Por Santo Salvador Cuevas
No es verdad que las fuerzas israelíes se iban atrever a volar los cielos del país persa, bombardear centros de producción y lanzar bombas que asesinaron a varios comandantes de la Guardia, y matar también a más de 80 ciudadanos de la población civil. Esto no podía ser sin la previa consulta y autorización del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Esto así porque Israel en sí es una base militar y principal centro de mando militar de los Estados Unidos para el control y la manipulación de todo Oriente Medio.
Ese aire de supremacía, arropado en una mentalidad ideológica neofascista, es un peligro para la sociedad norteamericana y para la misma especie humana.
Esa agresión a la soberanía de Irán, su magnitud, fue una metida de pata de Donald Trump y el poder israelita.
Un error de cálculo que ha puesto en juego la misma existencia de Israel.
El mando iraní está llamando a los habitantes de Israel a "abandonar el país porque en poco tiempo Israel será inhabitable".
Es decir, con su agresión provocadora se han soltado los demonios, están demostrando en el ataque de misiles (que va por 5 ataques) una capacidad militar y tecnológica inimaginable en Irán.
En esta primera etapa las armas más mortíferas no han sido usada por Irán, se están preparando para lo peor.
Estados Unidos está obligado a negar su complicidad en el ataque y no se atreve atacar directamente a Irán, so pena de, por primera vez en la historia, ser testigo de un ataque inimaginable en su propio territorio.
Israel no podrá contener la furia de los Iraníes. No es un secreto que Israel acaricia la posibilidad de lanzar una bomba atómica sobre Irán, pero se la tienen que pensar, pues el mismo primer ministro de Paquistán advirtió que "si israel agrede a Irán con una bomba atómica, de manera inmediata Paquistán lanzará dos bombas atómicas sobre Israel".
Con accionar arrogante, el mismo que han usado para agredir a todos los pueblos que consideren como adversarios, con la misma arrogancia y sed de sangre, han destruido a Palestina, asesinando a más de 60 mil niños, más de 30 mil mujeres y hombres, a mansalva.
Con la agresión a Irán encontraron la tusa de su culo: Ha sido destruido el Ministerio de Defensa, los dos principales aeropuertos, el principal puerto, las refinerías de petróleo, los centros de fabricar bombas, decenas de aviones, etc., en una contraofensiva imparable, y una determinación de poner coto a la supremacía de Israel en Medio Oriente.
El presidente Donald Trump debe aprender la lección, el ser el mandamás de la principal potencia militar, no lo hace sin control total de la correlación de fuerza.
Aproveche su liderazgo, desautorice al asesino presidente de Israel Benjamín Netanyahu, y tome la iniciativa de un discurso sincero de paz, que provoque el fin de las hostilidades entre las partes y que pase por el voto unánime en las Naciones Unidas, que permita el nacimiento de dos Estados:
El Estado de Israel, y el Estado soberano de Palestina.