sábado, septiembre 28, 2024

 ¿Hay que preocuparse?

 

Por Alfonso Tejeda

Más allá de las cualidades que se les reconocen como cardiólogo reputado, el ministro de Salud Pública ha demostrado carecer de esa sensibilidad social indispensable para manejar un cargo que demanda un involucramiento pleno, de perspectivas y disposición que rebasen todo prejuicio que limite el propósito humano de sus funciones.

Y es que con su respuesta precipitada a un mensaje de un obcecado “influencer”, que en su afán de conseguir likes, parece que no tuvo el tiempo requerido para leer qué decía el texto base de su prejuiciada y descontextualizada alarma. Se explica que el tema del taller está dirigido a jóvenes sobre noviazgo y relaciones de parejas “libre de violencia”, ayudándolos a identificar posibles presencias tóxicas en su convivencia.

Porque eso es lo que resalta en la ilegal, apresurada y parcial decisión suya de suspender uno de los programas establecidos como meta para superar situaciones de inequidad social (y hasta de iniquidad), por las que la sociedad está pagando una factura muy cara, que, entre otros activos, tiene la fatalidad de las muertes de mujeres (siete en este junio), con sus secuelas en los huérfanos y el desmembramiento de familias, las cuales parece desconocer el funcionario.

Importante es que se revise ese y otros programas educativos que están bajo la orientación de técnicos y profesionales de probada capacidad y sensibilidad social, que estimulan esas posibles y actualizadas auscultaciones, pero tienen que hacerse al margen de prejuicios que dicten las decisiones de funcionarios pusilánimes incentivados por ideas retrógradas, tal como han sido algunas dispuestas en las últimas semanas.

Porque si la disposición del ministro de Salud Pública, con toda su carga de ilegalidad, desconocimiento de normas y dictámenes hasta constitucionales es preocupante, también se le suma a esa la del Ministerio de Interior, que con igual despropósito se abroga negar el permiso de una marcha pacífica a personas que así protestarían contra la política oficial de expulsiones contra inmigrantes, hecho que provocó un muy esclarecedor artículo del constitucionalista Eduardo Jorge Prats.

Del ministro de Salud, conozco poco su CV, aunque por su formación médica, me conmueve su actitud, que me sacude y sorprende más en el caso de Jesús ( Chu) Vásquez, ministro del Interior, reconocido por su hasta ahora consecuente apego y lucha por los derechos y reclamos sociales progresistas, y también que Ancell Scheker, por su estirpe, firmara una comunicación como viceministra de Servicios Técnicos y Pedagógicos de Educación, en la que condiciona para su incorporación al currículo, a que se anoten “hechos positivos” de la dictadura trujillista, en un video sobre la gesta del 24 de junio de 1959, realizado por el periodista Fernando Quiroz.

La administración del gobierno, con méritos plausibles ha sido reconocida por organismos internacionales y sectoriales por su respeto a la Libertad de Prensa, el presidente Luis Abinader recién consagró un premio como homenaje a Magalys Pineda por su lucha y esfuerzos en pro de políticas igualitarias entre mujer y hombre, y aunque el tratamiento a los inmigrantes haitianos residentes en el país le provoca quejas y recriminaciones, está en el deber de evitar que esas críticas se extiendan, pues ya están preocupando a muchos/ as.

 

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