Por Osvaldo Santana
Mientras los aspirantes presidenciales del Partido Revolucionario Moderno (PRM) recorren los rincones del país promoviéndose, sin que nada se lo impida y mucho menos se establezca alguna formalidad en su organización para ese fin, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se ve impedido de adelantar, con la formalidad que pretendió, la búsqueda de una figura presidencial para las elecciones de 2028.
Después que el comité político del partido morado no hizo lo necesario para reducir la resistencia de la mayoría de los aspirantes presidenciales que se mostraban en contra de adelantar el proceso de preselección de “una figura presidencial”, como buscar un consenso para echar eso a un lado, persistió en mantener la resolución y obligarlos a aceptar la disposición de ese organismo.
Al final, el pretendido adelanto del proceso terminó en el Tribunal Superior Electoral (TSE) por iniciativa de uno de los miembros del comité central peledeísta, Eleuterio Abad Santos, quien también notificó la instancia con debida antelación al comité político, sin que se produjera una iniciativa que propiciara una solución dialogada.
A lo sumo, el comité político designó una comisión encabezada por Lidio Cadet para tratar de persuadir a los presidenciales para que se acogieran a la idea de adelantar la selección, que solo había sido aceptada por Francisco Javier García, quien fue visto como el favorito del grupo mayoritario en el organismo. Además, se inscribieron tres desconocidos: Alfred Mata, Mario Bruno González y Elías Sarmiento Reyes, como en la previa preparación de una pantomima.
En fin, la comisión conciliatoria no logró ninguna reacción en la dirección deseada de Abel Martínez, Margarita Cedeño, Francisco Domínguez Brito, Charlie Mariotti y Juan Ariel Jiménez.
Todo eso ocurrió antes de Semana Santa, cuando la comisión ya se había reunido con la mayoría de los aspirantes. Entonces anunciaron que presentarían un informe al comité político que nunca fue conocido por la opinión pública.
Con la decisión del TSE que anula el numeral 3 del acta número 3 del Comité Político del PLD, que dispone sobre “Acuerdos Discusión sobre el Mecanismo y la Fecha para seleccionar un aspirante a Precandidato o Precandidata Presidencial”, en atención a la impugnación interpuesta por Eleuterio Abad Santos, el organismo morado debía retomar la cuestión.
Sin embargo, se escuchan voces que insisten en el adelantamiento del proceso sin prestar la atención debida a los llamados a participar en el mismo.
No hay otra forma, por más que lo edulcore la dirección peledeísta, que no sea reconocer que se trató de una actuación fallida, y persistir en lo mismo es profundizar la metida de pata.
Por demás, la experiencia del proceso electoral pasado no dio lo frutos esperados, y no hay razón objetiva que obligue a seleccionar un aspirante sin tomar en cuenta los plazos, a paso forzado, contra la voluntad de la mayoría de los potenciales competidores.
En vez de persistir en el error, derrota tras derrota, la jefatura del PLD debe recapacitar y entonces seguir hacia adelante. Lo contrario sería continuar por el derrotero que solo lo ha conducido hacia el fracaso en los últimos procesos electores.
El comité político y su líder Danilo Medina tienen la responsabilidad de retomar las riendas en la dirección inteligente para avanzar.
En cualquier caso, lo que parece elemental es que el comité político flexibilice su visión controladora, y deje a discreción de los aspirantes a la candidatura presidencial de ese colectivo que procedan convenientemente en la búsqueda de un posicionamiento en la sociedad, lo que en forma alguna contraviene ninguna norma interna y menos la ley de partidos ni la ley electoral. Y cuando lleguen los plazos fatales, se proceda en consecuencia.
