POR SANTO SALVADOR CUEVAS
Desde que se acordó a finales de los 90 la construcción de una presa para irrigar las tierras del sur profundo, generar energía, y producir agua potable para el consumo humano, así como la producción de peces y mariscos, se creó gran expectativa en la región Sur.
A partir de ahí los habitantes de esta zona definieron la posibilidad de esta presa como el "Metro del Sur"
Motivados por la esperanza, y los beneficios que traería a la región, la presa de Monte Grande es que preocupa a los sureños la lentitud en la realización de los trabajos.
Por eso es que de vez en cuando se generaron acciones de las comunidades para que se retomaran los trabajos y, en otros casos, para que se aprueben las partidas presupuestarias en el Congreso Nacional.
En esos afanes han jugado un rol de opinión constante comunicadores, religiosos, asociaciones, militantes políticos, etc.
El sueño del hombre y la mujer del sur, lo ha proyectado desde un primer momento y para lo que se ha invertido con su cadena de adendum agregado, es la construcción de una presa que supla de agua la producción agropecuaria, que irrigue cientos de tareas de tierras baldías y otros servicios, como agua potable, que ofrecía la promesa inicial de esa obra.
Inaugurar un muro, sólo para fines propagandísticos, puramente politiqueros, no es concluir una obra que es mucho más que eso.
Lo que hubo fue y complicidad de unas bocinas que se prestan para presentar al país una estafa, con una inauguración que no es tal, que apenas almacena agua, que genera frustración y deja en evidencia el engaño precipitado por una competencia política donde prevalece la intención de un proyecto reeleccionista, que pretende hacer lo que sea, hasta fingir la inauguración de una presa, aunque no exista como tal, para quedarse en el poder.
Quienes habitamos en el Sur no renunciamos a continuar la lucha y los reclamos para ver hecha realidad una presa en Monte Grande que sea fuente de esperanza y vida para los sectores productivos de esta parte del país.