Lito Santana
Tropas especializadas del Ministerio de Medio Ambiente fueron desplazadas hacia el municipio de Sabana de la Mar, tras recibir informes de inteligencia que reportaban la violación de la Ley 64-00, que protege especies marinas.
Para este operativo fue movilizado un batallón fuertemente armado del Servicio Nacional de Protección Ambiental (Senpa), que es el cuerpo especializado, auxiliar del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, así como de su procuraduría persecutora del crimen.
Este organismo del Gobierno “tiene el objetivo de investigar, perseguir, detener y someter ante la autoridad competente a las personas o instituciones que incurran en violaciones a las leyes ambientales o cualquier otra normativa relacionada, actuando apegados a las disposiciones legales que garantizan la protección de los derechos humanos y la protección ciudadana”, según lo define el portal del Ministerio de Medio Ambiente.
Para la contingencia en Sabana de la Mar “se movieron todos los hilos pertinentes” para que el objetivo sea alcanzado y los violadores de la ley no puedan escapar.
Lo primero que hizo el comandante a cargo fue rodear el perímetro con varios de sus mejores hombres, entrenados profesionalmente para ese tipo de tarea.
Cuando el jefe dio la orden de atacar el centro de actividades ilícitas, nadie se pudo mover y, de inmediato, fue capturada la dueña de un establecimiento comercial dedicado al negocio de las “famosas minutas”, unos trocitos obtenidos del lomo del pescado, empanizados, fritos y vendidos al menudeo a sus potenciales clientes, precisamente frente a la Oficina de Medio Ambiente de Sabana de la Mar.
La jefa del punto ilegal fue apresada en el acto y con la mano en la masa… o en la cubeta.
La apresada responde al nombre de doña Enercida Rodríguez, una humilde dama que vende estos “filetitos” o minutas.
De inmediato, los cuerpos armados confiscaron la mercancía, considerada cuerpo del delito, consistente en un “tiburoncito bebé” que llegó por accidente en la cubeta donde transportan los pescaditos al negocio de Enercida. La pesca de esta especie está prohibida.
Así reportó el noticiero CDN, canal 37, la información: “En Sabana de la Mar, una mujer dedicada a la venta de pescado frito fue arrestada tras descubrirse que, sin saberlo, estaba cocinando tiburones pequeños, una especie protegida por la ley ambiental”.
Tras la salida del tribunal, el comandante de los protectores del Medio Ambiente declaró que “todo aquel que viole la Ley 64-00 será apresado y sometido a la justicia”.
Me supongo que, tras la exitosa misión, ese hombre, si era capitán, ya ha sido ascendido a coronel.
¿Verdad que sí?