Por Rafael Méndez
La reciente cumbre de los BRICS, celebrada en Kazán, Rusia, marca un cambio trascendental en la configuración política y económica global. Con la incorporación de Argentina, Egipto, Etiopía, Arabia Saudita, Irán y Emiratos Árabes Unidos, el bloque amplió significativamente su alcance, consolidándose como un actor clave en la transición hacia un orden multipolar. Este proceso refleja no solo un contrapeso a las instituciones dominadas por Occidente, sino también el ascenso del Sur Global como protagonista en las transformaciones internacionales.
El encuentro en Kazán destacó la consolidación de los BRICS como una fuerza emergente en la redefinición del sistema internacional. Frente a un mundo caracterizado por la creciente competencia geopolítica y las tensiones económicas, este bloque se perfila como un espacio estratégico para promover soluciones inclusivas, basadas en la cooperación Sur-Sur. Los acuerdos alcanzados no solo buscan equilibrar las asimetrías globales, sino que también apuntan a liderar un cambio estructural hacia un modelo más equitativo y representativo, donde la soberanía y la autodeterminación de los países del Sur Global sean pilares fundamentales.
Redefiniendo la gobernanza global
Los BRICS, que representan más del 40% de la población mundial y cerca del 35% del PIB global, están sentando nuevas bases para la cooperación internacional. En Kazán, los líderes reafirmaron su compromiso con la desdolarización del comercio, un proceso que busca reducir la dependencia del dólar estadounidense mediante transacciones en monedas nacionales o una cesta monetaria común. Este cambio, ya visible en Asia y Oriente Medio, representa un desafío directo al sistema financiero tradicional liderado por Estados Unidos.
Asimismo, se alcanzaron acuerdos significativos para fortalecer el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), ampliando su capacidad de financiamiento a proyectos estratégicos en países en desarrollo. Estas iniciativas consolidan a los BRICS como una alternativa real al FMI y el Banco Mundial, instituciones frecuentemente criticadas por sus enfoques hacia los países del Sur.
El papel estratégico de Venezuela
Aunque Venezuela no ingresó formalmente al bloque en esta cumbre, su participación destacó el interés estratégico del grupo en fortalecer las alianzas con el país suramericano. La presencia del presidente Nicolás Maduro y el respaldo de los principales miembros, como Rusia y China, refuerzan la visión de los BRICS como un espacio incluyente para el Sur Global.
La integración de Venezuela no solo potenciaría las capacidades energéticas del bloque, sino que también representaría una oportunidad crucial para contrarrestar sanciones económicas y diversificar sus relaciones internacionales. Este contexto subraya la importancia de continuar estrechando vínculos y promoviendo un enfoque unitario en la región.
Hacia un liderazgo tecnológico y sostenible
Los acuerdos alcanzados en Kazán van más allá de lo económico, destacando la cooperación tecnológica como una prioridad. La transición energética, el desarrollo de inteligencia artificial y la conectividad digital ocuparon un lugar central, posicionando a los BRICS como líderes potenciales en la revolución tecnológica global.
El éxito de estas iniciativas dependerá de su capacidad para abordar desafíos como la brecha digital y los dilemas éticos que plantean las tecnologías emergentes. Un marco regulatorio común podría consolidar al bloque como un modelo de gobernanza tecnológica inclusiva, beneficiando especialmente al Sur Global.
Transformaciones globales y nuevos desafíos
Problemas globales como el cambio climático, la seguridad alimentaria y la soberanía tecnológica exigen respuestas coordinadas. Los BRICS, con su enfoque en la cooperación Sur-Sur, tienen el potencial de liderar soluciones sostenibles, fortaleciendo su legitimidad como una fuerza transformadora en el escenario internacional.
La cumbre de los BRICS en Kazán reafirma su papel como un actor crucial en la transición hacia un orden global más equitativo e inclusivo. Más que buscar un asiento en la mesa de las grandes potencias, el bloque trabaja para rediseñar esa mesa bajo principios de justicia y equidad, trazando el camino hacia un futuro más balanceado y representativo.
Rafael Méndez, exdiputado y periodista. Correo: [email protected]