Por Evelyn Irizarri Santos
NUEVA YORK, Estados Unidos.- Aun sin reconocer la derrota sufrida frente al demócrata Joe Biden, cuando todavía se encontraba haciendo sus maletas para desocupar la Casa Blanca, dejaba bien claro que volvería a aspirar a la presidencia de los Estados Unidos. Algo que ha asumido como un derecho natural e irrenunciable y que a su juicio conlleva un impedimento para sus compañeros de partido.
En la perspectiva del expresidente Trump, cualquier republicano que pretenda aspirar a la nominación presidencial, es un traidor, en especial si se trata de algún cercano colaborador durante su mandato o algún alcalde o gobernador a quien él haya apoyado para alcanza el cargo. Es la lógica mental del señor Trump.
De la idea a la práctica
Pero una cosa piensa uno y otra muy distinta es la realidad de los hechos y de las circunstancias. Y es que antes y aun después de convertirse en presidente de los Estados Unidos, Trump fue objeto de acusaciones que iban desde evadir o maquillar sus declaraciones de impuestos, hasta pagarle a algunas damas para que no revelaran los vínculos entrambos.
A esto se suma el manejo dado por la campaña del republicano a los fondos recaudados para fines electorales. También la tristemente célebre transición que protagonizó, la crisis post electoral, su negación a aceptar los resultados electorales y el asalto al Capitolio. Todo un prontuario que se levanta como un muro de contención entre él y sus aspiraciones de retornar al poder en 2024.
En manos de la justicia
A pesar de que son varias las acusaciones que pesan sobre el magnate, la que se encuentra en una etapa de investigación más avanzada es la que tiene que ver con los pagos realizados por el abogado de Trump, cuando este había ganado la nominación presidencial para las elecciones del 2016, a la actriz porno Stormi Daniels, para que no revelara detalles de la relación extramarital que Trump y ella habían sostenido.
En este hecho no sólo se cuestiona la parte moral y ética a nivel personal, lo que complica más la situación es que los 130 mil dólares que recibió la chica no salieron de los bolsillos del expresidente, sino de los fondos donados por los contribuyentes de la campaña electoral.
Una orden de arresto
A principios de mes, el expresidente Donald Trump alertó a sus parciales y anunció que sería apresado, sin referirse a los motivos que tendrían las autoridades para su apresamiento. Se centró en criticar a las autoridades judiciales de Manhattan, y calificó una posible detención suya como una cacería de brujas y un intento de "la izquierda radical de descalificarlo como candidato a la Presidencia", en el entendido de que nadie podrá derrotarlo a lo interno, ni fuera de su partido.
Las investigaciones
El expresidente es objeto de varias investigaciones, algunas, incluso, lo hacen pasible de ir a prisión, aunque muchos analistas coinciden en que sin una condena privativa de libertad o una que especifique que está deshabilitado para aspirar a la presidencia, no se le puede impedir que se presente como candidato.
Entre los hechos por los que se investiga al exmandatario cabe destacar, temas relacionados a sus declaraciones de impuestos, beneficiar a sus empresas mientras era presidente, utilizar fondos de la campaña con fines diferentes, además de sus intentos por anular las elecciones del 2020, las falsedades en las que incurrió para alegar un fraude electoral que jamás pudo ser probado. A Trump también se le investiga para establecer su grado de responsabilidad en los sucesos de enero del 2021 que generaron el asalto al Capitolio.
Ya sus empresas fueron condenadas por el pago de impuestos.
Elecciones del 2020
Terminado el estado de shock que le produjeron los resultados electorales a Donald Trump, el siguiente paso mayor fue tratar a toda costa de revertir los resultados más que negativos, inesperados para el mandatario, que momentos después de emitir su voto, al responder a un periodista que le preguntó si estaba preparado para perder, este le respondió: "No estoy preparado para perder, además, perder no es fácil y menos para mí". Los días subsiguientes lo demostrarían con creces.
Tendrá que responder
Un juez federal, quien lleva las investigaciones sobre las maniobras que llevó a cabo Trump para revertir los resultados de las elecciones, dictaminó que el ex Vicepresidente Mike Pence tendrá que testificar ante el gran jurado, aunque no rendirá declaraciones sobre su papel como presidente del Senado el día que ocurrió la insurrección en el Capitolio.
Ante la negativa de Pence a testificar, el fiscal especial, Jack Smith, que tiene a su cargo las investigaciones sobre los delitos en que posiblemente habría incurrido Trump, se vio precisado a enviar una citación al ex vicepresidente de Trump, para que acuda a rendir su testimonio. Esto aún no es definitivo, pues la decisión judicial es pasible de algunos recursos legales.
La citación de Pence, hasta el momento no ha sido confirmada ni por él, ni por el Departamento de Justicia.
Los cargos
La comisión que investigó el asalto al Capitolio el seis de enero, recomendó que Trump fuera imputado de cuatro delitos, incitación a una insurrección, conspirar para emitir un falso testimonio y por defraudar a los Estados Unidos y obstrucción de un procedimiento oficial del Congreso, la votación para certificar el triunfo de Biden.
En este proceso, el fiscal especial Jack Smith, trata de establecer el papel de Trump para desconocer los resultados electorales, así como también la llamada que le hizo Trump al secretario de Estado de Georgia, a quien instó a "encontrar" los votos que necesitaba para ganar las elecciones en ese Estado.
Los papeles de Trump
Otra investigación que tiene a su cargo el fiscal especial Jack Smith es la de los papeles clasificados encontrados en la residencia de Trump en Mar-a-Lago. En este proceso, el expresidente estaría enfrentado cargos de obstrucción de la justicia. En ese caso, un tribunal acaba de decidir que los abogados del expresidente deben testificar ante el gran jurado a cargo del proceso y deben aportar documentos relacionados con su cliente.
Innegable
Pese a todas las acusaciones y los delitos que se le atribuyen y de que muchos consideran que su paso por la presidencia de los Estados Unidos le hizo un daño terrible a un país modelo en cuanto a la conducta de sus líderes y una de las democracias más sólidas del mundo, ya que nunca antes los estadounidenses habían puesto en duda el sistema electoral, ni ningún candidato se había atrevido a alegar fraude y hasta el sol de hoy negar los resultados de una elección, lo cierto es que pocos líderes generan tantas pasiones a favor y en contra como Donald Trump.
Y aunque a los ojos de muchos debe dejar el espacio a otro u otros aspirantes, es innegable también el carisma que posee, al punto de que pocos se atreven a decir que Trump, con todo y su dura retórica, su irreverencia, su elevadísimo ego y esos aires de superioridad que rallan en lo desagradable, agregó sabor y color a la política norteamericana.
El futuro
En estos momentos, el panorama no es favorable al republicano, que debe enfrentar todas las acusaciones que pesan en su contra y que sus abogados se han encargado de dilatar su conocimiento. No sé sabe si esta es la estrategia para ganar tiempo y llegar a las primarias del Partido Republicano, y así a la campaña electoral por la presidencia del 2024.
Ahora es cuestión de esperar para saber si como muchos vaticinan el ex hombre fuerte de la Casa Blanca, Donald Trump, se convertirá en el primer expresidente norteamericano en pisar una celda y enfrentar un juicio penal, o si por el contrario, queda libre de cargos para continuar con su promesa de "Hacer a América Grande Otra vez".