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jueves, diciembre 26, 2024

Gloria Gaitán: “Papá no está enterrado, sino sembrado, porque no es cadáver, sino semilla”

BOGOTÁ, Colombia. Doña Gloria Gaitán, la hija del líder revolucionario colombiano Jorge Eliécer Gaitán Ayala, conocido como El Caudillo del Pueblo relata momentos estelares de su vida, hasta caer asesinado en 1948 por el Gobierno de turno.

En una conversación con la periodista Carol Fior Daliza Pérez, esta vibrante mujer narra los últimos días de este legendario intelectual que desafió la férrea represión política en su país.

Narra cómo tras los esbirros matar a su padre, sus familiares, encabezados por su madre, rescataron su cuerpo de la clínica y se lo llevaron para su casa, dónde lo velaron y nunca dejaron que el Gobierno se lo llevara.

“Ahí lo sembramos, porque papá no está enterrado, sino sembrado, porque no es cadáver, sino semilla. Lo sembramos de pie, mirando en San Pedro Alejandrino dónde está enterrado. Donde murió Bolívar con banderas de todo el continente, incluyendo los Estados Unidos y Canadá, porque un día Canadá y los Estados Unidos serán socialistas”, cuenta doña Gloria en una entrevista que publicamos a continuación.

Muchas gracias doña Gloria por invitarnos a su casa a ver tantos recuerdos y conocerla en persona.

Muchísimas gracias. Realmente ha sido un gusto y siento mucha empatía contigo. Es como si nos conociéramos de mucho tiempo atrás.

Sí, qué emoción, esta mujer es hermosa, por eso yo creo que rompió muchos corazones durante muchos años. Yo me imagino que usted debió ser de esas mujeres de pasarela, que paraban el tránsito y todavía lo sigue haciendo, porque conserva esa belleza y ese aire de mujer elegante y empática, ¿verdad?

Bueno, sí, tuve la suerte y la desgracia, porque ahí se mezcla de todo, de tener muchos novios.

¡Divina!, Usted fue noviera. ¡Oh! me imagino que cuando uno tiene un padre tan especial como el que tuvo Usted, don Jorge Eliécer Gaitán, la relación con los hombres debe ser fluida, porque depende mucho en una niña tener una buena relación con su padre, ¿qué usted cree?

 No creo que uno siempre está haciendo comparaciones, y eso es grave, pues tanto como sería él para mí que el día que lo mataron, una señora se subió al segundo piso de la casa, no sé cómo lo hizo, porque estaba prohibido, y me dijo: “Tienes que rezar para que Dios reciba a tu papá en el cielo”. Yo pensé, hay que señora tan bruta, si Dios debe sentirse muy honrado de que papá lo esté visitando.

 Óigame pero que madurez. Es decir, usted era una niña, en ese entonces.

Sí, tenía 9 años. Pero bueno, primero, mi papá sentía que él no podía morir en un accidente. No sé si podía morir en un atentado: Pero en una oportunidad viajó al exterior, con varios compañeros y al regreso el avión estaba que se caía y todos muy preocupados. Pero aterrizó el avión y todos estaban muy nerviosos. Entonces, mi papá les dice: y ustedes porqué están nerviosos: “hay doctor Gaitán, porque ese avión estaba a punto de caerse” y él les dijo: “Ustedes deben saber que yo nunca voy a morir en un accidente”.

Ay, Dios mío, y de dónde usted cree que le salía esa seguridad al doctor Gaitán, de dónde salía esa expresión a los Gaitán, de entender que su figura estaba mucho más allá de lo que todos podíamos entender.

Así es. A mí me han impresionado algunas memorias que han escrito gente que lo conoció de cerca, porque yo tenía recuerdos de infancia. Pero a esos recuerdos de infancia, esta gente le puso palabras de adultos y entonces entendí muchas cosas, que yo había visto.

Yo recuerdo, que por las mañanas, mi papá tomaba el teléfono para regañar a la gente del periódico “Jornada”, que era el vocero del gaitanismo, y él los regañaba mucho. Yo decía qué lástima que hubiera estado tan pequeñita, que no hubiera entendido qué les decía y con esos libros sí supe lo que les decía.

Claro, ellos no dicen qué le gritaba, pero supe cosas que me han llamado mucho la atención, porque ellos dicen: “a nosotros nos sorprendía”, pero no dicen qué les sorprendía su reclamo de no encubrir aquello en disfraces de palabras.

Mi papá era contemporáneo al siglo 21, por eso hoy en día uno ve todas las manifestaciones y en todos los actos juveniles, la imagen de mi papá.

Emocionante ver eso

Porque mi papá es de actualidad, él hablaba de que había que acabar la democracia representativa, para introducir una democracia directa.

Era mucho en esa época…

Es que no lo he leído en ninguna parte.

Él tenía muy claro, lo explica muy bien, que la democracia representativa les quita el poder a los ciudadanos, al ciudadano de Colombia, al de toda América Latina.

En todo el continente el ciudadano no puede ejercer una ciudadanía, sino cada cuatro años, poniendo una papeleta durante 3, 4 minutos en un cajón y punto, porque después, uno va a hablar con los “representantes”, entre comillas, y no le pasan al teléfono. Ni lo reconocen siquiera. Entonces, yo creo que al doctor Gaitán, había que ponerle un traductor en ese momento, para que la gente lo entendiera, porque era un lenguaje muy avanzado, en un pueblo que todavía tenía mucha ignorancia, con cosas muy elementales. Por ejemplo, en sus discursos permanentemente dice de distintas formas,  el hambre no es ni liberal, ni conservador, porque lo que él quería era la unidad del pueblo liberal, conservador, socialista o comunista. Es decir, de lo que él llamaba el “País Nacional” contra el “País Político”, que era la oligarquía.

Pero, no solamente la oligarquía, porque tenía dinero, sino también esos caciques de pueblo, que son tan atroces, como los ministros, que son ministros, porque quieren robar.

Mi papá estaba al servicio del pueblo. Incluso, hay una anécdota, que es bien interesante, porque en este momento, una hija mía está clasificando las cartas entre mi papá y mi mamá para sacar un libro, y ahí descubrimos que mi mamá, quería casarse, pero mi papá, no

 No me digas, ¿y a qué se debería eso?

Porque él decía, yo no tengo tiempo para dedicárselo a una familia, porque mi función, mi objetivo, mi razón de ser, es la defensa de pueblo.

¿Y cómo su madre lo convenció? Eso se ve interesante, ¿cómo su madre convence a ese gran hombre, a que se case con ella? 

Él estaba profundamente enamorado de ella.

Estuvo hasta el último día enamoradísimo.

Yo creo que estaba enamorado de ella, porque era la única persona que lo criticaba.

Es verdad ¿tenía esa capacidad, ese valor?

No sé si lo hacía reflexionar, porque la última conversación de ellos dos, fue muy poca, antes de que él saliera a la calle y lo asesinaran ahí. Hay un personaje que mi familia ha podido darse cuenta, que era uno que participó en el asesinato de mi papá. No sé si esto cabe en esta charla.

¿Y quién fue esa persona?

Lidio Mendoza Neida, que en mi casa no se sabía cómo llamarle, si era un judas o uno de los “Plinio”. Plinio Mendoza Neira, era el escudero de Alfonso López Pumarejo, el hombre más corrupto que ha tenido este país, hasta el punto de que se cayó de la Presidencia de la República, por corrupto. Esa caída de López Pumarejo es muy importante, que si se estudia se entiende porque comenzó el genocidio al pueblo colombiano. Ahí comienza realmente antes de la muerte del papá una oligarquía, utilizando la violencia y la corrupción para mantenerse en el poder.

¿A su padre lo matan en el gobierno de Pumarejo?

No, en ese momento todavía no tienen la idea, pero sí comienzan a matar a sus seguidores. Porque aquí se habla, por ejemplo, la Comisión de la Verdad, que puso una fecha que es para echarle la culpa de su muerte al inicio de la guerrilla

¿No fue así?

La guerrilla fue una consecuencia de la violencia que la oligarquía estaba ejerciendo contra el pueblo.Tanto así, que hay mucha gente colombiana, que dice que la violencia, comienza en el momento en que asesinan a mi papá.

Esa es la teoría que hay en el mundo. Usted debe saberlo, casi todo el mundo cree eso, que la violencia en Colombia comienza con la muerte de su padre.

Pero es lo más absurdo del mundo. ¿Qué sentido tendría que mi papá organizara la marcha en silencio, el 7 de febrero de 1948 para pedir paz y que hubiera presentado cinco memoriales de agravios al presidente, señalándolo como culpable de la violencia? Entonces, si no había violencia, si no había genocidio, por qué iba a decirlo mi papá. Y se atreven a decir una cosa tan absurda, como que fue su muerte la que genera el conflicto. No, su muerte agudiza el problema, porque el pueblo se siente huérfano. Ya no hay un líder que los defienda. Yo hablo de Plinio Mendoza Neira, que era el Judas. Mi mamá, llama a papá y le dice: deja los Plinio y vete con los tuyos. Cosa que me parece importante, como advertencia. Yo me extendería demasiado en explicar eso, porque sí voy a escribir un libro, dándole la razón a mi mamá. Ella le decía, deja la Constitución también encuadernada y tómate el poder, porque con un paro nacional, mi papá hubiera podido tomarse el poder, facilísimo. Seguro que sí, pero él no tenía esa vena con lo ilegal. Te aconsejo que te leas la “Oración por la paz”. En la “oración por la paz”, mi papá dice que este pueblo, que ha guardado semejante disciplina, es capaz de levantarse en defensa de la ley, en acción de legítima defensa.

Interesante…

Y hay otro discurso de mi papá, que está grabado, donde dice: “cuando la orden de batalla haya llegado, yo no me quedo en mi biblioteca. El signo de esa batalla será mi presencia en las calles, a la cabeza de vosotros”. Él era defensor de la legítima defensa y hay una anécdota, lástima que esa frase no me la sepa de memoria, y me la tengo que aprender de memoria, porque es bellísima, es de Manuel Marulanda, el máximo jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que en una biografía que le hace Arturo Lape, Manuel Marulanda dice que su familia era muy gaetanista,  y a mi tío se le hacía la boca agua al decir, cuando  triunfe el gaitanismo, tendremos tierra, tendremos créditos, no pasaremos hambre, tendremos educación y hace un listado de sus sueños. Y sigue Marulanda, con la muerte de Gaitán nuestros sueños se fueron al monte.

¿Y él se fue para el monte por eso?

Esa es una manera bellísima de decir que por eso comenzó la guerrilla, por eso que el mundo es ético.

¿Doña Gloria, piensa que el movimiento guerrillero en Colombia comenzó después de la muerte de su padre? 

Ah, guerrilleros sí, pero no la violencia.

Interesante eso, comenzó la guerrilla, pero no la violencia. Es importante esto doña Gloria.

Sí, comenzó la guerrilla, porque ya no tenían un líder que les permitía luchar por las vías cívicas.

Pero, doña Gloria ¿quién mató a Jorge Gaitán?

La Agencia Central de Inteligencia (la CIA). Ahí está en el Internet la confesión de un agente de la CIA. A ver te cuento. Yo llegaba de Suiza, donde trabajé en la clandestinidad y Frank Shannon    me convenció, que no sé si todavía estoy convencida, de que un cambio real y radical no se puede hacer por las vías pacíficas.

Eso tiene sentido, tiene mucho de cierto…

Yo veo ahora lo que acaba de pasar en Chile y lo que le está pasando a Petro, sino capta una cosa de Gaitán.

¿Qué sería esa cosa?

Cuando a mi papá le ofrecieron ser el primer designado a la Presidencia de la República, él dijo no. Yo por el momento no pienso en la Presidencia, porque primero tengo que contar con un ejército cívico que me defienda, que defienda los procesos y entonces él comienza a organizar legiones.

Lo que él quería, era una legión con una disciplina absolutamente militar. Con unos valores que yo necesito penetrar con eso. Porque él defendió a un teniente del Ejército y terminó el mismo día que lo mataron. Terminó la defensa y el fundamento de su defensa. Era la defensa del honor militar. Esa disciplina y ese honor. Es decir, despertar la autoestima y despertar el concepto del honor. Creo que era uno de los factores que quería inducir en la organización gaitanista.

Muy Interesante, y creo que los pueblos son capaces de cualquier cosa.

Así es. Entonces, la autoestima fue la primera herramienta, pero qué dice él, que, para lograr el cambio, se necesita primero trabajar hondamente en el cambio de la cultura delegataria, por una cultura de emprendimiento y una cultura participativa. Pero llevamos tres horas charlando sobre mi papá. Quiero decir algo de mi madre.

Claro, doña Gloria, dígame a ver.

Mi mamá, el 9 de abril, después de decirle a papá que se tomara el poder, porque ya no había querido ir a la marcha del silencio, ella dijo: “yo guardar silencio ante estas muertes, no. El día en que tú me invites a que vayamos al Palacio a tomárnoslo, estaremos en primera fila. Y entonces, el 9 abril, ella se había soñado con que iban a matar a mi papá, porque a mí en el colegio, me habían dicho: “Ojalá maten, a tu papá”. Pero ese día a ella la llamaron. Ella supo para qué la llamaban. Entonces, se fue a la clínica y cuando ya se dio cuenta que no había nada que hacer, se fue a rescatar unos documentos, que tenía mi papá en la oficina, porque mi papá iba a hacer un gran debate por el saqueo del petróleo por los Estados Unidos. Cuando llegó a la oficina, ya se nos habían robado los documentos. Entonces, se fue a la embajada de Venezuela, donde estaba Rómulo Betancourt, el presidente que había venido, porque aquí se estabam reuniendo para la Conferencia Panamericana y le dijo a Rómulo Betancourt: “Señor presidente, ayúdeme a traer armas para armar la guerrilla”. Y Rómulo Betancourt le contestó: “Señora, váyase para su casa, que yo también tengo una hija”.

Ay, Dios mío…

Y después mi mamá se fue a la clínica, ya habían dado orden de que embalsamaran a mi papá. Y a las tres de la mañana, lo sacaron envuelto en periódicos viejos y en sábanas ensangrentadas, burlando la vigilancia de los soldados que los habían puesto ahí para que mi mamá no sacara el cadáver. Con astucia, mi madre y sus acompañantes, se lo llevaron por la puerta de atrás, por donde sacaban la basura, sin que la guardia se percatara de esto. Mi mamá salió a buscar un vehículo para llevarse a mi papá y encontró una carreta con el dueño muerto al lado.

Mi mamá cogió la carreta y pusieron el cadáver y se lo llevaron para la casa. Al llegar a la casa, lo puso en velaciones y dijo que no dejaba sacar el cuerpo de mi papá hasta que no cayera el asesino Ospina Pérez, que era el presidente. Así estuvo casi un mes en velación, hasta que Darío Echandía, ayudándole a Ospina Pérez, dijo que declararan Monumento Nacional la casa, para que podamos entrar, y estando nosotros ahí viviendo, enterraron a mi papá en la sala de la casa.

¿Dónde está esa casa, todavía existe?

 La casa sí. Alrededor de esa casa, se hizo un parque temático, que es el exploratorio y en el gobierno de Virgilio Barco, que lo hizo sin ningún interés politiquero, aceptó sacar a mi papá de la sala y lo sembramos, porque papá no está enterrado, sino sembrado, porque no es cadáver, sino semilla.

Me encanta eso, lindo, divino.  

Lo sembramos de pie mirando en San Pedro Alejandrino, donde está enterrado. Donde murió Bolívar con banderas de todo el continente, incluyendo las de los Estados Unidos y Canadá, porque un día Canadá y los Estados Unidos serán socialistas.

¿Cuál es la dirección de ese lugar?

Calle 42. La entrada principal es 1552.

Calle 42 con Carrera 15 en Los Gatillos,

 Santa Teresita en la localidad.

La localidad más bella de Bogotá. Yo vivo ahí, doña Gloria. No sabía eso, voy a ir a buscar ese lugar.

Bueno para que puedas entrar, nos tenemos que poner de acuerdo, porque la universidad no deja entrar a nadie.

Álvaro Uribe le pasó eso a la Universidad Nacional, para que cometieran “memoricidio”. Afortunadamente, llegó un vicerrector, que es el director de la seccional de Bogotá, y se ha portado decentemente. Ahora, Petro promocionó, que en la ley que acaba de aprobar el Plan Nacional de Desarrollo, el exploratorio va a pasar al Gobierno nacional. Vamos a ver qué pasa. 

Esa era la casa donde usted nació y creció con sus papás ahí, es una cuadra completa. 

Son dos cuadras completas.

Era enorme yo me imagino

No, la casa era pequeñita. Lo que pasa es que el gobierno la declaró de utilidad pública, las dos manzanas. Pero era una casa pequeña, tanto que yo escribí un folleto, que quiero volver a escribir, que se llamaba “De como una modesta casa, se convirtió en Palacio de la participación”.

Qué bonito, y quiere decir que ese espacio va a ser patrimonio del país, por decirlo así y que todas esas ideas que usted dice se van a plasmar ya.

Doña Gloria Gaitán, la hija de, voy a usar la palabra, del caudillo, el que se usa en el mundo entero   que, aunque no me gusta usarla, pero así lo reconoce la gente, como ese gran líder

 El líder popular

El líder popular, me gusta, la voy a anotar, líder popular. Me encanta don Jorge Eliécer Gaitán, como ella misma lo dice. A partir de su muerte comienza la guerrilla, no la violencia en Colombia. La violencia viene de mucho antes por las desigualdades. 

No, no, por la persecución de la oligarquía. Porque mi papá se lanzó o lo lanzó el pueblo, para ser más exacta, como candidato a la Presidencia, y para evitar el triunfo del gaitanismo comenzaron a matar a los seguidores de mi papá.

Y así comenzó la historia…

Así comenzó el líder y lo que estamos viviendo ahora.

Así es, señora Gaitán, más que un gusto va a ser un honor para mí como periodista, como mujer, muy feliz, muy agradecida, de que me invitara, además a su propia casa, esta casa llena de recuerdos, que parece una galería, más bien un museo. Gracias doña Gloria

Gracias a ti y a ustedes los comunicadores.

Como siempre, gracias en toda América Latina por seguir nuestro programa porque les guste y los contenidos que hacemos con tanto amor, pero sobre todo, con la intención de contar todas las verdades.

Eso es lo que procuramos. Hasta la próxima. A ser felices que de eso se trata la vida.

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