Lito Santana
En estos días en que las condiciones del tiempo no nos permiten planificar ciertas giras a playas, balnearios, montañas o lugares abiertos, les hago una invitación a que conozcamos un centro especial, rebosante de culturas y conocimientos de nuestra querida República Dominicana.
Se trata del Museo del Hombre Dominicano, una obra levantada en el centro de la Capital que nos traslada a los tiempos de los primeros pobladores y su cultura.
En esta edificación de tres niveles podrá conocer datos históricos, imágenes, figuras y piezas con más de 500 años de existencias, que en su muestra incluyen textos edificantes de esos tiempos vividos, incluso desde antes de la llega de Cristóbal Colón a la Hispaniola.
Dando un vistazo a lo publicado por la biblioteca digital Wikipedia, esta señala que el “El Museo del Hombre Dominicano está compuesto por diferentes salas que exponen los restos de figuras precolombinas, se reproducen los ambientes y métodos de vida de los taínos, además, contienen documentos y relatos propiedad del gobierno dominicano y de importantes arqueólogos de la República Dominicana.
En la entrada se encuentran las estatuas de Bartolomé de las Casas, Enriquillo y Sebastián Lemba”.
Como está en el centro de la Ciudad Capital, exactamente en la Plaza de la Cultura Juan Pablo Duarte, Avenida Pedro Henríquez Ureña con Máximo Gómez, el Museo del Hombre Dominicano es accesible a todos los sectores poblacionales, sea por sistema de autobuses públicos, carros de concho o el Metro de Santo Domingo.
Las puertas están abiertas para toda la familia, desde las ocho de la mañana hasta las cuatro de la tarde.
El período es preciso para enriquecer nuestros conocimientos culturales, y el Museo del Hombre Dominicano es un lugar apropiado, al margen de todo el entorno que le rodea, que igual es una oportunidad para la recreación.