Por Melton Pineda
Lo raro de las tierras raras que existen en el país y que a nuestras vistas son exportadas por muelles dominicanos y que ahora es que las descubrimos no es de sorprendernos, porque desde hace mucho se sabe que desde Pedernales y las montañas del Bahoruco hay empresas que se las llevan impunemente a la vista de las autoridades.
No es sorpresa, porque desde la Era de Trujillo en1958 se inició la explotación de Bauxita con gran contenido de Tierras Raras y no se sabe qué otros minerales desde la fecha se llevaban por el muelle de Cabo Rojo en Pedernales.
La revelación hecha en su reciente visita al país del Secretario de Estado de Estados Unidos, Marcos Rubio, amigo de Republica Dominicana, no sé si para que se sepa, pero sí sorprendió cuando dijo que en Pedernales hay una comisión de militares norteamericanos analizando con un país amigo, la eficientización para la explotación de Tierras Raras en Pedernales y en otras partes de la Cordillera del Bahoruco.
Luego de hacer profundas cavernas en esas montañas supuestamente la empresa de origen estadounidense Alcoa Exploration Company se marchó del país y entraron los ejecutivos de la Minera Las Mercedes a explotar esos minerales en Pedernales.
Esta compañía entró en la explotación de “minerales” amparada en la ley 146 -71.
Sin embargo, se creía que era Bauxita que explotaría Las Mercedes y fueron descubiertos y se les prohibió su operación.
La Bauxita es un mineral esencial para la producción de aluminio que usan grandes transnacionales en el mundo.
La compañía Las Mercedes fue descubierta que exportaba Tierras Raras desde Pedernales y le fue suspendida la extracción de esos minerales mediante el decreto 430 en 2018.
Hay que citar que la empresa Belfond Enterprise por un periodo de 75 años explota en las Sierra del Bahoruco en Barahona el mineral Carbonato de Calcio, y según informes también tienen Tierras Raras.
Estamos en el ojo del huracán, y quiera Dios que sea para bien, porque las Tierras Raras han captado recientemente la atención en la República Dominicana, a pesar de que su extracción y exportación parece que ocurre desde hace años a plena vista.
Las tierras raras contienen un grupo de 17 elementos químicos esenciales para la fabricación de tecnologías avanzadas, como celulares, computadoras y vehículos eléctricos. Sin embargo, lo más llamativo no es su importancia industrial, sino el hecho de que su explotación en el país ha pasado desapercibida por muchos.
Lo que preocupa es que estas exportaciones han ocurrido desde puertos dominicanos sin que la población ni muchas autoridades tengan pleno conocimiento de la magnitud de esta actividad.
El caso de las Tierras Raras en República Dominicana pone sobre la mesa la necesidad de una mayor fiscalización de los recursos naturales. La explotación minera debe estar sujeta a normativas estrictas que garanticen que los beneficios de estos recursos se queden en el país y no terminen favoreciendo solo a intereses extranjeros. Además, es fundamental asegurar que su extracción se haga de manera sostenible, minimizando el impacto ambiental en zonas de gran valor ecológico o que por lo menos remedien los daños.
El descubrimiento tardío de esta realidad por parte del público general genera preguntas: ¿Quiénes han sido los responsables de permitir esta extracción sin mayor regulación? ¿Qué beneficios ha recibido la República Dominicana de esta explotación? ¿Cómo se puede garantizar que los recursos naturales del país se gestionen de manera justa y equitativa?
Es momento de que las autoridades dominicanas, junto con la sociedad civil, exijan mayor transparencia y regulaciones claras para evitar que los recursos valiosos del país continúen saliendo sin un beneficio justo para la nación.
El gobierno dominicano tiene la responsabilidad de establecer políticas claras que regulen la minería de tierras raras. Es necesario un marco legal que exija transparencia en las concesiones mineras, garantice una compensación justa para el país y proteja el medio ambiente de posibles daños irreparables.
Otro aspecto importante para considerar es la capacitación de profesionales dominicanos en la explotación responsable de estos recursos. Si el país logra formar expertos en el área, podría evitar depender de empresas extranjeras y asegurar que las ganancias de la minería beneficien a la nación en mayor medida.
En definitiva, la explotación de tierras raras en República Dominicana debe ser un tema prioritario en la agenda gubernamental. Con políticas adecuadas, el país podría aprovechar estos recursos de manera sostenible y equitativa, asegurando que las futuras generaciones no hereden un territorio devastado por la falta de regulación y control.