Por Federico Pinales
En la República Dominicana hay cuatro jinetes, Con más de 30 años repartiéndose el filete.
Controlan todo de Norte a Sur y de Este a Oeste, diseminando mentiras y muchos billetes.
En el peor de los casos, con macanas y fuetes. Para amedrentar al rebelde que no se somete.
En las campañas parecen divididos, pero en el fondo operan unidos.
Siempre representando los intereses de funestos forajidos, que de las arcas del estado toda su vida han vivido, porque esos cuatro jinetes, irresponsable y cobardemente se los han permitido.
Si con tantas malas experiencias, el pueblo no toma consciencia, y manda para el infierno a tantos mal nacidos, los pobres nunca tendrán esperanza de sentirse sacudidos y justicieramente redimidos, de un ambiente tan falso y podrido.
Voluntariamente no se van a jubilar, porque van corriendo a todas millas, para dejar plantadas sus semillas, alternándose en la silla, entre los descendientes de Gurabo y un barrio llamado Villa.
No sé si Agrícola, Francisca o Juana, pero de famosas y viejas ya las tres tienen canas.
Vecinas del San Carlos, cercano a la casa de Gobierno, donde se forma y se entrenan todos los candidatos a convertirse en angelitos del infierno.