spot_img
viernes, abril 18, 2025
spot_img

LO QUE FALTA Y LOS QUE FALTAN…

Socio-Psicología y edad

Miguel J. Escala

Introducción: Reflexión y solidaridad

Antes de iniciar el artículo, que estará disponible a partir del 15 de abril de 2025, aún dentro de los nueve días posteriores al trágico acontecimiento ocurrido en la discoteca JET SET en Santo Domingo, los invito a reflexionar y completar un párrafo en blanco, según sus creencias y sentimientos, ante este doloroso episodio. Entre las más de 226 víctimas fatales registradas, Rubby Pérez, con sus 69 años, se destacó como un ejemplo de trabajo y optimismo. Hoy, todos los fallecidos, heridos y sobrevivientes, junto a sus familias, merecen nuestro más sentido recuerdo y solidaridad.

Celebrando el Día del Psicólogo en República Dominicana

Este es el quinto artículo que dedico al tema de la tercera edad. Quiero comenzar expresando mi gratitud por las reacciones y comentarios recibidos, especialmente aquellos relacionados con la lucha contra el edadismo, que, como muchos han señalado, tiene raíces institucionales. Entre los valiosos aportes recibidos, destaco la experiencia de una universidad española que ha implementado iniciativas para facilitar el acceso de adultos mayores interesados en cursar una carrera universitaria, un tema al que dedicaré un próximo artículo. Optar por proyectos académicos a esta etapa de la vida también constituye una forma de combatir el edadismo, especialmente cuando este proviene de uno mismo (auto-infligido).

Permítanme aprovechar esta ocasión para celebrar el Día del Psicólogo, conmemorado el pasado 6 de abril en República Dominicana. Este día fue aprobado a finales de los años setenta, gracias a las diligencias de destacados profesionales como Fernando Martínez y Tirso Mejía-Ricart, ambos ya fallecidos. La fecha fue elegida para recordar la fundación de la Asociación Dominicana de Psicología (ADOPSI), que este año habría cumplido 50 años. Aunque ADOPSI dejó de existir en 2001 tras la creación del Colegio Dominicano de Psicólogos (CODOPSI) por la Ley 22-01, sus aportes fueron cruciales para el posicionamiento de la Psicología en el país. Como miembro fundador de ADOPSI, lamento que este cincuentenario haya pasado desapercibido, y hago un llamado a recordar estos eventos históricos.

Simposios y formación 

En el ámbito de la Psicología y su relación con la tercera edad, la primera tesis sobre este tema en una universidad dominicana fue presentada en 1973 por Vivian Bergés, en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Este trabajo, titulado Control de conductas indeseables mediante técnicas operantes en una población geriátrica, se originó en la primera cohorte de estudiantes de Psicología de la UASD. La tesis de Bergés no solo representó un hito al ser el primer estudio sobre la tercera edad en el país, realizado por una psicóloga, sino que también sentó un precedente significativo, destacando la relevancia de las tesis como aportes valiosos a la literatura psicológica dominicana.

Las tesis marcaron las mayores contribuciones a la literatura de la Psicología dominicana, y sus defensas abiertas al público fueron además de ocasiones de aprendizajes, momentos de entusiasmo y de modelamiento de buenas ejecuciones profesionales.  Los simposios organizados por ADOPSI también desempeñaron un papel clave en la difusión de avances en Psicología. En su segundo año de existencia, ADOPSI convocó un Primer Simposio de Psicología Clínica en 1976, al que se sumaron eventos anuales en otras ramas de la disciplina.

Fue en ocasión de la convocatoria de ese primer Simposio, cuando me desempeñaba como profesor de Psicología Anormal en la UASD, que animé a dos grupos de estudiantes a presentar propuestas de participación con mi apoyo, en ese primer simposio.  Muchos se sorprenderán de mi incursión como profesor de Psicología Anormal, asignatura lejana a mi perfil profesional de siempre, ligado al quehacer educativa.  Esos eran tiempos de escasez de graduados orientados a la enseñanza, y de mucha presencia psiquiátrica en esos cursos.  La escasez hizo que recién graduado se me otorgó como resultado de un concurso la condición de profesor provisional de dos asignaturas Psicología Anormal y Psicología Diferencial.  La presencia psiquiátrica era una gran oportunidad por su experiencia diaria con pacientes, pero una debilitación de una formación profesional propia, donde el modelo médico podía primar.  En conclusión, me encontré como profesor de esa asignatura dividida en dos niveles, con un programa de asignatura ligado al libro A Psychological Approach to Abnormal Behavior publicado en 1969 por Ullman y Krasner.  Desde que llegó alguien con un PhD en Psicología Clínica enseñé esa asignatura, la cual cambié por Desarrollo Psicológico.  

En ese curso de Psicología Anormal les decía a los estudiantes al explicar las conductas desadaptadas de los adultos mayores, que la única forma de saber que no íbamos a pasar por eso era la muerte temprana, pues todo adulto mayor estaba expuesto a desarrollar algunos comportamientos que no eran adecuados, aunque la mayoría pasaba por la edad sin esos “déficits” que caracterizaban esas patologías. 

De las patologías a las posibilidades: Un enfoque socio-psicológico

En aquel contexto uno de los trabajos presentados en el Simposio fue Un Enfoque Socio-Psicológico de la Senectud y sus Derivaciones Terapéuticas, que aún conservo gracias a una copia guardada por Rolando Tabar, uno de los organizadores del evento.  Dicho trabajo fue preparado por los estudiantes Julio Sánchez, Gilda Morel, Manuela Mateo, Marisol Vargas; yo aparecía como coautor.  El trabajo constaba de dos partes.  En la primera parte se presentaba una aproximación socio-psicológica de lo que hoy llamamos la tercera edad, y en la segunda parte se reportaban los resultados de las visitas a seis asilos en todo el territorio nacional.  

 Este trabajo, pionero en el tema, planteaba:

  1. El creciente interés en la senectud (tercera edad) debido al aumento de la expectativa de vida y los desafíos del envejecimiento (pase de los años)
  2. La necesidad de un enfoque alternativo que superara las limitaciones del modelo tradicional, centrado en factores orgánicos inevitables.
  3. La importancia de considerar el entorno social y cultural en las conductas de la senectud (tercera edad).
  4. La urgencia de rediseñar prácticas culturales perjudiciales, como las relacionadas con el retiro laboral, y de mejorar las condiciones en centros geriátricos.
  5. La inclusión de personal especializado como una prioridad en la mejora de los servicios geriátricos.

El trabajo, que puede ser considerado el primero sobre la tercera edad presentado en un evento profesional en República Dominicana por psicólogos o estudiantes de Psicología se nutrió desde luego de Ullman y Krasner (el libro bandera) y de Lindsley que el 1964 había escrito un artículo que todavía vale la pena revisar, titulado El uso de Prótesis Conductuales en Geriatría, en Control de la Conducta Humana.

Del trabajo presentado compartimos una cita clave y sus conclusiones para situar su planteamiento y su aporte hace cuarenta y nueve años.

En última instancia, la conceptualización del enfoque tradicional plantea la conducta anormal en la vida senil como un resultado más o menos inevitable del paso del tiempo, del envejecimiento, resaltando las variables orgánicas como sus determinantes y dando un lugar secundario y derivado a variables psicológicas en términos intrapsíquicos; apenas son consideradas las variables sociales; por último, lleva a una conclusión cuasi impotente en cuanto al enfrentamiento de estos problemas, lo cual deriva no sólo del rol que asignan a las variables orgánicas e intrapsíquicas sino también a los efectos específicos que se le atribuyen tener sobre la conducta.

Esto último se puede apreciar mejor si consideramos las conclusiones del artículo:

1) El enfoque tradicional predominante de la senectud enfrenta inconvenientes de distinta naturaleza que conduce a su cuestionamiento; resultados de investigaciones contemporáneas, aportes de nuevos modelos de conceptualización y posibilidades de tratamiento distintas y más exitosas apuntan en ese sentido;

2) Un enfoque socio-psicológico de la senectud resulta más comprehensivo y al parecer mejor fundamentado, y conduce a derivaciones terapéuticas no sólo más optimistas, sino por lo visto más prometedoras que la relativa impotencia que se deriva del enfoque tradicional, por lo cual debe tomarse en cuenta este tipo de enfoque y desarrollarlo tanto en cuanto sus conceptualizaciones como en cuanto a sus recomendaciones prácticas;

3) Dada la participación de determinadas variables socio-culturales en los problemas de la senectud, es preciso ejercer la crítica cultural como forma de incidir en rediseños de prácticas culturales que atentan contra el bienestar de un sector social que tiende a incrementar cada vez más (por ejemplo, provocar una reconsideración del fenómeno del retiro laboral);

4) Vista la situación de los centros geriátricos de nuestro país, puede concluirse que estos parecen mantener las condiciones más desfavorables en términos terapéuticos para los problemas de la senectud, por lo cual se hace imprescindible una acción dirigida a una evaluación rigurosa de dichas condiciones y a su modificación en un sentido positivo;

5) El primer paso, en ese sentido, al parecer debe consistir en evidenciar la necesidad de asignar personal profesional (médico, psicológico, psiquiátrico, etc.) a dichos centros, tarea que entre otros tiene como responsables a los propios psicólogos a través de la Asociación Dominicana de Psicología y que debe encontrar la mayor atención por parte de las autoridades públicas respectivas, fundamentalmente de la Secretaría de Salud Pública, como es lógico.

Cuarenta y nueve años después destaco la contribución de mis estudiantes, y me permito humildemente sentirme orgulloso de haber utilizado una modalidad de enseñanza colaborativa y retadora como aspecto generador de ideas novedosas y aprendizajes transformadores.  Gracias a Julio, Gilda, Marisol y Manuela por entusiasmarse a elaborar y presentar este trabajo que queda para la historia.

Reflexión final: Lo que falta y los que faltan

Hoy celebro con entusiasmo la creciente variedad de servicios disponibles para los adultos mayores, tanto en el ámbito público como en el privado. Destaco el avance de los asilos, que ahora adoptan enfoques más proactivos, y la valiosa contribución de profesionales dedicados a esta población. Animo a que se continúe investigando casos, proponiendo nuevas ideas y cuestionando diagnósticos repetitivos y tratamientos centrados únicamente en lo farmacológico.

Me ha alegrado saber que algunos planes de estudio en nuestras universidades incluyen la asignatura Psicología de los Envejecientes (aunque sería recomendable cambiar su nombre) y que contamos con jóvenes profesionales que se identifican como gerontólogos. Es crucial fomentar el trabajo en equipos interdisciplinarios que diseñen una gerontología adaptada a nuestro contexto, integrando diversas perspectivas para abordar los logros y desafíos del comportamiento en los adultos mayores. Solo de esta manera, evitando diagnósticos que actúen como etiquetas pesimistas, será posible mirar más allá y evitar encasillamientos que limiten el entendimiento y la atención integral.

No soy experto en el tema, solo he compartido lo que responsablemente compartimos con cuatro estudiantes hace muchos años, pero creo firmemente que este camino requiere una visión amplia y una colaboración comprometida.  Sigamos construyendo.  

 Tiene 76 años y los que faltan.

Miguel J. Escala
Miguel J. Escala
Miguel J. Escala Es educador desde 1969. Estudió Psicología y Educación Superior.

3 COMENTARIOS

  1. Excelente reflexion, al leerlo, analizarlo y profundizarlo, me parece un ensayo con alto nivel, pero al mismo tiempo me ha parecido un escrito de alguien que ademas de estar bien viviendo sus años invita a otros a no sentirse viejos en años, sino mas bien a empezar de nuevo con una nueva vision y pensar.

  2. Excelente, al leerlo me recordaba como en Cuba se creó la universidad del adulto mayor, aún perfectible pero se convirtió en un espacio donde las personas con experiencia podían trasmitir y aportar cultura a su entorno social.

  3. Me encanta la frases innovadora " lo que falta y los que faltan" pues, me da una oportunidad de pensar de cada quien tiene la oportunidad de pensar "su mundo".

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

spot_img
spot_img

Las más leídas

spot_img
spot_img

Articulos relacionados