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miércoles, mayo 28, 2025
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Mi Voto por "Juan Pablo Ninguno"

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Por Rafael Céspedes Morillo

Obligar al elector a votar por un malo, un pésimo o un peor, no debería ser la manera, la fórmula ni la obligación de llevar a un pueblo a votar en unas elecciones donde ninguno de los candidatos reúne las condiciones que ese pueblo votante pudiera estar pidiendo, necesitando o simplemente queriendo.

La creciente abstención en las últimas elecciones celebradas en la República Dominicana se debe, en gran medida, a que el electorado no se identifica con ninguna de las corrientes o con ninguno de los candidatos presentados. De modo que hay casos —y seguirá habiéndolos— en los que un candidato resulta ganador por la minoría y no, como se supone que debería ser, por la mayoría. 

Aquí ha habido victorias celebradas que son el fruto de haber obtenido más votos que los demás, pero, si del 100% del electorado solo vota el 40% y, de ese 40%, un candidato obtiene el 20%, mientras que el otro 20% se distribuye entre tres candidatos más, ¿se puede definir eso como una victoria? ¡No! Eso es una victoria pírrica, pues la gobernanza se ejerce por mandato de una minoría.

Una de las contribuciones que la Junta Central Electoral (JCE) puede hacer a la llamada democracia es procurar garantizar que la gobernanza sea el fruto de una mayoría y no de una minoría, como hemos demostrado que ocurre. Por ello, propongo que la JCE se aboque a legislar para que en las próximas elecciones haya un candidato de la democracia, un candidato de la calidad, no de otra cosa o razón.

Esto lo podemos lograr pensando en la patria, en esa que Juan Pablo Duarte nos legó, en esa que decimos defender y querer. Vamos a colocar en cada elección al candidato pro democracia, pro patria, pro derechos de la mayoría. Coloquemos al candidato: JUAN PABLO NINGUNO.

Haciendo esto, la abstención disminuirá sin duda, y la gente expresará su verdadera posición votando por uno de los candidatos reales o por JUAN PABLO NINGUNO

Como mencioné en un artículo anterior, si este candidato llegara a obtener el 50% o más de los votos, los votantes estarían expresando claramente que no les gusta ninguno de los candidatos reales y que no tienen intención ni interés en que un candidato no querido resulte ganador.

Esto significaría que las elecciones serían declaradas nulas y, en consecuencia, habría que celebrar nuevas elecciones en un plazo de tres meses, aproximadamente, con los dos más votados y algunos nuevos candidatos, quienes, por supuesto, estarían bajo la lupa de las condiciones y características necesarias para su participación.

Sugiero que tomemos en cuenta lo que nos está diciendo el votante, quien, en este caso, se expresa a través de su abstención, mostrando así su falta de interés y apoyo a lo que se le está presentando. 

Vamos a legislar para que sea realmente la mayoría la que decida a quién quiere y no dejarlo en manos de quien simplemente obtenga más votos entre los que sí votaron. 

JUAN PABLO NINGUNO podría llegar a ser el candidato más votado en casi toda la geografía nacional.

No tengo duda de que es mejor un candidato sin nombre —o, como yo lo identifico, JUAN PABLO NINGUNO— que muchos candidatos con nombre, pero sin las condiciones y cualidades que el pueblo busca, quiere y necesita. 

Démosle la oportunidad a la calidad. Vamos a dejar un espacio para que el votante se exprese con sinceridad y precisión. Proporcionémosle el medio para que diga: "No quiero a ninguno de los que se presentan aquí, necesitamos y queremos otro tipo de personas, de líderes o de dirigentes políticos que quieran hacer lo que nos conviene a la gran mayoría". Porque en la democracia, quien manda es el pueblo.

Rafael Céspedes Morillo
Rafael Céspedes Morillo
Rafael Céspedes

2 COMENTARIOS

  1. Excelente precisión, amigo. Siempre conteste de su auctoritas en eso de la opinión política, lo felicito, una vez más, y le digo que otra vez tiene usted toda la razón. Ojalá los "alguien" con poder y conciencia le secunden en su aserto; seguro que con ello todos los ciudadanos del mundo tendríamos una verdadera oportunidad para elegir y ser mucho más sensatos en el oficio y en el propósito de ser demócratas.

    Cuente mis parabienes por su claridad ideológica e intelectual.

  2. Que el voto sea obligatorio por ley, no habrá votos nulos ni abstenciones, si el pueblo no le dá mayoría a los candidatos que se presenten en las próximas elecciones, que selebre una constituyente para modificar la constitución y ajustarla a un modelo democrático que satisfaga los deseos del pueblo en el democrático; Democracia Representativa, Participativa o socialista además de, condicionar la participación de todo el pueblo a un nuevo padrón sin identificación de partidos ni movimientos policos.

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