Por Rafael Aquiles Rivera Andujar
El pasado 13 de abril de 2025 se celebraron las elecciones generales y presidenciales en la República del Ecuador, en las que resultó ganador el candidato del Movimiento Político Acción Democrática Nacional (ADN), señor Daniel Noboa, con una votación de 5,870,502 votos, equivalente al 55.63 %. Su contrincante, la candidata del Movimiento Revolución Ciudadana (RC), licenciada Luisa González, obtuvo 4,682,147 votos, lo que representa un 44.37 %, según el último boletín emitido por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
La licenciada González denunció un presunto fraude en su contra, alegando que le fueron sustraídos más de un millón de votos. En ese sentido, desconoció los resultados emitidos por el órgano electoral y exigió de inmediato un reconteo total de los sufragios.
Cabe destacar que en Ecuador ocurrieron una serie de hechos antes y durante todo el proceso de votación, que podrían interpretarse como intentos de favorecer una candidatura. Veamos:
- El presidente Noboa no se tomó licencia sin disfrute de sueldo durante el período electoral, como lo establece la Constitución de ese país.
- Declaró estado de excepción un día antes de las elecciones en siete provincias, precisamente aquellas donde la candidata González había obtenido mejores resultados en la primera vuelta.
Lo normal es que las fuerzas armadas y los cuerpos responsables del orden público se conviertan en policía electoral y actúen al servicio del órgano electoral. En esta ocasión, el presidente y candidato mantuvo el control de los órganos represivos, que además gozaban de poder legal para allanar domicilios, prohibir reuniones y violar correspondencias. Solo imaginemos que algo así sucediera en nuestro país.
- Se modificaron de forma repentina una cantidad considerable de recintos electorales.
- El CNE suspendió el proceso de votación en la República Bolivariana de Venezuela, impidiendo que más de 10,000 ecuatorianos residentes allí pudieran ejercer su derecho al voto.
- Según la dirigencia de Revolución Ciudadana, se detectaron más de 1,500 actas con datos numéricos distorsionados y más de 2,000 actas sin firmas, es decir, más de 3,500 actas irregulares.
- Se distribuyeron bonos a la ciudadanía en plena jornada electoral.
- El Consejo Nacional Electoral fue cercado con tanquetas militares y soldados con el rostro cubierto.
A pesar de este cuadro sombrío, todas las encuestas serias en Ecuador daban como ganadora a Luisa González, y las más conservadoras pronosticaban un empate técnico. El fraude, por tanto, fue claro, público y notorio. Es importante subrayar que en las elecciones del 9 de febrero de 2025 (primera vuelta), los candidatos Noboa y González quedaron prácticamente empatados con un 44 % cada uno. Dos meses después, en la segunda vuelta del 13 de abril, la diferencia fue de un 12 %, equivalente a más de 1,188,000 votos. Todo esto, a pesar de que los aliados que apoyaron a Noboa sumaban apenas un 4.08 % en la primera vuelta, mientras que los de González alcanzaban un 5.75 %.
Como es habitual, el candidato de derecha, Daniel Noboa —nacido en Estados Unidos— fue declarado ganador por el 98 % de los medios de comunicación, propiedad de grandes corporaciones. Asimismo, todos los presidentes de derecha lo reconocieron y felicitaron por su “triunfo”. La OEA y la Unión Europea, en sus informes, indicaron que las elecciones fueron pacíficas, aunque con gran desigualdad. Estas posiciones no sorprenden, pues responden a un mismo orden mundial. El mismo coro que en las elecciones de Venezuela del 15 de julio de 2024 desconoció los resultados y el triunfo del presidente Nicolás Maduro Moros, exigiendo las actas de votación, hoy guarda silencio frente a Ecuador.
Lo más doloroso, sin embargo, es que presidentes latinoamericanos que llegaron al poder gracias al voto de la izquierda en sus respectivos países hayan adoptado posiciones miserables, penosas y hasta vergonzosas. Tal es el caso de los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil; Gabriel Boric, de Chile; Yamandú Orsi, de Uruguay; y Luis Arce, de Bolivia. Con sus actuaciones, se colocaron del lado incorrecto de la historia. Otros, en cambio, han mantenido la coherencia. Líderes como Claudia Sheinbaum, de México; Nicolás Maduro, de Venezuela; Daniel Ortega, de Nicaragua; Miguel Díaz-Canel, de Cuba; Xiomara Castro, de Honduras; y Gustavo Petro, de Colombia han sostenido una postura firme, digna y consecuente, ubicándose del lado correcto de la historia.
El fraude monumental cometido en Ecuador para favorecer al millonario Daniel Noboa no fue solo contra Luisa González ni contra Rafael Correa. Fue un atentado contra toda la izquierda latinoamericana, contra quienes creen en la Patria Grande y contra el proyecto BRICS. Es lamentable que dirigentes de la talla de Lula da Silva y Luis Arce no lo comprendan.