Yancen Pujols
Arrancó la novela, el protagonista es Juan Soto y varios equipos son los pretendientes.
¿Quién se quedará con el jardinero dominicano que debe generar un contrato de al menos 500 millones de dólares con posibilidades de alcanzar y/o pasar los 600?
Los Yankees de Nueva York no están solos en la competencia. Los Mets de Nueva York, con su billonario propietario Steve Cohen a la cabeza, son señalados como sus principales rivales.
Hay otro conjunto con sus arcas listas para la puja como es el caso de los Gigantes de San Francisco y no se puede descartar que los Filis de Filadelfia, con un dueño poderoso y un ejecutivo como Dave Dombrowski, que no le teme a gastar, por igual toquen las puertas del patrullero y su agente, Scott Boras, conocido como “el insaciable”, y las pruebas al respecto llueven como abundan las hojas caídas en otoño.
Texas, Cachorros de Chicago y Orioles de Baltimore por igual son mencionados. Toronto entraría en una escala menor, y Boston, aunque tiene dinero, ha demostrado en los últimos años que no gasta millonadas en un pelotero, pero ¿quién sabe?
Los Dodgers de Los Ángeles cuentan con la flexibilidad en su nómina para pensar en Soto. Son los campeones y poseen un núcleo que a cualquiera atrae. ¿Quién no quisiera jugar con Shohei Ohtani, Mookie Betts, Freddie Freeman y un picheo de lujo?
Mencionados aquellos que podrían hacerse de sus servicios, entramos al terreno de elementos que por igual incursionan al escenario con el joven de 26 años que viene de la mejor campaña de su carrera en 2024.
Siempre se habla de “fulano que se busque sus cuartos” y es entendible. Soto se arriesgó a esperar su agencia libre. Rechazó hace unos años 440 millones de dólares de Washington por 14 campañas, una propuesta que le generó críticas de personas que entendían que cometió un error.
Ya eso es pasado, lo hizo, le quedó bien y ahora tiene los derechos exclusivos de quedarse con los Yankees o mudarse hacia donde entienda.
¿Es mejor tomar más millones en otra parte que aceptar menos para seguir siendo un Yankee el resto de su paso por el negocio?
A su favor para un pacto de 600 millones de dólares están su edad, lo bien que se maneja dentro y fuera del terreno, su bateo de élite, aunque no es un jugador de las famosas cinco herramientas y su inglés fluido que le permite tocar el mercado norteamericano con la publicidad y su carisma.
Quizás no tenga el encanto de una estrella de rock, pero conquistó muchos corazones en el implacable Bronx.
El estadio de los Yankees le conviene y ni hablar de batear delante de Aaron Judge. Tiene la oportunidad de ser el primer nacido en territorio dominicano (Alex Rodríguez lo hizo en Estados Unidos) que se vista con gloria y cinco estrellas con ese uniforme de rayas. Es el chance de ser un “gran Yankee”, un privilegio en Grandes Ligas.
Por el otro cuadrante, están más millones y la posibilidad de un contrato récord, sembrar en una franquicia de la que sea la cara desde su llegada y surcar la propiedad hasta que hagan acto de presencia los frutos de una corona.
¿La decisión será meramente económica o incluirá ponderaciones para dejar un legado de ribetes históricos, lo cual implicará ciertos sacrificios?
La novela apenas se inicia. No se muevan.