Por Yancen Pujols
Desde que rompió la pizarra del Estadio Quisqueya en el séptimo y decisivo partido de la serie final contra los Tigres del Licey, Junior Caminero no ha parado en su misión de llegar para quedarse en el máximo escenario del béisbol: las Grandes Ligas.
Y hablando de romper, muchos pronósticos han quedado destrozados por un bate irreverente que tiene su cuota histórica de logros, lo que sin dudas ha provocado que la plana mayor de los Rays de Tampa acaricie la idea de asegurarlo a largo plazo.
No hay que irse muy lejos para concluir que en estos momentos Caminero huele a muchos millones de dólares, ya sea porque desee asegurarse temprano o irse año por año en busca de un contrato de esos que provocan que los ojos se quieran salir de sus respectivas órbitas ante el asomo.
Primero hay que hablar de los números que, a diferencia de muchos que comen con sal, no mienten. Caminero, al momento de escribir estas líneas, lleva 39 cuadrangulares, cifra que lo hace propietario del récord de más jonrones para un pelotero nacido en la República Dominicana con 21 años o menos de haber nacido.
Para el registro, el tercera base de los Rays ya cumplió los 22 años (vino al mundo el cinco de julio de 2003), pero en Grandes Ligas es con la edad que se comienza la campaña hasta el 30 de junio, fecha en la que mayormente se arriba a la mitad de temporada, entiéndase el partido 81 de los 162 reglamentarios.
¿Saben a quién le quitó la marca? Nada más y nada menos que a Albert Pujols, quien dio 37 en 2001 con los Cardenales de San Luis. En su ruta hacia destronar a Pujols, se llevó a Juan Soto, autor de 34 con 20 años en 2019 vistiendo la franela de los Nacionales de Washington.
Junior, de apodos “La Máxima” y el “Rompe Pizarra”, lidera a los dominicanos en tetrabases y en impulsadas (94) en este 2025.
Estamos hablando de una campaña de 40 para la calle, 100 o más empujadas y con posibilidades de anotar más de un centenar de carreras, ya que cuenta con 79 y pegar los 30 dobles (tiene 22).
Todo esto en su primera estación como titular.
Firmado originalmente por Cleveland, que le dio 87 mil dólares en 2019, Junior debutó en las Mayores en 2023 y al igual que en 2024 se alternó entre el equipo grande y las menores. Como acumuló más de 45 días en el roster activo en esas campañas ya mencionadas, por eso en este 2025 no calificaba para el premio de Novato del Año. Solo así no lo ganaba de calle, por unanimidad en las votaciones que se darán a conocer en noviembre.
Señalados sus méritos estadísticos, Caminero tiene aura, es un pelotero con carisma. Su cuadrangular en Lidom es único en su clase y, además de insuflar el orgullo de los escogidistas, que al ser campeones otoño-invernales ejercen como nunca sus derechos de blasonar, hay que ser honestos: ese palo recorrió una buena parte del mundo por las redes sociales.
Todavía le recuerdan ese “cajetazo” por los 411 ante Jairo Asencio, el líder en salvados de todos los tiempos de Lidom, y el Licey, en el noveno acto.
Caminero vende y Tampa necesita de una figura, como cada equipo en MLB, porque no hay mayor señal que un equipo va viento en popa económicamente hablando que un estadio lleno de fanáticos “comiendo y bebiendo”, como diría Enrique Rojas.
En días recientes, varios jóvenes portentos han firmado extensiones. Kristian Campbell, de 23 años, pactó por ocho campañas y 60 millones de dólares con Boston, que hace unas semanas le dio al también novato Roman Anthony, de 21 años, 130 millones de dólares por ocho temporadas.
El dominicano Samuel Basallo, de 21 años, con apenas cinco días de ser subido por Baltimore, firmó el pasado viernes por 67 millones de dólares y las mismas ocho estaciones de Campbell y Anthony.
Esto dice que las organizaciones no pierden tiempo en amarrar ese talento de alto calibre temprano. Caminero encaja en esa definición y a su favor, ha hecho mucho más que los señalados.
Tampa, que sufrió el golpe de perder al dominicano Wander Franco por temas legales en el país, sabe que Caminero cuenta con los atributos para ser la cara de la franquicia a corto y largo plazo.
Ellos han hecho su tarea para evitar otro colapso fuera del terreno y el propio jugador se comporta como todo un profesional dentro del campo y cuando está libre. Hasta ahora no hay ruidos de que llegó tarde o se puso de malcriado y este año será padre por primera vez. Son indicios claros de que está enfocado.
¿Vale 250 millones por ocho contiendas? Muy probable. Quizás más, aunque no hay reportes de que han entablado conversaciones. La dinámica del negocio indica que alguna plática se ha tenido.
Sea que Caminero quiera asegurarse “contra incendios”, como se dice popularmente, o esperar a la agencia libre, como Soto, o hasta cerca de la misma, como Vladimir Guerrero Jr., y así recibir más de 400 o 500 millones de dólares, en estos momentos tiene fragancia de mucho dinero. Cada paño le aumenta el valor.
Romper pizarras en un terreno de pelota deja buenos dividendos.