Por Alfonso Tejeda
Luisito Martí, ese extraordinario creativo, en una de sus habituales ocurrencias rehusó ponerle parte dos a la continuación de su película “Nueva Yol: por fin llegó Balbuena” , haciéndole coro a un socorrido refrán que descalifica de antemano a las “segundas partes”, esa que ahora la reconocida periodista Cándida Ortega, sin ningún atisbo de dudas, y con desbordante y radical seguridad, da como un hecho que ahora sí: el malecón de Pedernales será esa realidad que los habitantes de la más austral provincia del país tienen como una esperanza, porque “es lo último que se pierde”.
En una nota que publica el Listín Diario este martes 25 de marzo, explica que esa obra ha sido “objeto de dos palazos” para anunciar su construcción, el primero en el 2016, durante el gobierno de Danilo Medina, y el segundo en el 2021, en la actual gestión del presidente Luis Abinader, quien entonces dispuso de más de 350 millones de pesos para que el ministerio de Turismo iniciara esos trabajos, a los que se ha rehusado el ministro David Collado, que ahora parece entender que esa infraestructura conviene.
La ahora denominada “Reconstrucción del Frente Marino en el Municipio de Pedernales, provincia Pedernales” por el gobierno, ha sido una demanda sostenida y reclamada por muchos años, a la que se comprometió Abinader como el despegue del sector turístico en esa zona, que estima parte integral del desarrollo del Sur profundo, programa que, hay que convenir, el presidente ha impulsado con obras hoteleras y otras, tarea que asumiera desde antes de ser investido por primera vez en ese cargo, en el 2020, y aunque por momento ha sido lento, siempre reitera la responsabilidad con ese compromiso.
En este caso en particular, parece que ya el presidente considera pertinente que los Pedernalenses “paren de sufrir” por los atrasos en la construcción del malecón, y como respuesta se dispuso que el Comité Ejecutor de Infraestructuras de Zonas Turísticas inicie los trabajos a lo largo de dos kilómetros y medio en la costa frente a la playa de Bucanye, divididos en ocho zonas recreativas que conectarán hasta la playa de Cabo Rojo, cercana al puerto del mismo nombre y al que llegan barcos cruceros que confirman el avance del proyecto turístico en que está envuelto el gobierno.
La esperanzadora nota aludida, al describir las facilidades que conformarán el denominado Frente Marino, también explica que los trabajos están asignados por lotes (tres) a igual número de empresas, con sus correspondientes presupuestos, y la meta de contribuir a las actividades turísticas y recreativas, mejorar los espacios públicos, mejorar las condiciones de vida de los habitantes, incrementar el nivel de ingresos económicos y generar empleos de calidad en la comunidad.
Por los detalles precisos, con la planificación establecida y los recursos disponibles, la recomendación de avanzar sin detenerse, la
viabilidad del proyecto parece ser una realidad, al que solo la eficiencia y eficacia faltarían para que la rebosante expresión de Cándida Ortega: “El malecón de Pedernales es un hecho”, retumbe en un ampliado y más sonoro coro que aquel de Luisito Martí, de que “segundas partes nunca han sido buenas”, leyenda urbana que la responsabilidad del gobierno y la participación de los pedernalenses tienen que superar, por lo menos, esta vez.