viernes, octubre 18, 2024

Pataleos, derechos y deberes

Rafael Céspedes Morillo

Normal es que no sea aceptado el resultado que no nos conviene, y que no queríamos, de ahí viene lo que llamamos popularmente “pataleos’’ es un ejercicio de atacar los resultados, de esos intentos de mostrar que no fue así, que hubo trampa, que nos engañaron, que cambiaron los resultados, que esa no es la verdad, esas son expresiones tan usadas que nos resultan casi siempre como manidas, como más de lo mismo, por eso nadie, prácticamente nadie les hace caso, pero siempre se usa, es como si no quisiéramos dejarnos dar sin por lo menos protestar.

Los “pataleos’’ son tan comunes que a veces se ven como si fuera un derecho y hasta un deber, es decir, algo así como: debe hacer y tiene que hacerlo.

Veamos algunos puntos tras las últimas elecciones hemos visto. 

Abel en una actitud “bien’’ planeada se adelanta a felicitar al candidato ganador, dándole el reconocimiento de su victoria y deseándole lo mejor y en ello, su pronta manifestación de disposición de colaboración con todo lo que tenga que ver con el bienestar de la patria.
Lo vi como un “pataleo’’ en este caso, presentarse primero, mostrar su “patriotismo’’ cuando lo que realmente quería lograr era ser considerado el líder de la oposición, por eso se graba así mismo, anuncia lo que hizo y luego lo muestra. En el caso de Leonel como líder de la oposición, debía responder, pero esta vez no solo al candidato ganador, sino a la actitud de un derrotado que quiso adelantarse y correr como el primero.

Leonel debía actuar, según mi opinión, y teniendo pendiente su objetivo e interés, reconociendo el triunfo del ganador, tomar una postura diferente en cuanto al contacto, mientras usted visita y se reúne con un débil opositor.

Conmigo será diferente, antes de hacerlo, tenía que pasar revista a los comportamientos, a los reconocimientos y a las realidades. Conmigo no, conmigo es diferente, le reconozco su victoria, pero usted debe reconocer que aquí la oposición soy yo. 

Creo que, para lograr su objetivo, al margen de la forma, esa hubiese sido mi sugerencia, no reunión hasta tanto quedemos claros en el quien es quien.

 Leonel no podía recibir al ganador como si él fuese un segundo en la oposición, debía y lo hizo, reclamar el primer lugar dentro de la oposición.

Ellos tres, Abinader, Leonel y Abel, tienen derechos y deberes, vamos a ver en los próximos meses como usan estos elementos. Abinader en el campo de derecho, ejercer unos cuatro años como presidente de la República con las acciones de patria que requiere este pueblo. En el campo del deber, cumplir y hacer cumplir las leyes y en especial producir el desarrollo que requiere el país. 

Leonel mediante el ejercicio de oposición decente y prudente, señalar, sugerir, consolidar y afianzar su liderazgo, con el deber de hacerlo dentro del  marco de la decencia y la prudencia, de modo que sus acciones sean productivas tanto para su partido como de modo especial para el país. 

Abel, joven, con cierta inmadurez, con los frutos de una campaña sin norte preciso, sin marcos referenciales que crearan esperanza, o confianza, veo que su camino es largo, no imposible, pero bien estrecho, veo que, dependiendo de sus próximos actos y comportamientos, y en los próximos meses, más que ganar se le retirarán algunos de los cercanos, que lo abandonarán hacia parcelas con visión de mejores frutos en las próximas cosechas.

 Vienen las oportunidades u ocasiones donde se hará consciencia de las mejores causas, con las excusas de que el deber llama, confundiendo el uso de esos términos, haciendo que no seamos claros, cuando hablamos del deber y del derecho. Tengo derecho a cumplir o no con mi deber, o tengo el deber de usar mis derechos como me sea de bien. 

 

Rafael Céspedes Morillo
Rafael Céspedes Morillo
Rafael Céspedes

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