Por Héctor Linares
La reforma fiscal propuesta por el Gobierno parece un Iceberg porque el impacto que tendría en el costo de la vida, si se aprueba como fue presentada, sería mucho mayor al estimado originalmente.
Incluir bienes alimenticios de consumo masivo, como víveres, vegetales y carnes a la base gravable del ITBIS, que se llamará Impuesto al Valor Agregado (IVA), tendrá inevitablemente un impacto de encarecimiento en el costo de la canasta básica, que tiene unos 305 productos esenciales como fuente primaria de cálculo. Esos productos representan el 90 % del gasto de consumo de los hogares.
La ampliación del ITBIS versión IVA para nuevos servicios, y la aplicación de la única tasa de 18 %, no como ahora que tiene un 16 % para un grupo de productos de la canasta básica -azúcar, café, chocolate, aceites comestibles, mantequilla, queso, yogur- generará incrementos en los costos de adquisición de bienes esenciales.
También una serie de servicios de alta y obligatoria demanda que ahora están fuera del alcance del mayor impuesto del sistema tributario dominicano, estarán gravados, según la propuesta. Hasta los servicios funerarios figuran entre esos nuevos candidatos para aplicarles el 18% sobre el precio de venta.
Donde más temor se ha generado es en la incorporación de productos alimenticios de origen agropecuario en la base gravable. El proyecto depositado en el Congreso Nacional solo excluye taxativamente el pollo, pan, leche, huevo, plátano y yuca, lo que indica que otros bienes esenciales en la dieta básica serán sujeto del impuesto. Carnes de res, cerdo, chivo, ovejo y conejo, al igual que el pescado entrarán al régimen de tributación. Igual ocurrirá con víveres como ñame, yautía, batata, guineos, rulos.
Productos agrícolas como berenjenas, papas, tomates, ajíes, ajo, cebolla, repollo, remolacha, zanahoria, naranjas, limón, aguacate, mango, caerán en el universo gravable.
Cobrarles el impuesto a esos renglones agrícolas en el origen de la cadena de comercialización será difícil, cuando se trate de pequeños productores, por lo general informales, que venden al contado y sin facturas a intermediarios que luego replican las transacciones en los mercados.
Alcance general
La propuesta de reforma, llamada por el Gobierno como proyecto de Modernización Fiscal, procura abarcar impuestos directos e indirectos, en sus expresiones ingreso, consumo y patrimonio.
El rendimiento en recaudaciones, estimado por el Ministerio de Hacienda, es de un 1.5 % del producto interno bruto (PIB), que serían para el próximo año unos RD$122,400 millones.
Algunos economistas creen que el monto será mayor y que también habrá un elevado impacto en el costo de la vida. El doctor Antonio Ciriaco, decano de Ciencias Económicas y Sociales de la UASD, estima que la recaudación aportada por la reforma propuesta será mayor que la proyectada por el Ministerio de Hacienda. En tanto que el economista Daniel Toribio, ex ministro de Hacienda, estimó en una entrevista para el programa El Despertador del pasado lunes 14 de octubre que la propuesta, si es aprobada como fue sometida, tendrá un impacto global en los precios de un 15 %. Se basó esencialmente en el impacto del ITBIS en productos de consumo masivo, de los que forman la canasta básica.
El proyecto, que ha provocado reacciones de diferentes segmentos empresariales, como las industrias locales, zonas francas, turismo, fabricantes de bebidas alcohólicas y no alcohólicas, plantea gravar las bebidas azucaradas con el impuesto selectivo al consumo, aumentar la tasa a las bebidas alcohólicas y subir a 27 % el cobro aplicable a los ingresos de las personas físicas a partir de 2.4 millones de pesos.
Además, se propone cambiar la base exenta en el Impuesto a la Propiedad Inmobiliaria (IPI), para bajarla a partir del valor de una vivienda de bajo costo, que ahora es de RD$5,025,380.75.
Con ese criterio tan abarcador, todas las viviendas en los proyectos construidos recientemente en el Gran Santo Domingo serán sujeto del impuesto, aplicado en base al 1 por ciento del valor excedente al monto de la exención.
Y el impuesto a la circulación vehicular, el que se paga por la adquisición del marbete o de renovación de la placa, pasa de 1,500 a 3,000 pesos en los vehículos de más de un año de fabricación y de 3,000 a 6,000 pesos en los menos de cinco años. El concepto es el año de fabricación, no el valor del vehículo.
Más carga para el consumo
La propuesta de reforma toca todas las aéreas o actividades económicas susceptibles de ser afectadas con impuestos. El ingreso será el más impactada, porque el 61.48 por ciento del ingreso esperado será por el ITBIS (RD$75,230.7 millones de RD$122,486.6 millones proyectados por el Ministerio de Hacienda) y un 10.61 %, unos RD$13,002.5 millones por los impuestos selectivos, tanto por aplicación a las bebidas alcohólicas como a las no alcohólicas, las azucaradas, los llamados refrescos o gaseosas. Todas son de consumo masivo en el país.
El consumo de las bebidas alcohólicas está estrechamente vinculado al precio. En una reforma que se hizo en el año 2005 se le aplicaron elevados impuestos al ron y las cervezas, provocando una drástica caída de la demanda, al punto de que fue necesario presentar una reforma llamada de rectificación.
Los productores de bebidas alegan que los altos impuestos que afectan al sector propician la fabricación de bebidas adulteradas, que afectan la salud.
Bueno, si nos aplican esta maldita reforma no podremos vivir ni en el campo. Esa reforma, de aprobarla, sería como enterrarnos vivos a la mayoría de los dominicanos, por lo que la sal saldría más cara que el chivo. Señores, cuidense que nos están tirando duro, pero "el pueblo no puede pagar que otro burro se comió". Si siguen apretando la tuerca….