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lunes, junio 2, 2025
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Las elecciones en Venezuela y el nuevo orden mundial

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Rafael Aquiles Rivera Andújar

De la misma manera que Venezuela fue el núcleo y el eje principal de lucha por la independencia del colonialismo español, en América Latina durante el siglo XIX, hoy en el presente siglo XXI, también lo es, esta vez en contra del neocolonialismo que representa el nuevo orden mundial unipolar que encabezan Los Estados Unidos de América y la Unión Europea.

Dentro de este contexto, no es extraño que sea este país el más atacado, el más sancionado, bloqueado y el foco de conspiraciones de toda  naturaleza en la región latinoamericana.

Ningún otro presidente ha sido tan vilipendiado, satanizado y amenazado en América como ha sido el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moro. Incluso es el único jefe de Estado en el mundo, sobre el cual pesa una recompensa económica consistente en 15 millones de dólares para quien pueda informar sobre su paradero que permita su captura, por el Departamento de Justicia de EE. UU. 

A través del poder mediático mundial han impuesto la matriz de opinión en la conciencia de las gentes de que Nicolás Maduro es un dictador sanguinario que oprime y mata de hambre a su pueblo.

Sin embargo, la constitución más democrática y que garantiza mayor nivel de participación de las gentes en la toma de decisiones, es la de Venezuela.

Pareciera una contradicción que, mientras se condena y se le sindica como dictador al presidente Maduro, todos los procesos electorales de este país son objeto de conspiraciones de todas las modalidades. Los representantes del actual orden mundial y los adláteres que los representan en el país, atacan el sistema electoral, atacan al sistema eléctrico, amenazan al liderazgo político, a los migrantes y generan violencias y muertes en sentido general, como ha ocurrido en casi todos los procesos electorales organizados en Venezuela, cómo en este último, del 25 de mayo de 2025.

Arrestaron a más de 70 vinculados con el plan conspirativo; el del 28 de julio de 2024, cuando hubo 27 personas muertas y destrucción de estructuras físicas de parte de los “comanditos”;  en el del 18 de mayo de 2018, en este último, llegaron al extremo de desconocer al presidente ganador en las urnas y en cambio proclamar a otro que ni siquiera participó como candidato presidencial en una plaza pública;  el cual fue reconocido por más de 60 países como presidente.

Organizan conspiraciones, los actores son arrestados con pruebas irrefutables, pero los poderosos medios de comunicación siempre imponen en la opinión pública la matriz de que se trata de presos políticos, y de maniobra del “régimen opresor”. 

Porqué  a otros países de la región que, realizan elecciones en medio de estado de excepción, que usan las fuerzas públicas para reprimir al pueblo, que no esconden el fraude como en Ecuador, otros que organizan  golpe de Estado, matan decenas de civiles y arrestan al presidente democráticamente electo (profesor Pedro Castillo), como en Perú, arrestan a decenas de miles de ciudadanos sin decisiones judiciales, cambian la constitución a su antojo, como en el Salvador; o matan un presidente como en Haití.

Estas acciones, no cuentan en los grandes medios de comunicación, sencillamente porque estos gobernantes responden al mismo orden mundial hegemónico, al que pertenecen éstos como tal.  A estos presidentes nunca serán vistos como dictadores, como represivos y violadores de los derechos humanos. 

En cambio, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, ayer Hugo Chávez, de quien se dice falleció por un cáncer inducido y hoy Nicolás Maduro Moros y cualquier otro que lo sustituya, siempre que conserve una línea de soberanía y de independencia del Orden Mundial actual, será visto como dictador y represivo a la vez. Es importante que los amigos lectores tengan bien claro, por qué Estados Unidos de América y sus aliados, nunca van a reconocer elecciones celebradas en Venezuela, porque esto conllevaría a quitarle todas la sanciones económicas que pesan sobre el país, devolverle la empresa petrolera CITGO, y los miles de millones de dólares que le mantienen secuestrados en varios países como en el Reino Unido de Gran Bretaña,  Portugal, en el mismo Estados Unidos, y en consecuencia, Venezuela se convertiría en una potencia económica y política en América y el mundo, como lo fue en la época de Chávez, que pasó a ser un espejo referencial en América, siendo el modelo que todos los países querían seguir. 

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