Por Evelyn Irizarri Santos
NUEVA YORK, Estados Unidos. – El mes de octubre inició con una nueva era en la historia para los mexicanos: la toma de posesión de Claudia Sheinbaum, la primera mujer presidenta de la nación azteca, pero más allá de la euforia y la expectativa que genera una nueva administración, no deja de ser preocupante el escenario de violencia e inseguridad en el cual le tocará desempeñar sus funciones.
Principal reto
Si bien es cierto que el tema económico es fundamental y uno de los principales de interés para electores y candidatos durante los procesos electorales, no menos cierto es que en México la delincuencia, la violencia y la sangrienta guerra sin cuartel de los carteles de la droga, en especial, la que libran los grupos conocidos como "Chapitos" y "Mayitos", que parece habérsele ido de las manos a las autoridades, se convierten en el centro de atención de la ciudadanía que espera una respuesta contundente de la nueva administración. Por otro lado, está la altísima popularidad y carisma de Andrés Manuel Lopez Obrador, algo que la nueva presidenta deberá si no superar, al menos, igualar.
Un buen discurso
En su toma de posesión, la nueva mandataria ofreció garantías y seguridad a los inversionistas nacionales y extranjeros. Además, fue enfática al afirmar que durante su mandato tomará las medidas necesarias para mejorar la economía y pondrá manos a la obra para frenar la ola de violencia que sacude al país y que lo coloca en los niveles más altos de inseguridad. Recordó el temor que generó en los inversionistas su elección como gobernante y que generó una sorpresiva devaluación de la moneda mexicana, por lo que dedicó una importante parte de su discurso para dar garantías al sector económico nacional e internacional. “Lo digo con toda claridad: tengan la certeza de que las inversiones de accionistas nacionales y extranjeros estarán seguras en nuestro país. En las próximas semanas estaremos convocando a empresarios para confirmar el acuerdo que mantiene sin aumentos el precio de la canasta básica”.
Selecto grupo
Tras su elección como presidenta el pasado día dos de junio, Sheinbaum escribió su nombre en la lista de los 20 países que han elegido mujeres a la presidencia o como primera ministra, así como a la reducida, pero muy importante lista de naciones de América que han sido gobernadas por mujeres. Aunque han sido más, ante de Sheinbaum, solo siete, han sido electas, las demás han ocupado la presidencia por designación. La primera en ser elegida para el cargo fue Violeta Barrios de Chamorro, en Nicaragua, Mireya Moscoso, en Panamá, Michelle Bachelet, en Chile, Cristina Fernández de Krirchner, en Argentina, Laura Chinchilla, en Costa Rica, Dilma Rousseff, Brasil y Xiomara Castro, Honduras
Continuará obra
La considerada hija política del ahora expresidente Andrés Manuel López Obrador, aseguró que continuará la obra de gobierno de su antecesor, de quien dijo, es sin dudas "el mejor presidente de la historia de México".
De tendencia y corriente de izquierda, Claudia no será muy diferente de su antecesor en cuanto a las relaciones con los Estados Unidos. Claudia Sheinbaum como alumna de la escuela de AMLO, está comprometida a continuar con la filosofía "por el bien de todos, primero los pobres", sobre la cual se fundamenta la corriente política a la que ellos llaman Humanismo Mexicano".
Estilo propio
Aunque dejó muy claro que gobernará con su propio sello, le llevará un buen tiempo salirse de la sombra del presidente López Obrador, no solo por seguir la misma corriente y filosofía política, sino porque su antecesor, a quien han bautizado como el "redentor de los pobres", abandona el cargo con un 77 por ciento de popularidad.
Según la encuesta de Enkoll para el diario EL PAÍS de España y W Radio, el presidente mexicano es aprobado por el 77% de las personas encuestadas, frente a un 23% que desaprueba su gestión. El apoyo al presidente, al igual que el respaldo a la Cuarta Transformación, se concentra especialmente entre las mujeres (un 78%), entre las personas de más de 65 años (87%) y los votantes menores de 34 años (alrededor de un 80%).
Claudia Sheinbaum, que asumió este primero de octubre, cuenta con una aprobación que sigue la estela de López Obrador: un 74% entre las personas consultadas. Solo un 19% desaprueba su llegada al poder.
Esta aprobación popular no tiene precedente para un presidente que sale en la historia de México, de modo que también en este escenario, López Obrador hace historia.
