Por Melton Pineda
La historia política en la Republica Dominicana registra una serie de eventos que nos hacen reflexionar acerca de por qué somos el país en el área de América Latina de más estabilidad política y social y de ahí su desarrollo económico.
Después del ajusticiamiento del tirano Rafael Leónidas Trujillo Molina los dominicanos hemos probado el sabor amargo de incidentes y tropiezos para mantener en pie este ejercicio democrático y la paz.
Desde ese histórico 30 de mayo de l961, un grupo de sus amigos y colaboradores más cercanos decidieron acabar con la vida de Trujillo y así lo materializaron.
Luego vino un espacio de inestabilidad que los remanentes del trujillismo vengaron con acciones sumarias, como el asesinato de los ajusticiadores del dictador Trujillo.
El doctor José Francisco Peña Gómez, ideólogo del “retorno al poder sin elecciones del derrocado Presidente Juan Boch”, logró conquistar oficiales militares y policiales en los cuarteles para un levantamiento o revuelta cívico-militar en l965, hecho histórico que genero lo que se llamó la revolución Constitucionalista que buscaba retornar al poder al profesor Juan Bosch, derrocado por fuerzas conservadoras.
Entre ese grupo de militares, cuyos cabecillas eran hijos de connotados trujillistas, como Rafael Tomas Fernández Domínguez, hijo del general Ludovino Fernández y Francisco Alberto Caamaño Deño, hijo del general Fausto Caamaño, fueron claves para el levantamiento desde los cuarteles.
Este levantamiento militar se convirtió en “Guerra Patria” debido a que un 28 de abril de 1965 la denominada Fuerza Interamericana de Paz, dirigida por la Organización de Estados Americanos (OEA) intervino el país con más de 42 marines, que intentaron ahogar en sangre las aspiraciones de los dominicanos.
Concluida la contienda de 1965, un primero de junio de l966, vimos llegar al poder una sombra negra encabezada por el doctor Joaquín Balaguer.
El doctor Balaguer permaneció por 12 años, se reeligió a sangre y fuego en l970, logró su última reelección en l974, permaneció en el poder por 12 años, durante los cuales sembró dolor, muertes y desapariciones, y una rampante corrupción, aunque el mandatario afirmaba que esa corrupción “se para en la puerta de mi despacho”.
Pasados los funestos 12 años del Balaguer, con una estela de más de 5 mil muertos, presos y desaparecidos, el país entró en una agitación político-social en donde la oposición conformó el denominado “Acuerdo de Santiago”, que lideró el Revolucionario Dominicano (PRD).
Este frente de partidos políticos, sindicatos y todas las fuerzas vivas del país que se integran con el lema “El Cambio va”, escogió como su candidato presidencial al hacendado santiaguero, Antonio Guzmán Fernández y su vicepresidente Jacobo Majluta Azar.
El 17 de mayo de l978, con un destacado titular de su primera página del matutino El Sol, de tendencia progresista, reseñó “El Cambio Va: PRD arrasa en la capital”.
El PRD, con sus candidatos Antonio Guzmán y Jacobo Majluta, se coronó como ganador de las elecciones de ese año.
Este histórico 16 de mayo de 1978, en horas de la madrugada del día 17, un grupo de militares encabezados por el mayor general Neit Rafael Nivar Seijas y Juan René Beauchamps Javier, asaltaron la Junta Central Electoral y paralizaron el conteo de los votos, cuando que el PRD llevaba una amplia ventaja al Partido Reformista que encabezaba el Presidente doctor Joaquín Balaguer.
Algunos militares, como el mayor general Nivel Seijas, que había participado en las conspiración del 25 de septiembre de l963, quería repetir la historia.
El 27 de mayo de 1978, el presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter preocupado en preservar la paz en el país, envió una comunicación al doctor Joaquín Balaguer y otra al Presidente electo Antonio Guzmán.
Esta comunicación del Presidente norteamericano puso fin a la crisis política que generó el intento de golpe de Estado.
El Presidente Carter comisionó a su embajador en el país, Robert Yost, quien visitó la residencia del Presidente Balaguer en la avenida Máximo Gómez. En la ocasión, el mandatario no recibió la carta enviada por el Presidente Carter y ni al embajador.
Esta comunicación del Presidente Carter ayudó sobremanera a la solución de la crisis política, lo mismo que las gestiones del doctor Peña Gómez ante los denominados “liberales de Washington” amigos del PRD y con la Internacional Socialista realizó una campaña internacional en busca del respeto a la Voluntad Popular en República Dominicana.
