miércoles, junio 26, 2024

La oposición tiene que valorar todas las causas de la derrota

Por Osvaldo Santana

La oposición, ahora con su más importante líder, Leonel Fernández, racionaliza las causas de la derrota electoral con el argumento de que “más que ganar unas elecciones, lo que el gobierno hizo fue comprar unas elecciones”. 

Y en un segundo plano observa el impacto del avasallamiento de las elecciones de febrero, que vino a coronar una atmósfera favorable al reeleccionismo, alimentada mediante un sistemático plan asistencial que terminó con la creación de una “base social” de apoyo a la reelección.

Muy tangencialmente aborda “los errores y fallas de la oposición”, que en un ejercicio crítico del desempeño les compete considerar seriamente.

No hay dudas de que el Partido Revolucionario Moderno (PRM) recurrió a los abundantes recursos del Estado para mantenerse en el poder, como la instrumentalización de los programas sociales del Estado para provecho propio, como el aumento de  800 mil a un millón 600 de las familias beneficiarias, a través de Supérate; la extensión de los beneficiarios de los programas bonogás, bonoluz, bono escolar más allá del inicio del año escolar; la repartición de  electrodomésticos y pensiones solidarias a granel, y no hay que mencionar la compra de cédulas. Y ni hablar del tránsito masivo de alcaldes, diputados y líderes de la oposición al gobierno. 

Pero la oposición debe ver más allá de esos factores externos, y críticamente considerar otros elementos que fueron muy importantes en las dos citas electorales.

La oposición parece que todavía no se ha dado cuenta de que su hoy principal líder fue sistemáticamente objeto de campaña negativa, mediante la cual se le presenta como apañador de la corrupción, lo que concuerda con el discurso formal por la transparencia. Ya antes, ese líder había sido objeto de una campaña denigrante plantada por sus antiguos compañeros. Se había sembrado una semilla negativa.

Además, uno de los estamentos opositores fue abatido mediante la persecución de varios de sus ex funcionarios por cargos de corrupción que encabezaron por mucho tiempo las campañas públicas. 

La oposición fue gravemente herida mediante el descrédito, en unos casos de manera abierta, en otros, a través de las redes sociales, sin que se pudiera determinar de dónde procedían.

En el plano comunicacional, la oposición mostró una debilidad impresionante, no solo por volumen, sino por la falta de iniciativas propagandísticas y confrontacionales.

También deberían revisar la impresionante campaña del gobierno, no solo por avasallante, sino especialmente por efectiva para crear los entornos favorables durante largo tiempo. No fue lo suficientemente reactiva durante largo tiempo.

Otro factor que la oposición debe analizar es el resultado de la política de aliados a contra reloj y con falta de voluntad de algunas partes. Un actor llegó a afirmar que la “alianza era rara”. 

En realidad, pocas actividades políticas se realizaron conjuntamente, no hubo unidad de acción ni integración, y en algunos casos provocó descontentos.

Podría también preguntarse qué habría sido más conveniente; ¿concurrir a las elecciones abiertamente separados o el ejercicio poco útil de la enrevesada alianza?

Ahora quizás resulte sencillo cuestionar una política de aliados por los resultados desastrosos, pero en cualquier caso habría que ver los porqués. 

Otros factores

La oposición debe considerar también qué piensa la población sobre el ejercicio de la política, y sobre esa base, establecer algunos modelos y paradigmas, de ideas y de prácticas ciudadanas.

¿Qué razones tendría un ciudadano para votar por Leonel Fernández o por Luis Abinader, o por Abel Martínez, más allá de las simpatías personales o partidarias?

Una comunidad de pensamientos similares sobre temas clave, como Haití y migración, empleos, inseguridad ciudadana y violencia, servicios de salud y calidad de vida.

La oposición, ante el fenómeno de la abstención, que fue la segunda más elevada después de 1978, también debe considerar razones, más allá de la famosa compra de cédula.

El país podría estar reclamando nuevos caminos que podrían ir más allá de las propuestas que sintetizan los partidos dominantes. Y esta parte es competencia de todos.

 

Osvaldo Santana
Osvaldo Santana
Osvaldo Santana es periodista.

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