Por Alfonso -Fonchy- Tejeda
Cuando la televisión dominicana era “en blanco y negro”, los humoristas eran figuras principales, entre ellos, Cuquín Victoria, quien se posicionó por la caracterización de sus personajes, con anuncios en los que lo “sugerido” era más patente que lo expresado, tal aquel de un ron, en el que decía, con graciosa picardía, “si no fuera por esos momenticos…”
Y, el recuerdo de esa expresión cobra inusitado resplandor en estos días, con la actuación de atletas dominicanos participantes en los juegos olímpicos recién celebrado en París, Francia, en los que destacaron varios deportistas nacionales, en particular de atletismo, y, de manera sobresaliente Marileidy Paulino, primera mujer dominicana que obtiene medalla de oro en atletismo, y que estableció un récord en esa categoría.
El recibimiento a esos atletas, y, destaco el de Marileidy -una pobre y prieta muchacha de Don Gregorio, Nizao, provincia Peravia, condición y rasgo atemperados por algunos/ as “nariz parada”-, desbordó las pasiones y alegrías que para ocasiones como estas derrocha el pueblo dominicano a sus “héroes del momento”, acogida dispendiosa que hizo olvidar aprehensiones matizadas por ocasionales nerviosismos ante el reto que enfrentaba la corredora.
Fue a partir del segundo compromiso, el miércoles 7, cuando comenzó a tranquilizarse la afición, luego de que la ahora campeona de los 400 metros planos redujo su puntaje anterior y mostró un mejor desempeño en la carrera, mayor seguridad en sí misma y más sosiego al correr, superando por décimas de segundos a su más cercana competidora, a la que dejó a una distancia considerable.
Entre ese miércoles tranquilizador y el viernes ansiado, el jueves ocurrieron dos hechos puntuales relacionados a Marileidy y la realidad deportiva: una, la denuncia desde Don Gregorio sobre las condiciones en que los jóvenes practican deportes, y la otra, revelada por un informe del Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil, en el que anota que el 90 por ciento de los escolares están imposibilitados de realizar ejercicios en sus escuelas, por la falta de adecuadas instalaciones y de profesores entrenadores.
La revelación la hizo La Morena Salazar en su programa El Patio, edición del jueves 8, y con esa predictora capacidad suya -tal el almanaque Bristol- , y su punzante sátira, advirtió de cuál sería la actitud de funcionarios y políticos, tras el posible triunfo de la atleta, “disposición” de algunos de ellos que comenzó a manifestarse casi al finalizar la transmisión del espacio.
Tal vez para asumir con mayor ahínco la responsabilidad del cargo, el director del INEFI, el organismo encargado de la educación física escolar -esa que está ausente en las escuelas-, anunció la instalación de pantallas gigantes para que en el sector Domingo Savio, de la capital, disfrutaran la carrera en la que participó Marileidy el viernes, evento que paralizó al país, al convocar a “ titirimundachi” frente al televisor en casa, oficinas, hospitales, colmadones, donde quiera.
Entre los espectadores, el más encumbrado y ágil de todos/as, fue el presidente Luis Ablnader, que mientras iba en el vehículo en que se desplaza, advirtió de inmediato que la corredora había implantado un récord olímpico, y antes de que ella recuperara el aliento, en las redes el mandatario ya estaba felicitándola y haciendo saber al mundo de su alegría y la del pueblo dominicano por ese oro conquistado.
Evaluando el alcance de esa proeza para ella, su familia, el deporte y el país, Marileidy Paulino tuvo la responsabilidad y valentía de pedir a las autoridades más, mejor y oportuna ayuda para el deporte y los atletas, para que República Dominicana pueda seguir disfrutando de “esos momenticos”, con más frecuencia y posibilidades, y con el desbordante y libérrimo gozo de lo conquistado como resultado del esfuerzo propio, arropado por el colectivo.