracia desde sus cimientos, restableciendo la conexión entre los gobernantes, los que aspiran a gobernar, y los gobernados.
