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jueves, diciembre 26, 2024

¡Nuestras universidades octubrinas!

Por Alfonso Tejeda

Tal vez sea improcedente comparar dos instituciones cuando una de estas es centenaria, y la otra alcanza unas pocas decenas de estar operando, como ocurre entre la Universidad Autónoma de Santo Domingo -UASD-, fundada el 28 de octubre de 1538, y el Instituto Tecnológico Santo Domingo -Intec- iniciado el 9 de octubre de 1971, cumpliendo ahora sus primeros 52 años de existencia.

La comparación podría resultar "ociosa" – dirán algunos/as: "pérdida de tiempo de quién no tiene oficio", que este caso confieso me sirve para cumplir con una responsabilidad- pero vale por la penosa situación de la UASD frente a la eficacia y eficiencia demostrada por el Intec, que de más en más supera su calidad y resultados académicos.

  En favor de la centenaria es preciso anotar su accidentada historia marcada por distintos hechos y factores de protagonistas internos y externos, que, en los últimos 30 años, cuando los autores de adentro pueden ser cargados con la mayor responsabilidad de lo que es la academia y el sitial que ocupa en la categorización de la enseñanza universitaria, tanto a nivel local e internacional.

  Las estadísticas ilustran para sustentar qué pretendo, pero también ayuda en mi propósito este párrafo del profesor Carlos Castro, profesor por 25 años en la academia:

       "Si los resultados académicos de la universidad se midiesen en inversión beneficios, el Estado dominicano estaría perdiendo", que en los últimos 30 años ha invertido en construcción de centros, equipamiento de laboratorios y aulas, que subutilizan, y dado cuantiosos fondos económicos que administran sin rigor de prioridades”.

     Esa relación que establece el profesor Castro – que advierte de las reacciones urticantes a toda crítica cuestionadora a la UASD – la sustenta en la carencia de planes de los responsables académicos "que llegan a ese puesto ignorando la variable pedagógica, cantidad vs. calidad."

   Intec, muestra uno de los mejores resultados académicos, obtenidos en base a gerencia de sus recursos docentes, administrativos y visión, que le ganado prestigio internacional, como el de ser la primera universidad dominicana que lograra que sus titulados en la carrera de medicina sean aceptados para ejercer en Estados Unidos, donde pueden homologar la acreditación docente.

    Como valor histórico-cultural dominicana, la UASD es reconocida por su antigüedad, pero por su práctica desmiente la sabiduría popular que recoge aquel refrán: El diablo sabe por viejo", y tal parece que la "universidad del pueblo" está afectada por el Alzheimer: los años la deterioran en su principal misión.

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